Conocí a Yamandú en el año 2005, en un descampado del barrio Herten de Las Piedras, donde vecinos y vecinas reclamaban hacía ya muchos años una plaza y policlínica (que hoy es realidad) en la Plaza Latinoamérica. Era un joven profesor de historia que había militado en las bases del Frente Amplio y en nuestro sector. Yo era un militante más y tuvimos una charla amena. Yamandú estaba llamado a ser una pieza clave del gobierno de Canelones, protagonista junto a Marcos Carámbula y un gran equipo frenteamplista de esa primera gestión y que, a lo largo de casi dos décadas, logró cambiar el paisaje canario, procesando enormes transformaciones que permitieron soñar con otro Canelones posible, lo que antes era apenas una utopía.
Ahora que Yamandú se encamina a la contienda electoral por ejercer la primera responsabilidad política del país, y que los y las frenteamplistas vamos a elegir nuestro candidato a presidente en junio, es bueno hacer un breve balance de las principales líneas políticas que guiaron su accionar y que serán la carta de presentación ante la ciudadanía.
Canelones es un departamento clave en el desarrollo productivo de Uruguay. Como decíamos en nuestra campaña, ese pequeño gran país que llevamos dentro. ¿Por qué? Es el segundo departamento en importancia tanto en población como en producción y es el tercer departamento exportador.
En los últimos 20 años, Canelones no sólo se ha desarrollado en términos productivos y económicos, sino que también ha mejorado sustancialmente las condiciones de bienestar y de protección social de su población. Hoy es un departamento con menor desigualdad de ingresos entre sus habitantes. Es un departamento que logró disminuir sensiblemente los niveles de pobreza de su población total, así como también los de su población infantil. En 2006 la pobreza infantil ascendía al 43%, mientras que en la actualidad ronda el 12%, estando muy por debajo de los indicadores a nivel nacional. También ha mejorado el nivel de desempleo respecto a lo que era hace 20 años atrás.
La gestión de Yamandú ha tenido a lo largo de tantos años algunas señas de identidad que me parecen especialmente particulares y destacables. Canelones es el departamento del país con mayor número de municipios que, al día de hoy, llegan a treinta y seguramente se amplíe en el corto plazo. Vale recordar que, mientras en el pasado las autoridades locales eran cargos designados por el intendente, ahora no sólo la ciudadanía tiene la posibilidad de elegirlas, sino que además las minorías políticas tienen representación y voto en los concejos municipales: es una ampliación de la democracia y una desconcentración del poder.
Canelones ha sido un departamento de diálogo político, donde coexisten distintas miradas; no hay una política de tierra arrasada, brecha y desconocimiento de las minorías. A pesar de haber sufrido operaciones políticas al más alto nivel para retacear recursos al departamento, en estos últimos años se logró sortear esos ataques sin precedentes que tuvieron como protagonistas a los principales líderes del gobierno neoherrerista, operación surgida desde Presidencia y apoyada por el secretario general del Partido Colorado, el ex presidente Julio María Sanguinetti. Canelones salió adelante sin el apoyo nacional y Yamandú fue el artífice principal.
La atención a la primera infancia ha estado en el foco de las políticas departamentales. En momentos en que la economía del país crece pero aumenta la pobreza infantil, vale recordar la creación del programa Canelones Crece Contigo (inicialmente de carácter local, luego extendido a nivel nacional y de referencia en la región), que puso el acento en la atención de niñas y niños de baja talla, peso y desnutrición. Miles de familias y madres jóvenes participaron del proyecto, demostrando que se pueden aplicar políticas focalizadas que mejoren la calidad de vida de nuestras infancias y su entorno. También se ha destacado por el importante crecimiento de la oferta educativa en este tramo etario en donde la protección departamental ha sido decisiva (así como en todos los niveles de la educación).
Por supuesto se destaca la gestión financiera, que pasó de no llegar a pagar los salarios de los trabajadores a cumplir siempre con los compromisos salariales en 19 años y obtener una excelente calificación crediticia. Recientemente tuvo la distinción de ser el primer gobierno sub nacional en recibir un préstamo de un organismo regional de financiamiento del desarrollo como la Corporación Andina de Fomento.
Nota aparte merecen las políticas sectoriales, rebasando por mucho las funciones tradicionales de las intendencias, apoyados en la experiencia municipal capitalina. El gobierno de Canelones ha desarrollado políticas hacia las juventudes, los adultos mayores, las personas en situación de discapacidad y es pionero en la implementación de políticas de género. Ha desarrollado la instalación de polideportivos (antes solo existía uno en la capital canaria) a lo largo y ancho del departamento así como de infraestructura deportiva para las instituciones sociales ya existentes, tanto en iluminación, caminería, etcétera.
