Contenido creado por Manuel Serra
Invitados

Escribe Luis Hierro López

Opinión | No sólo se trata de una sensación térmica

Las cifras que surgen del sistema penal son realmente dramáticas y obligan a una revisión global, superando las diferencias partidarias.

21.08.2019 10:44

Lectura: 4'

2019-08-21T10:44:00-03:00
Compartir en

El dirigente colorado, vicepresidente de la República entre 2000 y 2005 y ministro del Interior entre 1995 y 1998, Luis Hierro López, escribirá una serie de cinco entregas en Montevideo Portal hablando sobre el tema de la inseguridad. A continuación, la primera: "No sólo se trata de una sensación térmica".

***

Por Luis Hierro López

El 80% de los delitos tiene relación con el consumo o el tráfico de drogas, según ha explicado el experimentado fiscal Dr. Juan Gómez (1). De la totalidad de delitos anuales, sólo se aclaran - ubicándose a los responsables - el 5% de las rapiñas y el 10% de los hurtos. En materia de asesinatos, sólo se resuelve la mitad. Pese a ello, tenemos un alto nivel de encarcelamiento o de "prisionización", según el neologismo en boga.

Hay unas 11 mil personas recluidas en las cárceles. De ellas salen 6000 por año, de las cuales unas 4000 vuelven al delito, ya que hay una reincidencia del 65%. Estimaciones policiales indicaban hasta hace poco que por lo menos había unas 50.000 personas vinculadas a las actividades delictivas, pero el fiscal Gómez calculó que la cifra trepa a 200.000. No hay ninguna política del Estado que se oriente a trabajar especialmente con los hijos de esas familias. Suponiendo que pueden ser decenas de miles los niños o jovencitos en esas condiciones, la bomba de tiempo que viene preparando el país no tardará en estallar - ya lo viene haciendo - en el peor de los sentidos. Como sostuvo el año pasado el director de Policía Mario Layera (2), en poco tiempo Uruguay estará viviendo como el Salvador o Guatemala, y los marginados van a ser mayoría.

Quiere decir que el sistema penal, y la sociedad en su conjunto, vienen fracasando. Se ha corregido en varias instancias el código penal y se hizo un nuevo código del proceso penal, reformado también a poco de estrenarse y ya con nuevos anuncios de cambios. Se han ensayado todas las explicaciones posibles sobre las causas de los delitos, ideologizándose el fenómeno. A 15 años de las nuevas orientaciones, los resultados de las políticas "progresistas" siguen siendo muy malos, peores que las consecuencias de las anteriores soluciones "represivas".

Quiere decir que algo anda mal, muy mal, en el fondo del asunto, por lo que más allá de las perspectivas partidarias y electorales en juego, pondré énfasis en dos o tres grandes líneas de acción que el próximo gobierno, de la índole que sea, debería asumir:

1) La Policía es el cuerpo institucional adecuado para prevenir, disuadir y reprimir el delito. Las otras instituciones del Estado - la enseñanza, los programas sociales - tienen otras funciones diferenciadas. Las Fuerzas Armadas pueden cooperar con la Policía, pero tienen también otras funciones y especialidades. Es la Policía la que debe reprimir, con éxito, a los delincuentes. Esta es una cuestión de principio que debe ser compartida por todos los partidos antes de discutir si sería mejor contar con más cámaras de vigilancia o con más comisarías o que la imputabilidad rija a los 18 o a los 16. O si hay que aplicar políticas blandas o duras.

2) El Estado no puede ceder territorio y debe ejercer su autoridad en todos los frentes, en los barrios, en las fronteras, en las aduanas. Hay un ejercicio natural del principio de autoridad que lamentablemente se ha distorsionado, dando lugar a omisiones y complicidades que son alarmantes. Eso no es derecha o izquierda, sino sentido común.


3) Hay que hacer un acuerdo nacional, que involucre a todos los partidos y sectores sociales, para elaborar una política de larga duración respecto a la droga y al narcotráfico. Hicimos exactamente lo contrario: ni siquiera en el oficialismo hay una posición unificada en torno a ese tema, y no se ha consultado a la oposición. Los países pueden fracasar en parte en el combate del contrabando o de la droga. Lo que no puede ocurrir es que no sepan qué hacer.

El tema da para mucho más. Sobre todo a partir de la situación carcelaria, que analizaré en una próxima entrega.


(1) https://www.elpais.com.uy/informacion/judiciales/solitaria-busqueda-justicia-fiscal-homicidios-juan-gomez.html
(2) https://www.elobservador.com.uy/nota/-un-dia-los-marginados-van-a-ser-mayoria-como-los-vamos-a-contener--2018512500