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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Pronósticos errados y modificciones en agenda

Apenas un mes y pocos días de aplicación de la reforma tributaria y ya se observan graves y gruesos errores que confirman los pronósticos de quienes advertimos desde hace tiempo sobre los negativos impactos que tendrían las modificaciones tributarias aprobadas por el actual gobierno.

06.08.2007 09:39

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2007-08-06T09:39:00-03:00
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En efecto, el primer error de pronóstico fue observado a comienzos del mes de junio, cuando el equipo económico anunció con "estridencia y certeza" que la reforma tributaria representaría una significativa reducción de las tarifas públicas. Se dijo textualmente que toda la importante rebaja tributaria otorgada a las empresas estatales se transferiría al valor de las tarifas de la luz, el agua y el teléfono; por lo tanto se nos indicó que los ciudadanos percibiríamos como primer beneficio de esta reforma una reducción importante al pagar estas tarifas a comienzos de julio.

Pues bien, como ya dijimos en su momento, las significativas reducciones anunciadas fueron paupérrimas. La energía eléctrica bajó un 2% y el agua corriente se redujo en un 3,4% (con el problema adicional que a partir del mes siguiente comenzaría a tributar IVA, por lo que la reducción otorgada se transformaría en aumento). En el caso de las llamadas telefónicas, se equiparó el precio de las llamadas interdepartamentales con el valor de la llamada local, modificación que aun no ha sido cuantificada en términos globales.

Primera conclusión, los uruguayos expectantes confirmaron que los grandes ahorros proyectados no superarían más de $50 mensuales. El segundo anuncio, tan "convencido y certero" como el anterior indicaba que a partir del 1º de julio todos constataríamos una significativa reducción de los precios de los artículos de consumo y de los servicios como resultado del impacto que la reforma tributaria provocaría en dichos precios, ante la eliminación del COFIS y la reducción del IVA.

Se dijo tan incesante como erróneamente, a través de publicidad oficial pagada por todos los uruguayos, que la eliminación del COFIS más la reducción de un punto de IVA debía significar una reducción de cuatro puntos porcentuales en los precios de las cosas. Obviando que la traslación de dichos componentes tributarios no es directa ni sumable en forma simple para determinar el precio final de los productos.

Transcurrido el mes de julio, la cifra de inflación correspondiente a ese mes confirmó lo que los uruguayos percibíamos en nuestra vida cotidiana. No sólo no había habido reducción de precios, sino que el índice de precios al consumo indicaba un nuevo incremento, en este caso cercano a un punto porcentual.

Debe destacarse que a principios de dicho mes, todos los representantes del equipo económico pronosticaron que en julio habría deflación y que la tendencia al incremento del IPC se corregiría sustancialmente.

Segunda conclusión, la reforma tributaria no ha representado ninguna reducción de precios, por el contrario la tendencia inflacionaria continúa presente de manera continua en nuestra economía desde principios de año.

Para los primeros días de agosto se cobrarían por primera vez los salarios y jubilaciones con la aplicación del impuesto a la renta de la persona física. El gobierno nos había dicho que apenas uno o dos de cada diez asalariados y jubilados serían afectados por dicho impuesto, mientras el ochenta por ciento restante obtendría ventajas de tal transformación.

Basta recorrer las calles de este país y escuchar a la gente para confirmar que el impacto negativo en los bolsillos de los uruguayos de los sectores medios ha alcanzado a mucha más gente de la que el gobierno pronosticó y los supuestos beneficiados, sólo son unos pocos; mientras la mayoría de los uruguayos no modificó su situación.

Muchos errores para tan poco tiempo. Tantos errores que se multiplican las críticas, incluso desde dentro del partido de gobierno, y ya se anuncian un día sí y otro también, importantes modificaciones a la reforma recién vigente.

Poco queda del tono triunfalista y suficiente con el que se respondieron una a una todas las críticas que, preventiva y oportunamente, se le hicieron llegar al gobierno desde la oposición. Esperamos que ahora, ante la evidencia que se expresa cada vez con mayor fuerza, el gobierno se disponga a realizar sustanciales modificaciones que impidan que nuestra gente continúe sufriendo este injusto golpe en su economía familiar.