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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Se tiene que ir ahora

Todos sabemos que la sensación de inseguridad se ha ido agudizando cada vez más en los últimos tiempos. La violencia en la comisión de los delitos ha aumentado notoriamente. La situación del sistema carcelario es espeluznante y ha empeorado rotundamente en los últimos años.

06.04.2009 09:21

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2009-04-06T09:21:00-03:00
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Estos elementos, ya de por sí, bastarían para que el gobierno pensara en sustituir a la Ministra del Interior. Pero, además, sus intervenciones y algunos episodios pintorescos y patéticos que la tuvieron como actriz principal, así como el hecho de haberse convertido en la referencia principal y recurrente de las bromas de los tablados del Carnaval no han tenido otro efecto que la segura erosión de su autoridad ante el cuerpo policial.

Es evidente y básico que un Ministro del Interior debe tener una imagen fuerte y seria que le permita ejercer con energía su autoridad y hacerse obedecer con éxito ante sus subordinados. Resulta difícil imaginarse que una Ministra que ha sido el centro del espectáculo y que ha carecido en forma permanente del sentido del ridículo, pueda mantener el nivel de conducción que el cargo obliga.

Pero, si todos estos aspectos no fueran suficientes, debe agregarse otro componente, a nuestro juicio decisivo. El cargo de Ministro del Interior tiene, como consecuencia de su competencia en el mantenimiento del orden público, una función principal en períodos electorales. La titular del Ministerio del Interior es quien debe dar garantías sobre el buen funcionamiento de los actos electorales y debe otorgar garantías a todos los contendores sobre el manejo de la fuerza pública que evite todo tipo de riesgos en la organización y buen funcionamiento del acto electoral.

Es por ello que a lo largo de la historia, reciente y antigua, todo gobierno ha tenido especial cuidado en designar en el cargo ministerial a figuras que estuvieran por encima o por fuera de la disputa político-electoral.

A modo de ejemplo, tanto en las elecciones del 94 como en el 99 y 2004 siempre los Ministros del Interior que se involucraban en las campañas electorales, dejaron sus cargos en manos de otras figuras que se mantuvieron ajenos a las disputas electorales y, por ello, fueron garantes de los actos electorales respectivos.

Es más, en 1950, durante el gobierno de Luis Batlle, este para despejar todo tipo de riesgos o dudas, resolvió nombrar Ministro del Interior al Dr. Dardo Regules, figura prominente de la Unión Cívica.

La Ministra Tourné, por el contrario, en vez de mantener la neutralidad y los buenos vínculos con todos los partidos, sube a un estrado tras otro para atacar con dureza a la oposición, sin asumir que su cargo debería llevarla a sostener otra actitud.

En síntesis, ni su gestión al frente de la seguridad pública, ni la atención de los institutos carcelarios demuestra resultados positivos. Por el contrario, son señal muy negativa de una gestión rematadamente mala. Pero además, ni siquiera es capaz de dar garantías al sistema político ante una sucesión de eventos electorales que se nos vienen.

Es hora de que deje su lugar a otro, sin generarle al Presidente un problema por su imprescindible relevo.