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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Suprimiendo y agregando agregados. ¿En qué quedamos?

Desde antes de asumir, el actual gobierno había informado que era su intención reducir el número de Agregados Militares en nuestro servicio exterior.

09.02.2011 08:56

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2011-02-09T08:56:00-03:00
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Durante el año 2010 desde el Ministerio de Defensa se mantuvo esta postura y, finalmente a comienzos de este año se confirmó esta decisión informando que de los treinta y ocho actualmente existentes se reducirán a catorce y se agregarán dos nuevos cargos.

El gobierno ha informado que esta decisión representará un ahorro de alrededor de cinco o seis millones de dólares en el transcurso del actual período de gobierno que se aplicará a otras mejoras dentro de la misma cartera.

De acuerdo a la información brindada por las autoridades, la reducción se llevará a cabo en función de un análisis estratégico sobre la presencia de personal militar en nuestras sedes diplomáticas.

Uno de los criterios a adoptar es que en los países en los que Uruguay tiene en la actualidad tres Agregados Militares (uno por arma), tales como Argentina, Brasil o Estados Unidos, se reducirán las posiciones a un único Agregado Militar. En otros casos, simplemente se elimina la posición diplomática militar correspondiente.

Así planteadas las cosas parece muy sensato que se redimensione la presencia militar en las sedes diplomáticas y que permita redireccionar los recursos que se obtienen por tales decisiones. Parece razonable que un país como Uruguay mantenga cargos de carácter militar en su servicio exterior en algunos destinos estratégicos de primer orden, reduciendo su presencia a un número pequeño y ampliando sus cometidos más allá del país de residencia, asumiendo una representación territorial más amplia.

Todo lo antedicho es muy razonable y merece nuestro apoyo. Sin embargo, "hay más noticias para este boletín"; simultáneamente al anuncio de la fuerte reducción de la presencia militar en nuestra diplomacia, se informa que Uruguay creará dos nuevos cargos de Agregaduría Militar, uno en Venezuela y otro en México.

Por un lado, el gobierno elimina veinticuatro posiciones de Agregaduría Militar, dejando vigentes solo catorce; pero por otro lado, crea dos nuevos cargos con destino a esos dos países de América Latina.

Realmente no entendemos la lógica de esta decisión. El recorte ha sido particularmente severo, eliminando dos tercios de los cargos actualmente existentes, incluso alguna de estas supresiones deben generar polémica. Pero al mismo tiempo se crean dos nuevos cargos.

De los dos cargos creados, el gobierno solo ha intentado justificar el caso de Venezuela; al respecto se ha dicho que esta decisión es el resultado de una cierta obligación de reciprocidad, en la medida que Venezuela designó un Agregado Militar en nuestro país el año pasado, con el rango de General.

Pues bien, justamente Venezuela es el país con el que Uruguay no debería aumentar sus vínculos militares. Se trata del país líder en la carrera armamentista del continente, su accionar en los últimos años ha estado signado por su obsesión de intervenir políticamente en los asuntos y en las elecciones de otros países, ha estado varias veces al límite de iniciar una disputa bélica en la región y su gobierno ha dado pasos irreversibles en dirección al autoritarismo y al ejercicio dictatorial del poder.

Es incomprensible el incremento de los vínculos con un país que, aunque finalmente el Senado paraguayo apruebe su ingreso al bloque regional, no debería ser aceptado simplemente por la aplicación de la cláusula democrática que está vigente en el texto del Tratado de Asunción.

Pero, particularmente rechazamos el incremento de los vínculos militares con un gobierno que, como el de Venezuela, ha hecho gala de un supremo desprecio por la paz regional y mundial, asumiendo posturas beligerantes y buscando alineamientos muy preocupantes en el plano internacional.

Pero, además, es un gobierno que está afectando las libertades de su pueblo, sumiéndolo en un contexto autoritario.

Las señales de los gobiernos democráticos con respecto a aquellos países que, como Venezuela, se van convirtiendo en dictaduras, deben ser de firmeza y distancia suficiente para ayudar a evitar el cercenamiento de las libertades y los derechos de los ciudadanos de ese país. Flaco favor le hacemos al pueblo venezolano estrechando los lazos con su actual gobierno.