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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Se abre una interrogante

Acaba de finalizar el mes de junio y el balance parece indicar algunas señales novedosas sobre cómo será el funcionamiento del gobierno en la segunda mitad de su período de gobierno. El mes comenzó con el importante anuncio de que el Presidente Vázquez descartaba su postulación a la reelección y, simultáneamente, modificaba las características del acto del 19 de junio indicando que él participaría de dicho acto con todos aquellos que quisieran acompañarlo.

02.07.2007 09:27

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2007-07-02T09:27:00-03:00
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Pues bien, un mes después se puede afirmar que se han producido sucesos de diversa naturaleza temática pero que tienen como factor común el distanciamiento creciente entre las decisiones del gobierno y las posturas de importantes sectores del partido de gobierno.

En efecto, el acto del Nunca Más, a pesar de ciertas convocatorias de último momento a cargo de algunos de los partidos que integran el Frente Amplio y de grupos de ciudadanos cercanos al Presidente, no contó con la militancia frenteamplista ni con la presencia de algunos dirigentes de diferentes sectores del partido de gobierno.

Incluso se podría agregar que algunos de los dirigentes presentes fundamentaron su presencia en argumentos que disentían notoriamente con los contenidos que el Presidente Vázquez le había otorgado al evento.

En definitiva, el acto del 19 de junio resaltó mucho más por la importante presencia de los partidos y dirigentes de oposición que acompañamos y apoyamos el contenido y la propuesta de la convocatoria presidencial, que por la actitud del Frente Amplio que no sólo no estuvo presente en forma completa, sino que algunos de los sectores que lo integran propiciaron una contramarcha el mismo día con consignas expresamente cuestionadotas de la iniciativa del Presidente.

Por otra parte, el mes se cerró con una fuerte "pulseada" política entre la gran mayoría de los diputados del Frente Amplio y el Poder Ejecutivo por los contenidos definitivos de la Rendición de Cuentas.

De nada valió que el gobierno hubiera incrementado el gasto público en su mensaje al Parlamento en casi trescientos millones de dólares, de los que una buena parte ya estaban dirigidos a la educación. De nada valió que el gobierno hubiera preparado el "terreno político" explicando los contenidos de la Rendición de Cuentas a todos los jefes políticos de los diferentes sectores del gobierno, solicitando el apoyo sin modificaciones para la propuesta presentada. De nada valió que no existiera presión desde los partidos de oposición para incrementar las partidas en la discusión parlamentaria.

De todos modos, la bancada frenteamplista resolvió presionar al gobierno impulsando una propuesta de incremento del gasto del orden de los treinta millones de dólares dirigidos a reforzar el gasto en la Universidad de la República y la ANEP. Hubo anuncios firmes de que el gobierno no aceptaría la propuesta de la bancada que, por otra parte, era notoriamente inconstitucional. La mayoría de los legisladores siguió adelante con su postura.

Fue necesaria una reunión con el Presidente de la República en la que, si bien el Presidente mantuvo una postura de diálogo y abierta con los diputados disidentes, quedó bien claro que la postura que estos sostenían era diferente de la posición del mismo Presidente de la República.

Finalmente, el episodio se sorteó mediante la decisión de los diputados frentistas de trasponer fondos sin aumentar el gasto (decisión que también posee dudosa constitucionalidad) y que va a afectar partidas de inversión en todos los ministerios, poniendo entre signos de interrogación a varios planes y proyectos gubernamentales.

Pero lo importante es que en poco menos de veinte días se han producido dos eventos que no son de menor significación y que pertenecen a temáticas y campos políticos muy distintos en los que no ha existido sintonía entre la conducción del gobierno a cargo del Presidente Vázquez y buena parte de su partido.

Seguramente, la decisión del Presidente de no ir por la reelección, ha abierto las compuertas para que los diferentes grupos, sectores y figuras políticas del Frente Amplio comiencen a marcar sus perfiles pensando en la próxima campaña electoral. Probablemente esta sea una de las principales causas que ha determinado esta secuencia de desencuentros políticos dentro del partido de gobierno.

Por otra parte, en ambos episodios parece surgir una nueva actitud presidencial que, quizás despojado del peso de la eventual reelección, parece dispuesto a impulsar sus ideas y proyectos con creciente independencia de los condicionamientos políticos internos, jugado a desarrollar su gestión de gobierno con mayor libertad y según su mejor criterio, sin detenerse ante los cuestionamientos o críticas internas y sin importarle que ello lleve a que los partidos de oposición lo apoyen en mayor grado que sus propios agrupamientos internos.

Si lo ocurrido en junio se convierte en una tendencia permanente, la segunda mitad del gobierno promete ser mucho más ardua, compleja, novedosa, incierta y dinámica a la hora de las decisiones, que la primera mitad del mandato.