Contenido creado por Cecilia Franco
Andrés Lima

Escribe Andrés Lima

Opinión | Las firmas hacia el referéndum como punto de partida

En tiempos tambaleantes para muchas de las democracias de la región debemos estar más que orgullosos por tener la capacidad de contar con este instrumento de democracia directa, que permite que la ciudadanía se manifieste directamente en temas puntuales

16.07.2021 10:01

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2021-07-16T10:01:00-03:00
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Alcanzamos las firmas para habilitar el referéndum que nos permita discutir como sociedad sobre los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración que logró este gobierno a través de sus mayorías parlamentarias.

Las llamadas "leyes ómnibus" o que buscan cambiar una larga lista de aspectos que regulan nuestra vida en sociedad tienden a disminuir la capacidad de discusión ciudadana sobre los temas que la integran. Entre estos centenares de artículos, la opinión pública, sin el tiempo necesario para el estudio en profundidad del contenido de la Ley y sumida en las preocupaciones que acarreó esta pandemia, padece de una gran asimetría de información respecto al propio gobierno y los partidos políticos del oficialismo, sobre el contenido de la LUC.

Con esta gesta democrática lo que hemos procurado es tratar de corregir, en parte, esas asimetrías de información. Esta oportunidad que le regalamos al Uruguay actuará como la llama que encienda la discusión, el intercambio y el sano debate público tanto para quienes integramos la oposición, como para el propio gobierno. Cabe recordar que para habilitar este referéndum firmaron tanto frenteamplistas, como colorados, blancos y cabildantes. Sería un gran error pensar que este esfuerzo ante todo ciudadano, fue alcanzado solo por ciudadanos más cercanos a la izquierda política.

La gran tarea para quienes estamos buscando que se deroguen esos 135 artículos de la LUC es explicar por qué los mismos no son beneficiosos para nuestra sociedad y tocan aspectos que no deben integrarse en una ley ómnibus.

Y para ello como sociedad debemos estar a la altura de las circunstancias. Tanto el oficialismo como la oposición tenemos que concentrarnos en aprovechar esta instancia de discusión pública para no caer en descalificativos, dilemas de falsa oposición, ni caer en los clásicos atajos discursivos que buscan esquivar el debate de lo realmente importante. Es hora de hablar de la letra chica que incluyen esos 135 artículos y cómo pueden impactar negativamente en nuestra población, en los jóvenes, en los trabajadores, en nuestros jubilados, etc.

En este sentido, es tiempo de que escuchemos y dejemos hablar a las voces de los colectivos ciudadanos que se ven perjudicados por la aplicación de estos 135 artículos. Hablaremos los líderes políticos, pero fundamentalmente es tiempo de focalizar la atención en las Organizaciones No Gubernamentales y representantes sociales que tienen conocimiento especializado sobre las implicancias que tiene la aplicación de algunos de estos 135 artículos sobre tantos aspectos de nuestras vidas.

En tiempos tambaleantes para muchas de las democracias de la región debemos estar más que orgullosos por tener la capacidad de contar con este instrumento de democracia directa, que, complementando a las instancias representativas, nos permite que la ciudadanía se manifieste directamente en temas puntuales.

Y hoy, como padre, como Intendente y referente político, quiero que mis hijos y toda la juventud vea cómo es que resolvemos los dilemas cívicamente en nuestra sociedad: con amplia discusión, con libertades y confrontando ideas, no personas. Estamos ante una oportunidad histórica de que las muchachas y los muchachos que se vienen estrenando en la vida cívica vean cómo tenemos la madurez republicana de dirimir nuestras diferencias en las urnas.

Así como recorrimos el norte del país explicando por qué era necesario habilitar una instancia de referéndum, nos esforzaremos colectivamente para hacer llegar nuestra posición de que sí es muy necesario derogar esos 135 artículos de la LUC.

Pero ello, de ninguna manera, debe significar una profundización de las grietas políticas y sociales, ni debe paralizar el relacionamiento entre gobierno y oposición. Por el contrario, se trata que bajo el escrutinio público y ante la mirada del soberano pueblo, seamos capaces de mejorar y enriquecer el debate político.

Juntar más de 800.000 voluntades para alcanzar la instancia de referéndum no es un punto de llegada. Este es un punto de partida para quienes apostamos por una democracia integral. Con las ideas claras, la actitud de escucha y la apertura al diálogo, iniciamos este camino que me llevará cada fin de semana a cada rincón de país, lejos de los grandes podios, construyendo democracia trillando caminos rurales y desde el llano.