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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Recalentamiento electoral temprano

Desde hace ya varios meses los partidos políticos mayoritarios han comenzado a dedicar una buena parte de su energía y tiempo en la discusión y el debate sobre las candidaturas para las elecciones de octubre de 2009.

04.08.2008 09:11

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2008-08-04T09:11:00-03:00
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Falta casi un año para las elecciones internas, quince meses para las elecciones nacionales y casi dos años para las elecciones departamentales, pero la agenda de actividades de los partidos mayoritarios se pueblan de eventos preelectorales. Comienzan a pulular los actos de proclamación, la apertura de listas, las alianzas, los conflictos, la disputa por los lugares en listas parlamentarias. Incluso ya han asomado algunas columneras anunciando números de listas referidas a los eventos electorales próximos.

Ciertamente no son los medios de comunicación que fabrican las noticias para producir este recalentamiento electoral prematuro. Son las situaciones internas de los partidos que adelantaron las discusiones y, en algunos casos, las proclamaciones, los que han producido este fenómeno insólitamente tempranero y, desde nuestro punto de vista, negativo.

Lo más preocupante es que este adelantamiento está caracterizado, además, con cierta tendencia a la “farandularización” de la política. Si el lector por un momento hace el ejercicio de abstraerse de los nombres y apellidos y escucha simplemente el contenido de las noticias, es probable que las situaciones referidas se parezcan mucho a los “chismes de los programas de la farándula porteña”.

Fulano se peleó con sutano; mengano se separó de tal y ahora hace una alianza con cual; menecucho ha logrado el apoyo de equis; perengano dice que no quiere ser candidato, ahora dice que sí quiere, mañana dirá que no sabe; otro dice que si fulano no cambia no podrá apoyarlo; otro anuncia que si el precandidato tal acuerda con aquel, entonces él se enoja y se va con aquel otro; finalmente algunos hasta han incorporado en sus “idas y venidas” la cuestión del lugar en las listas que se terminarán de definir recién dentro de un año.

¿Por qué ha ocurrido este aceleramiento electoral repentino? ¿Qué razones han llevado a que los tres partidos tradicionales hayan adelantado tanto sus carreras electorales? Puede haber muchas interpretaciones, pero lo que realmente importa es que no es bueno ni sano para la política uruguaya.

Si las cosas ya están en este punto, cuando falta más de un año para la elección, es imaginable que la ciudadanía puede llegar a un punto de hastío y de rechazo mucho tiempo antes del momento en que deba ejercer su derecho al voto. Estas circunstancias afectan la solidez de la democracia y promueven el distanciamiento ciudadano así como la pérdida de interés por parte del hombre común.

No le hace bien a la calidad de la democracia esta electorización repentina porque genera una banalización de la política, en la medida que exagera los aspectos lúdicos de la misma y deja a un lado los aspectos sustanciales que hacen relación con la capacidad de resolver los problemas de la gente.

El escenario político se transforma en un escenario de especulación y apuestas, en el que los datos de las encuestas y sus tendencias de voto se convierten en la información central y decisiva.

La gente espera respuestas a sus problemas cotidianos y los políticos estamos para proponer e impulsar soluciones a estas cuestiones. Cuando la gente ve que los políticos destinan buena parte de su tiempo a los acuerdos, negociaciones y conflictos electorales, está registrando que en realidad los políticos sólo se preocupan por su suerte futura y por obtener los mejores lugares en la siguiente instancia electoral.

Así las cosas, el desgaste de candidatos, partidos y, en definitiva, del funcionamiento democrático, es un proceso lento pero inevitable.