Contenido creado por Gonzalo Charquero
Ana Jerozolimski

Escribe Ana Jerozolimski

Opinión | Israel lidia con Hamás y con una máquina de propaganda mundial

El problema no es sólo la naturaleza de los terroristas sino la actitud de muchos en el mundo contra Israel.

08.07.2025 10:36

Lectura: 5'

2025-07-08T10:36:00-03:00
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Ya lo sabíamos: la organización terrorista Hamás, a la que Israel está tratando de destruir a raíz de la masacre que perpetró en su territorio el 7 de octubre del 2023, es monstruosa. Por sus crímenes contra Israel y contra los propios palestinos. Pero al comenzar a leer el exhaustivo informe publicado este martes sobre la violencia sexual de Hamás, usada claramente como arma de guerra premeditada y programada de antemano, sentimos que no existen las palabras exactas para describir con quién está lidiando Israel.

Y eso no puede menos que acrecentar la crítica a la campaña mundial de propaganda anti israelí que, bajo el lema de defensa de los derechos palestinos, demoniza al estado judío y repite cualquier diatriba e invento publicado por Hamás.

Vayamos, en forma muy resumida, al espeluznante informe, basado en testigos presenciales y de audición de los hechos, de una sobreviviente de intento de violación en la fiesta Nova, secuestrados que volvieron y rescatistas y miembros de los equipos de emergencia que llegaron a los sitios que habían sido atacados. En por lo menos seis escenarios de horror fueron hallados cuerpos de mujeres parcial o totalmente desnudas, atadas a árboles o postes, con las manos atadas y señales de extrema violencia en los genitales. En varios casos, fueron víctimas de violaciones en grupo. Y después de la tortura y el ensañamiento, fueron asesinadas.

Eso comenzó a saberse ya muy poco después del 7 de octubre, y ni ONU Mujeres ni organizaciones feministas internacionales dijeron nada. Silencio absoluto, criminal y vergonzoso. Eso no es defensa de los palestinos sino una forma de fortalecer a Hamás al no criticarlo y presentarlo como lo que es: un ejército de asesinos.

Desde el 7 de octubre del 2023, Israel se enfrenta a la organización terrorista Hamás pero también a una enorme maquinaria de propaganda mundial que distorsiona la realidad en el terreno, lava cerebros y simplemente miente sobre lo que ocurre en la realidad de la guerra.

Aclaro en forma terminante: nada de lo que escribo aquí en defensa de Israel y como crítica a Hamás y al mundo (bueno, parte del mundo) apunta a alegar que no hay sufrimiento palestino ni que no hay civiles muertos. Ese no es el argumento, que sería una falsedad. En todas las guerras hay sufrimiento y hay víctimas que no son las responsables por el estallido de la guerra, y ésta no es la excepción. No puede serlo, cuando Hamás, el blanco de Israel, usa a los civiles como escudos humanos.

Organismos internacionales, incluyendo agencias de las Naciones Unidas, medios de comunicación de “renombre” mundial y también otros menos conocidos, así como todo tipo de figuras públicas repiten con increíble ligereza cualquier información que proviene de Gaza, se hacen eco de comunicados terroristas, no revisan, no investigan, y a veces inclusive lo publican aunque se les ha aclarado de antemano que no es cierto.

Esto ha ocurrido en los últimos días varias veces nada menos que con la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF en su sigla en inglés) que tuvo que corregir a Reuters y AP —por dar sólo dos ejemplos— por publicar informes que ellos ya les habían dicho que eran falsos. La propia GHF tuvo que desmentir repetidamente publicaciones que sostenían que soldados israelíes habían atacado a palestinos que esperaban recibir comida, aunque ellos ya habían dejado en claro que los ataques eran de Hamás. ¿Pero qué importa la verdad cuando hay oportunidad de demonizar a Israel? Vergonzoso.

Es imperioso preguntarse por qué saltaron diversas organizaciones de derechos humanos a exigir que la GHF (Fundación Humanitaria para Gaza) deje de distribuir ayuda humanitaria, si se sabe que en el sistema anterior Hamás la robaba. ¿No sería lógico exigir que haya la mayor cantidad posible de canales de ayuda?

Hay mil preguntas para plantear, pero me limitaré a un solo tema más, para no extenderme demasiado.

Se acusa a Israel de genocidio, una difamación total que los números rebaten en forma absoluta. ¿No es extraño que las supuestas víctimas de un genocidio, o sea los palestinos, hayan secuestrado más de 250 personas del lado supuestamente agresor, y que el “genocida” no logre rescatarlas? ¿Cómo puede ser que las víctimas tengan en su poder a 50 secuestrados israelíes, sabiendo que si los libera lo más probable es que Israel ponga fin a la guerra y entonces ellos, las supuestas víctimas, dejarían de sufrir?

Para terminar, hagamos un ejercicio difícil de concebir siquiera. Lo haré con la ayuda del doctor Washington Turco Abdala, que ya hizo el cálculo y lo incluyó en su discurso al recibir semanas atrás el Premio Jerusalem. Si terroristas irrumpieran desde la vecina orilla a territorio uruguayo y secuestraran a 504 uruguayos —esa es la proporción de acuerdo a la población—: ¿Qué tendría que hacer Uruguay? Claro, suena a ciencia ficción imaginar algo así, ¿verdad?

Para Israel no lo es. Fue la realidad. Los terroristas, además de asesinar a 1.200 personas, secuestraron a 251, la enorme mayoría civiles, entre ellos numerosos menores de edad, ancianos y enfermos. Y ahora, para liberar a los 50 que aún tienen en su poder, a 30 de los cuales ya los mató, tiene “condiciones”.

Pues el problema no es sólo la naturaleza de los terroristas sino la actitud de muchos en el mundo contra Israel, que los envalentona. Antisemitismo, lavado de cerebro, hipocresía o dinero recibido para propaganda. Son varias las explicaciones posibles. Quienes actúan de esta forma y creen que con eso ayudan a los palestinos, cometen un craso error. Nada que ayude a Hamás aporta a los palestinos. Pero, en realidad, ese no es el tema. El apoyo a los palestinos es un mero disfraz. La moda es demonizar a Israel. La víctima es también la verdad.