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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Papeleras: lo único posible

La reunión de Madrid no ha arrojado ningún resultado sustantivo, los temas de fondo que son objeto de disputa no fueron abordados ni se ha registrado ningún avance al respecto. Sin embargo, ello no significa que no se hayan producido novedades en la marcha del conflicto.

23.04.2007 00:00

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2007-04-23T00:00:00-03:00
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En efecto, el clima previo a la reunión no era el mejor. Del lado argentino se habían producido nuevos hechos que enrarecían el clima y que amenazaban con agravar el conflicto. Durante la Semana Santa estuvieron los tres puentes bloqueados lo que generó nuevamente un daño significativo a nuestra actividad turística, algunos dirigentes piqueteros amenazaron con acciones violentas y destructivas sobre la fábrica de Botnia y se descubrieron dispositivos materiales en el río cuya finalidad aparente habría sido el sabotaje de la navegación en ese curso de agua.

Por otra parte se hizo circular la versión, hasta ahora no desmentida, de que el gobierno argentino no avanzará efectivamente en un acuerdo hasta transcurridas las elecciones presidenciales de octubre, puesto que este tema se ha incorporado en la agenda de la campaña electoral, y el Presidente Kirchner se ha identificado con la bandera de los activistas de Gualeguaychú.

Del lado uruguayo, las únicas novedades ratificaban que los avances de la obra eran muy significativos y todo indica que la planta de fabricación de celulosa se inaugurará en los tiempos planificados, es decir en pocos meses más. Esta circunstancia ha avivado las críticas y las acciones de enfrentamiento por parte de los piqueteros del litoral argentino.

En tales circunstancias, no podía esperarse que ocurrieran avances relevantes en la resolución del conflicto. Asumido el mencionado contexto de notoria adversidad y descartada la posibilidad de una postergación del encuentro, que a nuestro parecer podía ser la alternativa más sensata para preservar ese ámbito de negociación, la reunión de Madrid se limitó a mejorar el clima y las condiciones previas a la negociación en sí.

Efectivamente, la reunión de Madrid es observada positivamente por ambas partes y por el facilitador, porque se dirigió exclusivamente a reconstruir la posibilidad de dialogar. Si se analiza la declaración final se observará que son dos los contenidos de dicho documento.

El primero consiste en la afirmación de que es necesario conversar y que ambos países deben necesariamente dialogar puesto que el único camino de solución para esta controversia será la gestación de un acuerdo que de por subsanado el conflicto. En buen romance, se ratifica la vía diplomática y la negociación emprendida como el camino adecuado para resolver esta problemática.

Esto implica que ambos gobiernos buscarán avanzar en un entendimiento en vez de quedar supeditados al desenlace del litigio establecido ante el Tribunal de La Haya, lo que le agrega un cierto plazo al proceso de negociación, ya que el fallo de La Haya opera como límite temporal del entendimiento.

Quizás por eso, se fijó una segunda reunión de negociaciones bastante próxima en el tiempo. En el mes de mayo habrán de volver a encontrarse las partes en la oficina del facilitador en la ciudad de New York.

El segundo elemento a rescatar de esta instancia fue la elaboración de la agenda del conflicto. En efecto, la declaración hace una lista exhaustiva sin establecer prioridades ni prelaciones sobre los asuntos que deben ser objeto de dilucidación para lograr el consenso.

Obviamente, redactar la lista de temas no supone avanzar en la resolución de estos asuntos. Pero en cualquier negociación lo primero que es necesario determinar es el objeto sobre el que se debate, y ello es lo que se logró en esta reunión.

En definitiva, la mediación salvó una instancia de encuentro que estuvo precedida de pronósticos negativos, pero tan sólo desarrolló los "actos preparatorios" del diálogo.

La gran interrogante es cómo se habrán de asumir los acuerdos cuando se ingrese en los temas sustantivos. La propuesta de establecer una Misión de Observación de las Naciones Unidas en la zona, que aun no se ha manejado, puede ser una medida que ayude significativamente en la solución final del tema y debería explorarse con interés.

Lo que parece claro es que habrá que actuar con mucha creatividad, hasta ahora casi totalmente ausente, para encontrar los caminos que nos lleven a una solución final.