Contenido creado por Cecilia Franco
Martín Pereira

escribe martín pereira

Opinión | La vida debe estar por sobre todo lo demás

¿De qué libertad hablan si ese mismo asalariado que, con algún tipo de comorbilidad, está continuamente expuesto al público? Si no trabaja no cobra y si no cobra no come.

08.06.2021 15:42

Lectura: 7'

2021-06-08T15:42:00-03:00
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Hace años estamos atravesando un bombardeo mediático e informativo que resulta francamente imposible separar la información del ruido. Para toda premisa científica hay otra que la contradice, y al ojo del común de la ciudadanía es poco probable que tenga la capacidad y las herramientas para poder discernir lo verdadero de lo falso. No todos tenemos el tiempo y las posibilidades de tener un consumo amplio de noticias, e incluso muchas veces, poder consultar directamente a la misma fuente.

Las noticias falsas se propagan más rápido que cualquier virus. Según un estudio sobre contagio social publicado ha probado y cuantificado cómo la movilidad y las interacciones, en la red o fuera de ella, sobre una oleada de rumores sobre el coronavirus, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calificado de "infodemia".

El valor novedoso, de lo llamativo de las noticias falsas o rumores alienta su difusión.

Por eso debemos una discusión más profunda de quienes en mayor o menor medida tenemos cierta exposición pública a escuchar a los que saben y tomar acciones sin medir costos políticos, porque la vida debe estar por sobre todo lo demás.

En tanto ruido, siempre hay alguno que queriendo destacar grita más fuerte y dice un disparate más grande que destaque del resto. Por más vehementemente que se grite sigue siendo un disparate.

No es algo nuevo, claro está, pero estas últimas semanas quedo en evidencia y generó gran malestar entre el equipo de salud algunos dichos de personalidades, que nos guste o no, son generadores de opinión pública.

Uno de los dichos es de un conocido cocinero, devenido en comentarista de actualidad, que encontró en el histrionismo y en el ataque directo su forma de destacarse.

El Sr. Sergio Puglia un día sí y otro también carga sus tintas responsabilizando a la situación actual de la pandemia a la gente.

Me resulta realmente incomprensible la falta de seriedad y empatía que opina sobre los contagios y las medidas propuestas por la comunidad científica y del equipo de salud que vive a diario la primera línea desde un panel en un programa de TV.

Con total liviandad, este famoso cocinero comenta desde la comodidad de su casa, que "la gente ya sabe lo que hacer", "la gente hace lo que se le canta y debe asumir la responsabilidad de sus actos". Como si fuera su culpa contagiarse de COVID-19 o fallecer.

Que falta de solidaridad y compasión.

Con que ligereza le traslada la culpa de cursar una enfermedad a quien en definitiva es una víctima más y que no es la única, porque alrededor hay hijos, madres, padres. Más aun nos asombra que, teniendo un caso tan cercano de un compañero de trabajo fallecido victima de COVID-19, traslade la culpa de esa manera.

Basta solo un poco de humanidad para hablar de enfermos o de muertos.

Porque detrás está toda una familia con la que aun carga con un dolor agobiante, como para que en TV abierta lo se le carguen las culpas por su supuesta "negligencia".

Otro de los casos es del senador de la República, Sebastián Da Silva, con el que ya nos comunicamos personalmente para manifestarle nuestro malestar.

El senador, a viva voz dijo en un programa de TV que "hay muertes evitables" refiriéndose a una compañera de la salud fallecida que no se había vacunado.

No vamos a discutir el caso puntual al que hacía referencia, por respeto a la compañera fallecida y a su familia y compañeros/as que ya bastante dolor están teniendo en estos momentos, como para tener que seguir exponiendo su nombre.

Pero la realidad, y así se lo expresamos en privado, es que hay algunos compañeros de la salud que aún no se han vacunado por diferentes motivos.

