Contenido creado por Inés Nogueiras
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Plenario del FA: el gran serrucho

Plenario del FA: el gran serrucho

Debemos medir cuidadosamente nuestros errores, como única forma de superarlos y de marchar por la buena senda. Porque no es la Derecha la culpable de nuestros errores sino nosotros mismos. General Liber Seregni

08.03.2016

Lectura: 7'

2016-03-08T05:55:00-03:00
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Sobre el tema en debate ya se pronunció la Presidencia de la República. En la sesión del Consejo de Ministros en el departamento de Rivera realizado este domingo, con un pequeño cartelito colocado frente al vicepresidente sustituyó el "Lic." -que utilizó hasta ahora- por "Sr.". Sobre eso no hay nada más que agregar, está claro que el señor Raúl Sendic no tiene ninguna posibilidad de probar que es licenciado y por lo tanto mintió. Basta de perder tiempo, vayamos al fondo del tema.

Debemos comenzar a considerar la principal herramienta utilizada por la estructura del Frente Amplio, a través de la resolución de "apoyo" y "solidaridad" emitida el sábado pasado: el serrucho.

El Plenario aserró a una parte importante del pueblo frenteamplista de la estructura del FA. ¿Cuántos somos? ¿Somos mayoría? No importa, nunca antes se había producido una fractura expuesta tan grave y profunda entre los dirigentes del FA y el pueblo frenteamplista. Nos están aserrando algo fundamental: el sentido de pertenencia, uno de los elementos claves para cientos de miles de uruguayos que se sienten frenteamplistas. Eso es lo que han puesto en crisis.

¿Todos usaron el serrucho de la misma manera, por las mismas razones? No. El rechazo tan profundo que genera esa resolución, que incluye acusaciones de desestabilización democrática contra los opositores y la prensa "chatarra", tiene diversas vertientes, pero el resultado es el mismo.

El MPP, en particular el sector liderado por José Mujica y Lucia Topolansky, es el gran triunfador, está imponiendo a diversos niveles su visión, su "relato", no solo sobre la falsedad académica de Sendic, sino sobre todo sobre las causas y los responsables de la profunda crisis de Ancap. Es además un triunfo ideológico, de la visión más retrograda dentro del FA.

Es parte de la escalada por la cual han logrado deglutirse a una parte importante del FA, transformando al PCU casi en una sucursal y creando a la 711 como un complemento de su estrategia. ¿Alguien puede creer, luego de escuchar los balbuceos de Sendic y aquilatar su nivel político e intelectual y de todo su sector en todas estas semanas, que son capaces de elaborar y aplicar una sucesión de operaciones hasta llevarlo a la vicepresidencia y apuntar a la presidencia de la República? ¿Alguien puede creerlo con un mínimo de fundamento? Y entonces, ¿quién lo apalanca y lo apalancó?

"La situación está muy complicada" es la afirmación que más escuché en estos días. Precisamente por eso hay que hacer el mayor esfuerzo por profundizar, por entender, por buscar respuestas hacia el futuro.
Hay un segundo sector de compañeros que, con la mejor buena voluntad, votó la resolución y hasta algún grupo se abstuvo, no le dio para votar en contra. Estoy seguro de que en casi todos ellos primó el sentido de preservación del FA y del actual gobierno y la famosa palabra "unidad".

Cometieron un muy grave error, la principal unidad del FA es con su pueblo, con su gente, con su historia, con sus ideales y la única forma de defenderla es con honestidad, de cara al pueblo, respetándolo y sometiéndose a sus juicios y nunca, absolutamente nunca, confundir los "palacios" del poder a los diversos niveles, con la democracia y las causas populares.

Un virus extremadamente peligroso nos ha invadido. El mensaje que transmite el informe sobre la investigadora de Ancap votada por los 16 senadores del FA y por la declaración del Plenario del FA es que la mentira es aceptada, que podemos y debemos defender las peores gestiones de empresas públicas, con la sola condición de que las dirijan "compañeros".

