Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Radio sí, yanquis no

Radio sí, yanquis no

21.04.2007

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2007-04-21T20:14:00-03:00
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El Consejo de Facultad de Ciencias de la Comunicación rechazó una oferta de la embajada de Estados Unidos para financiar la instalación de su flamante emisora radial. Las razones son tan previsibles como patéticas. Las prácticas que el gobierno estadounidense sigue en materia internacional no sólo perjudican a los iraquíes. Los uruguayos comprobamos ahora con pavor cómo el belicismo bushista termina minando nuestros magros recursos y devastado el sentido común de nuestros universitarios.

El grupo de estudiantes que tenía a su cargo la concreción de la radio universitaria  creyó del caso pedirle a ciertas representaciones diplomáticas acreditadas en Montevideo que expresaran su solidaridad financiando la instalación de la emisora de radio que el gobierno otorgó recientemente a esa casa de estudios. La única respuesta favorable llegó del lugar menos esperado: la embajada de los Estados Unidos de América.

La noticia cayó como un balde de agua fría en el ala jurásica de la Facultad, siempre lista para defender su peculiar representación de la realidad. Como creen que el mundo está dividido en víctimas y victimarios y los yanquis pertenecen, por derecho propio, a estos últimos, no se podía aceptar semejante ayuda sin matizar al menos la maldad intrínseca del sistema. Para tranquilidad de las almas sensibles, el consejo de facultad resolvió rechazar la donación, consagrando un principio de justicia distributiva hasta ahora desconocido: el nuevo chiche de la Facu no será financiado por los opulentos contribuyentes gringos sino por los magros recursos de los uruguayos.  

 La decisión tiene un efecto injusto y regresivo pero nada novedoso. En definitiva, todos los uruguayos ponemos dinero para que una elite de estudiantes, profesionales y egresados den rienda suelta a su singular manera de ver el mundo universitario. ¿Por qué pedirle a una facultad en especial que cuide el dinero de los contribuyentes si nadie en la UDELAR siente el deber de rendir cuentas a la sociedad? Y lo que es  peor, ¿cómo aceptar dinero de la embajada del “imperialismo” sin cursar al menos una carta de agradecimiento? Una mezcla de impunidad, despilfarro y dogmatismo típicamente udeláricos cortaría de un tajo el nudo gordiano, y sanseacabó. Es que con la guita ajena cualquiera es principista.