Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Privatizadores

Privatizadores

22.09.2010

Lectura: 3'

2010-09-22T07:47:14-03:00
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Algún día tenía que ocurrir. La buena administración no debería ser un terreno de disputa ideológica sino simplemente lógica. Por eso es bienvenido que un gobierno de izquierda y una central que ha dado sus mejores esfuerzos por liderar la lucha de clases, reconozca que “nuestro Estado no puede ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas, y pérdidas que lastran la economía, resultan contraproducentes, generan malos hábitos y deforman la conducta de los trabajadores”. No importa si se trata de antiguos guerrilleros y de revolucionarios de todas las horas. Lo que está bien está bien.

La reducción de puestos de trabajos excedentarios en el ámbito estatal en no más de seis meses (“el calendario está concebido por los organismos y empresas, hasta el primer trimestre del 2011”)  hubiera despertado en otro contexto la ira de los sindicatos. Sin embargo, la privatización de la función pública, odiada y vituperada durante las últimas tres décadas, se plantea ahora desde otra perspectiva. Para los voceros gremiales, “el tratamiento laboral de los trabajadores que en una entidad o puesto de trabajo resulten disponibles, se amplia y se diversifica el actual horizonte de opciones con nuevas formas de relación laboral no estatal como alternativa de empleo”.

Los responsables de esta maravillosa expresión de voluntarismo no explican cómo piensan hacer que aparezcan esas “formas de relación laboral no estatal” y por qué no fue el Estado el creador de tanta prosperidad, pero la construcción del socialismo tiene circunloquios todavía indescifrables para los no iniciados.

¿Se vendrá una ola de paros y movilizaciones que enfrenten la pérdida de puestos de trabajo y redoblen la lucha contra la explotación capitalista? No parece. La central sindical expresa, por el contrario, que serán los sindicatos los encargados de “mantener el control sistemático de la marcha de este proceso, desde que se inicie hasta que concluya”.

Los sectores radicales, que ven el pragmatismo de los gobernantes de izquierda como una traición al viejo dogma, deberán estar al borde del pasmo al enterarse que “ya no será posible aplicar la fórmula de proteger o subsidiar salarialmente de forma indefinida a los trabajadores” y mucho más saber que “los sistemas de pago por resultado… continuarán siendo la vía para elevar la productividad y como consecuencia de ello, el ingreso de los trabajadores”. Más aún, la central obrera va a velar por la más estricta observancia y aplicación del “principio de idoneidad demostrada al determinar el mejor derecho para ocupar una plaza”. El viejo paradigma de darle “a cada quien según sus necesidades” ha sido sepultado, no por el pragmatismo, como creen los radicales, sino por la realidad.
El entrecomillado forma parte de un documento de la central única de trabajadores ante los anuncios del gobierno para el sector público publicado el pasado 15 de setiembre. De la central única de Cuba, claro.