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Escribe Esteban Valenti

Opinión | La antología del disparate

Ser fiscal no otorga ningún privilegio, pero mucho menos ser presidente de la República brinda privilegios ante la justicia y el delito.

07.03.2023 14:29

Lectura: 5'

2023-03-07T14:29:00-03:00
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Este es el texto, difundido en el programa Legítima Defensa, de un audio de la doctora Gabriela Fossatti, Fiscal de flagrancia de 12º turno, a cargo nada menos que del caso de Alejandro Astesiano y todo su entorno de delincuentes de alto rango:

“Y bueno, tú te imaginarás, acá el tema es que surgen los nombres de todas las personas que están dirigiendo los organismos que me tienen que investigar. En realidad, quiene tienen que preocuparse por limpiar la situación, o tendrían que estar preocupados por los resquicios evidentes que hay en sus instituciones, lo único que se preocupan es por tratar de taparlo”.

“Da señales claras en cuanto a que me quieren clavar a mí con los malos resultados de una investigación que no va a poder llegar a su fin porque las piedras son permanentes, las filtraciones de información son de todos los ministerios, de Presidencia, de Fiscalía…”

“Entonces, no, yo ya no estoy para inmolarme a esta altura de la vida y lo mejor es que la cosa quede clara. Esto es una bomba de tiempo y bueno, que quede claro que a nadie le interesa. A los que les interesa, les interesa por otro fin, no por la Justicia. Les interesa para sacar rédito político. A los otros no les interesa, y entonces, los que me tienen que, digamos, los que eventualmente cometieron errores, y me tienen que auxiliar, lo que hacen es ensuciarme por atrás”.

La propia Fossati reconoció plenamente que el audio era de ella, pronunciado en noviembre del 2022 e inmediatamente pidió licencia de su cargo y solicitó ser relevada del caso Astesiano a la Fiscalía de Corte. El titular de esta dependencia fundamental para la institucionalidad del Uruguay está estudiando la situación. Y los uruguayos, la gran mayoría, con excepción de los que papan moscas, viven con la boca abierta, son cómplices de los delitos o tienen bajos intereses políticos que defender, los demás estamos esperando un poco de coherencia para que el Uruguay no se degrade a una republiqueta bananera…. con perdón de los monos.

Leer el texto es suficiente, pero conviene resaltar algunos trozos.

“Las filtraciones de información son de todos los ministerios, de Presidencia, de Fiscalía…”. Así que los directos involucrados, los mencionados en los diversos chats y relacionados con varios delitos, eran los que filtraban. Hay que averiguarlo y penarlo, cometieron delitos. ¿Por qué filtraban esos que “cometieron errores” como afirma Fossati? ¿Para saturarnos a todos de basura y generar un clima de que ya no hay basura que nos afecte? Lo dijimos hace varias columnas que esa era la técnica.

¿Doctora Fossati, quienes la ensucian por detrás? Como usted lo afirma. Es muy grave, porque obviamente son los que están vinculados al imputado.

Yo no soy de los que considera que cuatro años y medio de cárcel son pocos, si los cumple. Además las penas no las decide la fiscal, tiene que atenerse a las leyes. Es que nadie en la historia de Parlamento soñó o deliró que se produciría una situación de esta gravedad y las penas aplicadas no corresponden a la suma del daño hecho por Astesiano, los jerarcas policiales del más alto nivel (incluyendo el jefe de inteligencia, que debía investigar directamente al acusado), los secretarios de la Presidencia a todos los niveles, y nada menos que el Ministro del Interior, estarían embarcados en una violación de las leyes, de la seguridad del estado, en negocios de coimas, de espionaje, de tráfico de pescado…y de la emisión de pasaportes falsos como en este caso. Y por ello la pena es ridícula, es por Asociación para delinquir (la máxima), cuando debería ser muy superior por las connotaciones institucionales. Y debería incluir a todos, incluyendo al presidente de la República, que está rodeado de todos estos personajes.

Nadie se mete con el presidente. Frase que hemos oído muchas veces. Y es una vergüenza, el presidente no solo es un ciudadano como cualquier otro, es el primer magistrado y principal custodio de la Constitución de la República y del cumplimiento de las leyes. Todos somos iguales ante la ley, menos el presidente. ¿Quién lo dijo, donde está escrito?

Ya no queremos asombrarnos de tan groseras violaciones y barbaridades, donde una fiscal que dice que no puede resolver este caso que tiene miles de pruebas y que ella, en un claro abuso de poderes, acordó con Luis Lacalle Pou que los diálogos entre Astesiano y el Presidente se excluirían del legajo del juicio, sino que además transforma en cinco minutos de declaraciones a un representante de la oposición de testigo a imputado, y acusa de agravios al presidente del FA, periodistas y usuarios de las redes. Es el reino total del absurdo y la manipulación.

La fiscal renunciante no podría quedar un instante más al frente de una causa en la que se declara incapaz de resolverla, en la que actúa con arbitrariedad y abuso de funciones y debe afrontar sus responsabilidades funcionales y penales. Ser fiscal no otorga ningún privilegio, pero mucho menos ser el presidente de la República tiene privilegios ante la justicia y ante el delito.

Lo que el Uruguay no puede es seguir degradándose de esta manera. Están destruyendo a nivel de los fiscales, de la policía, de la inteligencia del Estado, de ministerios y secretarias de la Presidencia, y de la propia Presidencia, la acumulación positiva que acumulamos durante muchas décadas y que no es propiedad de nadie y es de todos. Nadie puede ensuciarla de esta manera, ni una fiscal, ni la Fiscalía de Corte, ni la Justicia, ni el Gobierno, ni el Parlamento. Nadie.


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