Contenido creado por Cecilia Franco
Andrés Lima

Escribe Andrés Lima

Opinión | La solidaridad responsable: una mirada alternativa al manejo de la pandemia

Al concepto de libertad responsable, entendido como aquel donde se deja librado a los individuos a su suerte, dependiendo cada uno de las posiciones que la lógica de mercado nos asigna para nuestras trayectorias vitales, anteponemos otro concepto: el de la solidaridad responsable

06.05.2021 10:57

Lectura: 7'

2021-05-06T10:57:00-03:00
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Mientras dejamos atrás un mes de abril que desgraciadamente se llevó la vida de muchos uruguayos producto de esta pandemia, se reaviva el debate respecto a por qué no fuimos capaces de blindar abril, y por ende, cuál debería ser el rol del Estado, no solo en el manejo de la pandemia, sino también en la vida de las personas y la trayectoria vital de las comunidades.

El concepto de "libertad responsable" ha sido la marca que escogió el gobierno nacional para trasladar hacia los individuos la responsabilidad, nada más ni nada menos, que, de la movilidad dentro del territorio nacional, principal vía de propagación de los contagios por esta pandemia.

Si bien toda libertad conlleva responsabilidades, en este caso el gobierno no hacía referencia a las obligaciones clásicas que todo ciudadano debe respetar en el marco de una democracia y Estado de Derecho. No, la libertad responsable, se presentaba como el corolario de una amplia serie de omisiones de prestación de asistencia económica y social a la ciudadanía en la peor crisis del último siglo.

Desde un principio señalamos que el concepto "Quédate en Casa" parecía diseñado desde una Agencia de Publicidad que no conocía el real manejo de la economía familiar de la enorme mayoría de los hogares uruguayos. Por un lado, el Presidente solicitaba reducir la movilidad, pero, por otro lado, Uruguay se convertía en uno de los países con menor gasto público del continente destinado a atender la emergencia socio-económica que conllevaba la pandemia, producto de las restricciones de movilidad para poder trabajar.

Es por eso que, al concepto de libertad responsable, entendido como aquel donde se deja librado a los individuos a su suerte, dependiendo cada uno de las posiciones que la lógica de mercado nos asigna para nuestras trayectorias vitales, anteponemos otro concepto: el de la solidaridad responsable.

En el medio de una pandemia es irresponsable cortarle los brazos al Estado, cuando es aquel, a través de las políticas de prestaciones sociales, quien se encarga de garantizar el debido cumplimiento de los derechos económicos, sociales, laborales y culturales que tenemos los ciudadanos.

Los Intendentes del Frente Amplio hemos hecho un llamado público a que, en vez de achicar aún más la presencia del Estado en la vida social, hagamos un mejor y más eficiente uso de los recursos públicos para poder atender como se debe esta pandemia.

Por eso, no solo el Estado, sino también los empresarios, los sindicatos, la academia, todos juntos tenemos la oportunidad de coordinar esfuerzos para salir adelante de esta situación cuyos efectos, en términos socio-económicos, recién comienza.

La solidaridad responsable significa no solicitar una contraprestación a quienes por estar en una necesidad requieran acceder a un ingreso familiar de emergencia. ¿Por qué los Estados que incluso son gobernados por actores claramente neo-liberales (Chile) han aplicado ingresos familiares de emergencia, sin contraprestaciones, y Uruguay no puede?

La solidaridad responsable nos marca el camino de que ninguno de los ciudadanos debería quedar librado a su suerte y, entre todos, deberíamos encontrar soluciones para cada una de las distintas realidades.

Con ese espíritu es que fuimos a la Torre Ejecutiva hace unos días atrás junto a mis compañeros Carolina Cosse y Yamandú Orsi, a reunirnos con el Presidente de la República, Luis Lacalle Pou.

En este sentido, ser creativos es imperioso para poder manejarnos dentro de las limitaciones presupuestales existentes. En la reunión con el Presidente fuimos claros en que la tarea no puede recaer solamente en las Intendencias y que necesitamos integrar esfuerzos y recursos para poder desplegar los programas que sean necesarios.

