Ejercer la función pública, ocupar un cargo en el Ejecutivo es extremadamente demandante. "No es para cualquiera". "Hay que tener la piel dura" y tantas otras expresiones en esta línea se repiten como verdades reveladas. Pareciera que algo inherente al ejercer la función pública implica apretar los dientes, aguantar lo que venga y apechugar. Darlo todo; hasta la vida si fuera necesario. Pareciera que no hay espacio para la vulnerabilidad.

Sin embargo, la vulnerabilidad tiene aspectos positivos. Brenee Brown es una investigadora, profesora y escritora. Autora de cinco libros que integran la lista del #1 NewYorkTimes Bestseller. Su charla TED "El poder de la vulnerabilidad" ha sido vista por más de 53 millones de personas en el mundo. En ella la autora comparte sus conclusiones luego de analizar miles de relatos de historias de vida de personas durante seis años.

Brown, como trabajadora social, arrancó con el tema de la conexión entre los seres humanos como el eje central. En su investigación, descubrió que aquellas personas que tenían sentido de auto valía eran quienes aceptaban e incorporaban su vulnerabilidad. Creían que la vulnerabilidad era lo que los hacía valiosos. No se referían a la vulnerabilidad como algo que les resultara cómodo ni que fuera doloroso; era algo necesario.

La vulnerabilidad, descubrió la investigadora, es el origen de la dicha, la creatividad, el amor y el sentido de pertenencia. Mientras constatamos que vivimos en un mundo de vulnerabilidad, hay quienes se resisten a experimentarla.

En los últimos días he pensado mucho sobre esta charla que vi por primera vez hace ya varios años. ¿Hay espacio para la vulnerabilidad en quienes ocupan la función pública? ¿Está la ciudadanía dispuesta a ver líderes vulnerables? La vulnerabilidad en los líderes, ¿es percibida como debilidad o como autenticidad?

Me cuestiono si no será momento de darle más cabida a la vulnerabilidad. Me cuestiono si no será momento de dejar de esperar que se muestren siempre fuertes, siempre enteros, siempre todopoderosos. Me cuestiono si no tendremos que darles el permiso de bajar la guardia. Al menos a veces. Al menos cada tanto.