Contenido creado por Cecilia Franco
Navegaciones

Escribe Esteban Valenti

Opinión | ¡No a las focas!

Comienza un nuevo gobierno, de un grupo de partidos, ninguno es el mío. Se terminaron 15 años de gobiernos del FA y algo tuve que ver con sus triunfos.

05.03.2020 17:10

Lectura: 6'

2020-03-05T17:10:00-03:00
Compartir en

Comienza un nuevo gobierno, de un grupo de partidos, ninguno es el mío. Se terminaron 15 años de gobiernos del FA y algo tuve que ver con sus triunfos. Cada uno que juzgue, sobre todo en base a algunas campañas recientes y a muchos años defendiendo en todas las sedes sus políticas y acciones y la compare con los ataques en las redes, sobre todo en forma anónima y "valiente".

Lo voy a decir con todas las letras una vez más: estaré y seguiré estando contra todas las focas, de todos los colores, tricolores, multicolores y de otras tonalidades. Y lo puedo hacer con propiedad y conocimiento directo porque dando siempre la cara, yo fui una foca que defendió, en un pasado más lejano cosas indefendibles. Y asumo mis responsabilidades.

Porque estoy frontal y totalmente contra todas las focas, las que aplauden sin argumentos, las que defienden cualquier cosa simplemente porque es de su partido, puedo también opinar, criticar, defender acciones que considere convenientes de los diversos gobiernos y del proceso histórico nacional o criticar ácidamente.

Las focas además de la pérdida total de su sentido crítico se caracterizan por su fanatismo y su agresividad, ellas no discuten, generalmente reparten barro por las redes, difícilmente se animen a discutir francamente y con textos y argumentos. Insultan, agreden, levantan sospechas y agravios. Y las redes son su estanque preferido.

Defender con pasión y argumentos, de todas las partes, las acciones de los diversos gobiernos, pasados y presente no es en absoluto una acción de foca, es el libre intercambio de las ideas y de la lucha política, que siempre tuvo en nuestro país fuerza, cultura y nivel. Bueno...siempre o casi siempre....

Las focas han proliferado como una plaga en los últimos años y le han hecho un enorme daño a la política en general y al Frente Amplio en particular. Porque fue sobre esa actitud que se defendieron hasta límites infames, acciones y desvíos del poder que la izquierda siempre criticó.

Ahora, el nuevo gobierno tendrá la sus propias focas y seguramente el mecanismo mental será el mismo. Todo está justificado por los errores y las inmoralidades de los adversarios. Eso hizo con pasión fanática y para vergüenza del verdadero pensamiento de izquierda, del pensamiento crítico, una parte de los partidarios del FA. Lo conozco de cerca, me lo aplicaron a mí durante varios años con particular ferocidad. Algunos compañeros y amigos me preguntaban ¿Por qué no los borraba de mis redes? Y siempre repetí lo mismo: ¿me interesa conocer hasta dónde puede llegar la bajeza y la ferocidad de los poseídos por la verdad? Tengo un archivo muy representativo.

Lo que no hice y no voy a hacer ahora, es claudicar, retroceder, callarme, asustarme de sabanas miserables generalmente agitadas desde el anonimato. Aquí estoy, tan crítico como antes y tan dispuesto a analizar méritos, errores y horrores. Yo no me pasé de bando, como muchos, yo no tengo intereses subalternos, como otros muchos. Demasiados.

Respeto y discutiré con argumentos y opiniones. Es más, me gusta, me apasiona, me obliga a pensar. Diferente son los que muestran algo más que la hilacha, son focas por intereses, porque sacaron tajadas durante años o décadas de vivir prendidos al poder, a nivel nacional y de diversas intendencias en todo el país y de diversos colores. Esas son las focas funcionales y funcionarias, por eso la mayoría se oculta detrás de un seudónimo.

Si la izquierda no recupera, y voy a reiterarlo, recupera lo que el poder le limó hasta casi agotarlo: el sentido crítico, la capacidad política e ideológica de interrogarse sobre el ¿por qué? Y el ¿hacia dónde? Con extremo rigor, no solo describiendo las situaciones, sino proyectando, haciendo prospectiva y aprendiendo, no volverá a ser una verdadera fuerza de izquierda. Y no importa cuántos votos tenga, el centro, el centro derecha, la derecha tuvieron muchos votos y no por ello dejaron de ser lo que son.

La izquierda en el Uruguay tiene que responder preguntas muy agudas y de fundamental importancia para su futuro y el del país: ¿Por qué, con los resultados obtenidos en 15 años (los buenos, los medianos y los malos) perdió las elecciones? ¿Cuáles fueron sus principales aciertos y errores estructurales en sus tres gobiernos? ¿Cómo cambió la sociedad uruguaya en 15 años? No hay duda que no afectamos en absoluto - y ese es sin duda un mérito - sino que fortalecimos la democracia uruguaya, pero ¿es esta la democracia que necesita un nuevo Proyecto nacional? ¿Avanzamos o retrocedimos en la cultura de los cambios en el Uruguay? ¿Cuánto nos cambió el poder a las izquierdas?

Que papel jugó en la derrota electoral las campañas, la de las internas, las de octubre y de noviembre y quienes son los responsables de esa derrota. No lo hará. Apuesto.

Lo que podemos estar seguros, absolutamente seguros, es que las focas, a todos los niveles y ciertas estructuras que se han hecho focas estructurales, tienen muy poco para aportar.

Ahora estamos todos sumergidos en una nueva campaña electoral muy importante. No es cualquier elección departamental, en especial en Montevideo y Canelones. No se trata solo de retener el gobierno de la capital y del segundo departamento en importancia política del país, se trata de mostrar si vamos a construir las bases para un renacimiento de la izquierda, no desde el poder exclusivamente, sino sobre todo desde una revolución.

Si, lo que Montevideo necesita es una revolución, no pequeños ajustes, reclama un cambio radical en sus servicios, en su planificación, en el protagonismo real de la gente y no en inflar un poco más la burocracia y fortalecer el corporativismo y el egoísmo sindical. Una revolución en las exigencias de sus ciudadanos que no deberíamos acostumbrarnos, resignarnos a los retoques, a algunas mejoras y obras.

Montevideo, fue una ciudad revolucionaria, como ninguna otra en América latina, tenemos experiencia y debemos volver a ser una ciudad realmente impecable, mucho más integrada socialmente y culturalmente, iluminada diferente como aporte a la calidad de vida y a la seguridad, con un transporte y una movilidad ejemplares y cómodas, a la vanguardia del cuidado del medio ambiente, con el aporte del gobierno departamental, del sector privado, de la sociedad civil y de la academia. Un ensayo de una renovación en serio de la izquierda. No un retoque para el 7mo gobierno de la capital, sino para algo realmente nuevo, audaz, en nuestras cabezas, en nuestras políticas, en nuestras acciones, en nuestros cuadros. 

Las focas son la peor plaga ante cualquier proyecto innovador y renovador y la gran batalla en la sociedad uruguaya y en particular en la izquierda, es precisamente derrotar a las focas. Incluso las que todos llevamos dentro.