Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Sustancia extraña

Sustancia extraña

23.03.2011

Lectura: 3'

2011-03-23T07:21:42-03:00
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El ministro del Interior Eduardo Bonomi ha demostrado ser un gobernante serio y aplicado, un auténtico hombre de Estado, pero tiene un problema: cuando no sabe qué decir, se la agarra con la prensa. El episodio del video de los presuntos militares subversivos amenaza con degenerar en un verdadero bochorno para el gobierno. En ese contexto, y luego de evadir una respuesta que hubiera alejado toda duda, Bonomi no tuvo mejor idea que pontificar sobre el desempeño profesional de los periodistas.

Según el ministro, los periodistas deberíamos concentrar nuestro trabajo en la "sustancia" y no en el "vehículo", porque lo contrario indicaría "poca profundidad de análisis". La idea no es descabellada, pero antes de avanzar en discusiones bizantinas y dejarnos encandilar por los fuegos de artificio de un ministro en apuros, utilicemos la razón.

Lo primero que tiene que hacer un periodista ante cualquier hecho es confirmar su veracidad; en este caso, determinar si el gobierno tiene en su poder un video en el que se dice lo que publicó Búsqueda. Lo segundo es saber qué evaluación hacen las autoridades sobre su contenido o "sustancia". Especular sobre lo que se dice en un video que nadie vio y cuya credibilidad nadie defiende, es una tarea propia de una tertulia de café, no de una redacción periodística.

 A esta altura del partido, parece claro que el gobierno no sabe cómo manejar la información delicada, no tiene ningún especialista en la materia entre los cientos de militantes del MPP contratados para las más diversas tareas, o si lo tiene, no le hace caso. Ya pasó cuando el secuestro del empresario Rospide. Tras el enojo, el ministro tuvo la feliz iniciativa de convocar a un encuentro con periodistas y directivos de los medios, pero no sirvió de mucho.

Si la estrategia del gobierno era mantener el tema en reserva para no causar alarma porque tenía dudas sobre la "sustancia" o la autenticidad del grupo insurrecto, lo que parece razonable, debió abandonarla cuando el hecho tomó estado público. Una vez enterados los ciudadanos, nada hubiera sido más tranquilizador que escuchar a las autoridades informar todo cuanto sabían al respecto. En lugar de ello, lo que tuvimos fueron dilatorias, evasivas y monsergas. Pero eso no es lo peor.

Al parecer hay un video en el que un grupo de presuntos militares amenazan con liberar a sus colegas procesados y presos por decisión judicial, entre otras actividades que comprometerían la paz pública. El hecho es de tal magnitud que está siendo investigado por los servicios de Inteligencia del Estado y ameritaría, según Bonomi, un análisis en profundidad de la "sustancia" por parte de los periodistas, ¡pero el ministro del Interior dice que ni siquiera lo vio!

Eduardo Bonomi ha demostrado en estos años al frente de diversas carteras que puede actuar como un hombre de Estado, pero derrapa y se la agarra con la prensa cuando no sabe qué decir. Su desconocimiento de las prácticas periodísticas o la falta de una política de comunicación adecuada para situaciones difíciles vuelven a jugarle una mala pasada.