A lo largo de todos estos años se fortaleció una agenda de inversiones en el sector productivo e inmobiliario, se crearon polos de desarrollo y se apoyó a pequeños y medianos productores. Se invirtieron millones de dólares por parte del sector privado fruto de la recuperación de la confianza, la Agencia de Desarrollo reporta que desde 2015 a la fecha ha recibido y viabilizado más de 360 proyectos productivos que suponen una inversión de US$ 5.000 millones. Canelones se posiciona como un departamento ya no sólo productor de alimentos (carne, frutas, verduras, carne aviar, oleaginosas, etcétera), “la granja del país”, sino como una creciente región logística tanto en la Ruta 5 con la instalación del grupo RAS, como por la infraestructura ferroviaria y la nuevas rutas que mejoraron ostensiblemente el movimiento de cargas; con polos científicos tecnológicos de primer nivel, el Corredor de la innovación entre las rutas 8 y 101, apostando a sectores innovadores como el cannabis. Una característica muy importante de Canelones es su faceta vitivinícola, con gran parte de su territorio dedicada a esta actividad. Sólo Canelones concentra la mitad de las bodegas existentes en Uruguay. El departamento cuenta con la llamada Ruta del Vino y se destaca por desarrollar también la actividad de enoturismo (turismo basado en esa área), dándole una fuerte identidad propia al departamento en este sentido. También se posicionó como un ámbito de desarrollo urbanístico siendo uno de los pocos departamentos con migración positiva, rehabilitando barrios enteros que habían sufrido el abandono de las gestiones anteriores. Y Yamandú estuvo presente en cada una de esas instancias.
Por supuesto, se avanzó mucho en materia de saneamiento a nivel de Ciudad de la Costa y tenemos aún en el debe los relativos a Rutas 8 y 5 donde existe gran parte de la población urbana, por no mencionar el Santoral en donde tuvimos avances promisorios en San Ramón pero con el debe del resto de la cuenca del Santa Lucía, inversiones que corresponden a OSE y que, sin el aporte del gobierno nacional, son inviables (pensemos que sólo uno de esos proyectos implica varias veces el presupuesto canario).
También se modernizó la flota de obras así como la de gestión ambiental. Canelones es un departamento limpio gracias a ideas innovadoras a nivel barrial. El Plan de contenedores domiciliarios (con la meta de alcanzar 130 mil hogares en 2023), la clasificación en el hogar (60 mil hogares) y los ecopuntos, Canelones capta el 30 % de los materiales reciclables que se vuelcan al mercado y se encamina a lograr el 50% en los próximos años. Con las composteras se ha logrado bajar la emisión de gases de efecto invernadero que al final del período será equivalente a lo producido por 27 mil autos. Se destaca también la recuperación de los espacios públicos, plazas, parques y costa, todos ámbitos en los que se ha intervenido con visión de futuro.
Las políticas culturales pasaron de ser apenas unas casonas antiguas con algún curso, a la promoción de la identidad y haceres de artistas locales. Se generaron nuevos centros culturales y espacios patrimoniales, con infraestructura renovada y recuperación de otras ya existentes, ampliando la oferta y generando acceso a todas las edades.
Todo esto no implica que tocamos el cielo con las manos, hoy tenemos enormes desafíos surgidos de la crisis y desestructuración social; la inseguridad como una de las principales preocupaciones de la población y también el aumento de personas en situación de calle. Se trata de las caras más visibles de los retos que tenemos por delante donde la precariedad habitacional es la triste realidad de miles de familias que comparten nuestro departamento. Mejorar la convivencia y habitabilidad de nuestras ciudades es una de las tareas de primer orden que no se puede emprender sin potentes políticas nacionales en materia de vivienda, salud, educación e integración social.
Otro de los grandes desafíos está vinculado a la movilidad. Más allá de las grandes mejoras en infraestructura vial y en la mejora de los servicios, está claro que por razones sociológicas miles de canarios y canarias nos transportamos a diario a la capital nacional invirtiendo muchos recursos en tiempo y dinero. Parece difícil imaginarse soluciones de fondo sin la coordinación metropolitana y el apoyo nacional que se sustente en la multimodalidad y tenga por objetivos reducir estos dos aspectos.
Yamandú tiene el carácter y la experiencia para no seguir profundizando diferencias cavando una fosa entre los uruguayos, sabe tender puentes y no tengo dudas que puede llevar a nivel nacional lo que ha promovido en Canelones. La gestión ha sido el valor más importante a lo largo de estos casi veinte años de actuación en la comuna canaria. Abriendo la participación, propiciando un accionar democrático en la administración del gobierno. Apuntando al desarrollo económico y trasladando esos beneficios en políticas públicas que aporten a una mejor calidad de vida para todas y todos los canarios, haciendo hincapié en aquellos que más atención necesitan. Ha sido una administración transparente, en momentos de mucha opacidad, Canelones ha rendido cuentas a la ciudadanía y ha estado abierto a brindar la información solicitada. Y esto que decimos se respalda en números. El 70% de la población canaria aprueba la gestión de Yamandú.
No debemos perder la oportunidad de trasladar a todo el territorio las políticas aplicadas en Canelones. Debemos encauzar a nuestro país en una senda de desarrollo donde nadie quede atrás y se contemplen las necesidades de las grandes mayorías.