Es un mensaje que justifica, desde ahora, los errores y los horrores en la gestión, el descontrol en el manejo del dinero público más allá de la moralidad. Aunque todavía no sepamos si además se violaron las leyes y que si durante 20 años se le mintió a la gente, "oficialmente" a través de documentos firmados, de presentación para cargos públicos y en la propia campaña electoral. Eso no importa. Eso siempre se le puede atribuir a la derecha y a la prensa.

En el Uruguay nadie le reclama a nadie que tenga un título universitario, pero a pesar de lo que digan algunos, las licenciaturas son valiosas, importantes, la sociedad en su conjunto hace esfuerzos para que una parte de sus hijos alcance esa posición universitaria. No es, por cierto, un motivo de desprestigio, por eso Sendic utilizó de forma falsa ese título.

Nadie lo votó por ser o no ser licenciado. Yo no hice campaña electoral, con poco o mucho resultado, por la fórmula Tabaré -Sendic, porque el vice era licenciado; pero lo que tengo claro es que no la hice sabiendo que estaba mintiendo. La credibilidad de un dirigente político es un capital fundamental.

Si durante 20 años mintió sobre su título, ¿sobre qué otras cosas puede haber mentido o mentirá? Un error personal, absolutamente de responsabilidad personal, el Plenario del FA lo transformó en una responsabilidad colectiva, de todo el aparato del FA y pretende que sea de todo el pueblo frenteamplista.

No sé cuántos somos, ¿uno, dos, cientos, miles, muchos más? Yo no me siento representado en absoluto por esa resolución y la rechazo de manera enérgica. Y aunque se proclame que el tema se ha terminado, eso no lo decide nadie. La conciencia ciudadana no se maneja por decreto o resoluciones de plenarios. Afortunadamente para nuestra democracia.

Y a partir de esa mentira y su apoyo o solidaridad de parte del FA todo ha cambiado, porque incluso el tema de Ancap asumió otra dimensión.

El mayor aporte de toda la historia del Frente Amplio para que nos ataque la derecha y la prensa de derecha (esa que cuando conviene se transforma en el gran vocero de las "fuentes" oficiales) la realizó Sendic y ahora el Plenario del FA.

Todos los frenteamplistas hubiéramos dado cualquier cosa con tal de no asistir a este bochorno que nada tiene que ver con nuestra identidad, nuestra historia, nuestros ideales. Y que no me vengan con el cuento de los "guardianes de la moralidad", porque la indignación en la gente la puede percibir cualquiera con un mínimo de sensibilidad.

¿Creen acaso que el silencio cómplice, los aplausos vergonzosos o dejarnos sumergir en esta corriente de fango sin siquiera protestar preserva al FA? Al menos no subestimen de esa manera el capital humano, político y de sensibilidad que tiene el pueblo frenteamplista.

La nave está profundamente escorada, no solo porque Danilo Astori sin reunirse con nadie decretó su casi desaparición y ahora su transformación en una coordinación parlamentaria o de gobierno, es decir, todo dentro del "palacio"; sino por algo mucho más grave: porque lo más importante de la embarcación es su tripulación. La mayoría de personas que nos ha votado y apoyado se siente perteneciendo al FA y está enojada o muy preocupada.

Pero en la nave mayor viajamos con todos los uruguayos, los que nos votaron y los que no nos votaron. Y la inmensa mayoría de esos ciudadanos, incluso algunos que todavía no lo son, deberían seguir siendo el motivo de nuestros desvelos, no solo en su condición económica y social, sino en sus valores, en sus sensibilidades. Yo estoy orgulloso de pertenecer a un pueblo que rechaza la mentira, que no la acepta.
Cuando las sociedades se resignan a que la mentira es parte inexorable de la política, nos sumergimos en una decadencia muy grave. Si eso no está sucediendo, es porque en Uruguay eso se ha forjado durante muchas décadas y creo que la izquierda y los frenteamplistas hemos hecho un aporte muy importante. Sobre todo por eso no me resigno y voy a seguir peleando.

Se aproximan batallas importantes.