El 12 de abril, con el esfuerzo de muchos compañeros y compañeras, de la FFSP/FUS y el apoyo del MSP, de ASSE y de la Lucha Antituberculosa, pudimos poner en marcha un vacunatorio en la casa de la FFSP para poder dar solución a los miles de compañeros y compañeras de Montevideo que no se habían podido vacunar y ni siquiera tenían fecha de vacunación por estar la agenda totalmente saturada. Habían más de 5.000 compañeros y compañeras en la primera línea de atención asistencial al COVID-19 que no tenían fecha de vacunación. Personal médico de puertas de emergencias, CTI, intermedios, etc.

Pero tampoco tenían fecha una enorme cantidad de compañeros de tareas más bien administrativas, pero que también tenían un riesgo por estar en contacto con los usuarios y trabajadores.

Hasta el momento en el vacunatorio instalado en la FFSP se han vacunado más de 35.000 compañeros y compañeras médicos/as, licenciados/as, enfermeros/as, auxiliares, acompañantes. En el interior también se ha coordinado la vacunación para terminar con la saturación de la agenda.

Hoy tenemos más de un 90% del equipo de salud de todo el país inoculado contra el COVID-19.

Si bien sabemos que hay algún anti vacuna, sobre todo médicos liderando este movimiento, hay muchísimos compañeros que aun queriendo no pueden vacunarse por no tener el tiempo necesario de espera entre haber cursado la enfermedad y poder vacunarse.

Es decir, no todos tuvieron la misma posibilidad, en tiempo y en forma, de poder vacunarse, porque hasta el 12 de abril había miles de compañeros y compañeras en todo el país que un queriendo y pudiendo no se habían podido vacunar.

Es más, un compañero médico, muy querido por todo el equipo de salud, falleció luego de haber recibido la primer dosis de la vacuna.

Quien puede saber que paso en ese caso, tal vez para él la vacuna llegó demasiado tarde.

Al día de hoy aún quedan compañeros sin poder vacunarse por situaciones puntuales y excepcionales. 

Con el respeto que nos merece, esto mismo le explicamos al senador Da Silva, que hacer ese razonamiento lineal no puede ser válido, cuando estamos hablando desde el dolor de una familia que acaba de despedir a un ser querido.

Creemos que no todo vale, en ninguna circunstancia, pero sobretodo en estos momentos de crisis sanitaria extrema y con vidas en juego, mucho menos.

Para poder ejercer la libertad responsable, debemos tener la libertad de ser responsables.

Lo que parece un trabalenguas no lo es, porque, ¿tenemos todos la misma posibilidad de practicar la libertad de ser responsables?

¿Qué libertad tiene un asalariado si su trabajo sigue funcionando con total normalidad para poder ser responsable y cuidarse?

¿Qué libertad tiene si debe tomar 2 ómnibus para ir a su trabajo, si siente que al hacerlo pone en riesgo su integridad física?

O ¿De qué libertad hablan si ese mismo asalariado, que, con algún tipo de comorbilidad, está continuamente expuesto al público (cajero, chofer de transporte colectivo, etc.)?

Si no trabaja no cobra y si no cobra no come.

Hablar de libertad responsable es sencillo para quienes pueden, como es el caso del cocinero o del senador, tener la posibilidad de tele trabajar o simplemente de cobrar normalmente.

Debemos seguir a rajatabla las recomendaciones del GACH, pero desde mi humilde opinión y el más absoluto respeto, le sugiero a estas 2 personalidades que cuando hablen de libertad responsable salgan de su pequeña burbuja y piensen en que el 99% del pueblo uruguayo no vive, ni tiene las mismas condiciones para cuidarse que ellos.

No descarten ideas y propuestas solo por quien las realiza, hay que levantar la mirada y reivindicar la alta política, alejémonos del barro y fanatismo.

La vida debe estar por sobre todo lo demás.

¡¡¡NO TODO VALE!!!