La solidaridad responsable nos hace estar presentes como gobierno departamental en las necesidades criticas de alimentación que están viviendo cientos de familias en Salto y sé, que sucede lo mismo en otros departamentos.

Atendiendo a esta realidad, por primera vez en Salto, en el mes de mayo abriremos un comedor municipal, trabajando con el INDA, MIDES y Ejercito que proveerán de 1.000 viandas todos los días, totalizando 20.000 viandas mensuales.

A su vez la Intendencia va a seguir asistiendo a las ollas solidarias y merenderos, a través del Colectivo de Ollas y Merenderos de Salto que, con el respaldo de la Universidad de la República están trabajando con 27 ollas solidarias y más de 20 merenderos. La idea es que la Intendencia entregue mensualmente insumos, alimentos a este colectivo y que este se encargue de hacerlo llegar a los merenderos y ollas solidarios.

A su vez, como un ejemplo del rol activo que tiene que tener el Estado en el esfuerzo de reconstrucción nacional, desde Salto hemos construido una serie de proyectos de infraestructura y de asistencia al sector productivo, que nos permitirá crear fuentes de trabajo, tanto en los procesos de obra pública, como también en los emprendimientos que surjan de los nuevos proyectos.

Humildemente, pero con la confianza que nos brinda el tener la casa en orden (léase las finanzas de la Intendencia), le presenté al Presidente nuestros proyectos para la región norte litoral.

Solo por mencionar un ejemplo, uno de los proyectos sobre los que hablamos fue el Aeropuerto Internacional de Salto, que estará dentro de los seis aeropuertos que se van a licitar y en la que se prevé realizar una inversión de más de quince millones de dólares. También hablamos de la navegabilidad del Río de Uruguay y la propuesta de un Puerto de Barcazas en el sur de la ciudad, próximo a la desembocadura del Río Dayman en el Río Uruguay.

Pensando en el futuro, conversamos sobre la necesaria complementariedad del futuro Puerto de barcazas de Salto con el de Paysandú y de Nueva Palmira. 

También tuvimos oportunidad de plantearle al Presidente la importancia de continuar trabajando en la Central Hortícola del Norte. El Presidente nos confirmó un aporte que va a realizar el MGAP de 1.500.000 USD para la construcción de la Central Hortícola, que ya tiene un avance de obra del 35% y que debería estar pronta en los primeros meses del 2022. Ya los productores de Salto, la Intendencia de Salto y la OPP habían realizado aportes para la construcción de dicha Central. Estos aportes nos garantizan el 100% de los fondos de construcción de la Central que no está pensada solo para Salto, sino para toda la región integrando Salto, Artigas, Paysandú. 

También se habló del Proyecto de Puerto Seco, cercano a la zona de la Represa de Salto Grande, tomando en cuenta los miles y miles de camiones paraguayos, argentinos, bolivianos, que cruzan por el puente sobre la represa y que hoy llegan hasta el Puerto de Montevideo. Se planteó la idea de que al concretarse el Puerto Seco, todos esos camiones podrían dejar su mercadería en el Puerto Seco y luego es el transporte nacional (beneficiando a nuestros empresarios de transporte) los que llevarían la mercadería desde Salto hasta el Puerto de Montevideo.

Estos proyectos que generarán puestos de trabajo, sumado a las prestaciones sociales directas que está brindando la Intendencia en coordinación con otros actores sociales, son una muestra de nuestro enfoque sobre el rol del Estado y nuestra visión de desarrollo. No, no creemos que acá cada uno se rasca solo y ve cómo sale adelante, si es que eso es lo que está detrás de la libertad responsable.

Al anhelo neo-liberal que tienen algunos nostálgicos del 2002, nosotros le respondemos con proyectos que nos permitan salir adelante entre todos, sin dejar a nadie atrás: la solidaridad responsable.