Contenido creado por Joaquín Symonds
Ana Jerozolimski

Escribe Ana Jerozolimski

Opinión | Navidad, entre el Islam extremista y los inventos palestinos

Hay numerosas banderas palestinas. También allí hay gritos para “globalizar la intifada” y “Palestina libre desde el río hasta el mar”

23.12.2025 18:21

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2025-12-23T18:21:00-03:00
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Mientras en el mundo, también en Occidente, sigue habiendo manifestaciones contra Israel motivadas por la distorsión absoluta de la realidad de los hechos en Gaza en el terreno, en diferentes grandes ciudades de Europa hay otro tipo de concentraciones. Elocuentes. Peligrosas. Pero no muchos se animan a condenarlas públicamente, a decir de qué se tratan.

Mercados navideños en países que recibieron aluviones de inmigrantes musulmanes con el correr de los años, han sido acosados o atacados indirectamente, o sea no necesariamente con violencia para destruirlos, pero sí con una presencia intimidatoria de extremistas “armados” con banderas palestinas, carteles sobre el dominio del Islam, Alá como Dios superior y el único verdadero, y cánticos o grabaciones a viva voz que opacan todo lo que emana de la celebración cristiana.

En todos estos incidentes provocativos, hay numerosas banderas palestinas. También allí hay gritos para “globalizar la intifada” y “Palestina libre desde el río hasta el mar”, esa nefasta frase que equivale a pedir la destrucción de Israel. Pero no oímos condenas a esos actos anti cristianos, irrespetuosos para con la Navidad, que pasan también por el odio anti israelí.

Hay otro fenómeno relacionado a estas fiestas, que tiene mucho que ver con los palestinos. Como todos los años, ya antes de Navidad los palestinos dicen por doquier que Jesús era palestino.

Las fabricaciones de los palestinos respecto a su propia historia y la de los judíos, evidentemente en direcciones opuestas, o sea inventando para sí lo que nunca existió y alegando que los judíos nunca tuvieron lo que sí fue suyo, no comenzaron ahora. En realidad, con ello también deforman la historia del origen del Cristianismo.

Como todos los años de cara a Navidad, también ahora se ve en las redes sociales todo tipo de afirmaciones patéticas afirmando que Jesús era palestino. Es más: “el primer mártir palestino”.

Aquí hay dos temas claves que recalcar. Primero, puntual, Jesús era judío, no musulmán. Cuando él nació y vivió en Judea, un siglo antes de que el imperio Romano cambie el nombre del territorio a Palestina, el Islam ni existía aún, no había en la tierra en cuestión ni árabes, ni musulmanes. Recién siete siglos más tarde comenzaron a llegar con la invasión árabe que salió de Arabia Saudita.

Jesús, judío que vivía en Judea-tierra de los judíos-en el imperio romano, que nació y vivió como judío, es adoptado por los palestinos como símbolo propio, presentado inclusive como “mártir palestino”. Esto no cambiará el mundo, pero a las mentiras hay que combatirlas, porque pueden crear percepciones peligrosas.

Claro que uno de los elementos con los que juegan es el nombre de la Palestina histórica, del que se apropiaron como si fuera suyo. Todo el mundo conoce el término, está en los libros de historia, y ellos dan a entender que es por los árabes palestinos de hoy. Lo que ocultan es que el nombre Palestina fue dado por los romanos a Judea (la tierra de los judíos) aproximadamente un siglo después de la muerte de Jesús, y precisamente para tratar de borrar de la memoria histórica el vínculo entre los judíos y  su tierra.

La organización Palestinian Media Watch, que hace un seguimiento constante de lo que se publica en los medios y redes palestinos, publicó en repetidas ocasiones informes sobre esta problemática de la mentira “Jesús era palestino”.

En los últimos meses hubo varios ejemplos, a veces muy directos y explícitos y otras un tanto implícitos, aunque claros también.

El 18 de julio último, el narrador oficial de la AP dijo en la televisión oficial de la AP: «Jerusalén, la noble Jerusalén, el lugar de la Mezquita de Al-Aqsa, la Cúpula de la Roca y la Iglesia del Santo Sepulcro. La ciudad de la Ascensión al Cielo [del Profeta Mahoma] y del Muro de Al-Buraq (A.J: nombre que dan al Muro Occidental del Monte del Templo), y la Vía Dolorosa del profeta Jesús en su camino al Gólgota y su morada [en el Cielo]. Él es el primer mártir y el primer luchador abnegado».

A veces, la distorsión histórica no se limita a mentir sino que también ofende en forma explícita:

El columnista del diario oficial de la AP Hassan Hmeid, dijo el 10 de agosto que las tradiciones cristianas del Santo Sepulcro y el Santo Grial son un disparate, porque Jesús no pertenece a la tradición cristiana, sino a la palestina.

«Durante las Cruzadas, cuando reyes, príncipes, ladrones y pobres marchaban, lo que pretendían —por supuesto, era una mentira y un disparate— era «salvar el Santo Sepulcro» [de los musulmanes]. Querían buscar el Santo Grial, etc. Olvidaron que Jesús es nuestro hijo, palestino y uno de nosotros».

El 22 de abril de este año, la televisión oficial de la Autoridad Palestina transmitió declaraciones del Secretario General del Sindicato de Escritores palestinos, Murad al-Sudani, en este sentido:  “Recalcamos la fortaleza de Palestina gracias a la profunda cultura en la que se sustenta… Ante esta catástrofe apocalíptica que ocurre [en Gaza] en el momento de la resurrección del primer luchador abnegado, Jesucristo”.

 Son varias las distorsiones mal intencionadas que los palestinos han difundido a lo largo de los años:  presentan a los judíos como carentes de vínculo histórico alguno con la tierra de Israel, sostienen que el Templo sagrado de Jerusalem (el Beit Hamikdash) nunca existió, que Jerusalem siempre fue la capital palestina (aunque nunca hubo siquiera un Estado palestino), que son un pueblo con miles de años de historia – a veces dicen 3.000, otras 5.000 y hace poco hasta dijeron 10.000- y mucho más.

Esta es sólo una pequeña parte, sólo algunos de los ejemplos que podríamos dar. No tengo claro qué inspira más todo esto, enojo o una profunda vergüenza ajena por el liderazgo de un pueblo que sistemáticamente inventa y deforma su propia historia.