Contenido creado por Federica Bordaberry
Luis Romero

Escribe Luis Romero

Opinión | Genocidio de la población rural

La gente se va del campo por muchas razones, pero se va porque quiere, esa es la verdad.

04.08.2022 12:56

Lectura: 8'

2022-08-04T12:56:00-03:00
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Quisiera referirme hoy a un comunicado de Un Solo Uruguay, titulado "Genocidio de la población rural, una política de estado exitosa". En primer lugar quiero decir que el estudio está errado. Está equivocado. Y pienso que el error viene por la fuente de la información. Cuando señala que en todo el mundo, en todo el planeta, la población rural es de entre el 20% - 30%, esas cifras que da el estudio no dice de dónde salen.

No dice la fuente de la información. No son comparables con la cifra del 4% del Uruguay que señala. Para ilustrar voy a autorreferenciarme, lo cual no es bueno, pero en este caso sirve, justamente, porque hace veintipico de años, en una de esas conferencias que a uno le toca dar por acá o por allá, yo dije algo que muchos asistentes años después vienen y me dicen, "yo me acuerdo aquello que dijiste".

Yo les dije a los asistentes: "tengo dos noticias para darles, una buena y una mala". La mala es que, dentro de veinte años, la mitad de ustedes no va a estar en esta foto, no van a estar acá como productores rurales. La buena es que, los que queden, van a vivir mejor. Eso sucedió, exactamente. No porque yo sea un gran adivino, porque simplemente leía cómo venía la tendencia, que venía pasando en todos los países y también en el Uruguay, y proyecté la tendencia.

Tendencias movidas por fuerzas que ningún gobierno puede frenar. En aquel momento, cuando yo hablé, el Uruguay tenía 8% de la población activa en el sector rural, que así se debe definir. Francia tenía el 8% y era el país de la comunidad europea con más población activa en el sector rural. Y Estados Unidos era el país que tenía menos y el único país del mundo en el que ya se había frenado lo que en aquel entonces llamábamos el éxodo rural. En todos lados la gente se iba del campo, en todos. Incluso, en la India, que tenía 70% de población activa en el sector rural. La gente se iba a razón de 3% - 4% anual.

Y, en Estado Unidos, con 1% de la población económicamente activa en el sector rural, se había frenado esa migración del campo a la ciudad. Uruguay, entonces, cuando yo dije, "dentro de 20 años va a quedar la mitad de ustedes en la foto", tenía 8% de población activa en el sector rural, igual que Francia, el país agrícola por excelencia dentro de la comunidad europea, donde se seguían yendo, pero todavía eran 8. Era el país con más población económicamente activa en el sector rural.

Hoy no tengo los números de Francia, pero seguro no es 20%. Debe ser como Uruguay, el 4, quizás, el 3%. La gente se iba y se va del agro, en países que no tienen carretera, no tienen escuelas, no tienen liceos cerca, no tienen electrificación rural, no tienen nada. La gente se va del agro a la ciudad. Pero también se va del agro a la ciudad en países que tienen las carreteras asfaltadas hasta la puerta, preciosas comodidades para vivir, centritos poblados cerca con todo lo que una persona puede necesitar para la parte comercial, la parte cultural, para la educación de los hijos, para la parte de salud, todo a pocos kilómetros asfaltados del establecimiento, y de ahí también se van. Entonces, creo que este estudio ha sido un error.

Desde el título, “genocidio”, palabra que hace vibrar cuerdas sensibles para cualquiera. ¿“Genocidio” es la palabra que hay que usar? Porque una persona, por libre albedrío, ¿decide irse del campo a vivir a la ciudad? ¿Esa palabra hay que usar? Yo no la usaría jamás en una nota de este tipo. Después, los números. Están mal los números. No podemos comparar, como que Uruguay es el peor de la clase porque todos tienen una altísima proporción viviendo en el agro.

Esos números altos, del 20% - 30%, deben obedecer a una definición diferente. Una cosa es vivir en zona rural, aunque en pueblos, y otra cosa es lo que siempre entendimos y corresponde al 4% en el Uruguay, que es población económicamente activa en el sector rural. Vive adentro de un establecimiento y trabaja en el agro. Eso es lo que mide el 4%. Ahí no están los pueblos del medio del campo, que no viven y no trabajan del sector rural. El almacenero, que está en un pueblito chiquito en la mitad de la nada del campo uruguayo, eso no está en el 4%, aunque vive en zona rural.

Entonces, están confundiendo peras con manzanas, para ir a un concepto que trata de ser impactante, y que trata de generar una especie de conmoción, echándole la culpa al Estado, como siempre. Esa manera de pensar de que la culpa la tiene el Estado, tampoco me gusta. La gente se va del campo por muchas razones, pero se va porque quiere, esa es la verdad. Las razones son que las personas prefieren, humanamente, tienen derecho. Prefieren vivir la vida de la ciudad. Tiene cosas para ofrecer que el campo no tiene y esas cosas les gustan más a las personas, incluso a las nacidas en el campo, que las buenas cosas que también tiene para ofrecer el campo. Y es así. Y generación tras generación, se van. Y está bien que se puedan ir.

En China estuvo prohibido y todavía lo está, que la gente se pueda ir del campo a la ciudad sin un permiso gubernamental. No es culpa de los gobiernos que la gente decida. Que los hijos decidan no seguir en la explotación del padre no es culpa del Gobierno, ni de éste ni de los gobiernos del Frente, ni de los gobiernos colorados ni de los gobiernos militares, no es culpa del gobierno. Mirar para ese lado es cerrar la mirada, es equivocar el enfoque, es esencialmente no entender por qué pasan los fenómenos. Y, al no entender, erramos el diagnóstico y erramos la solución. Alguien cree que si el Gobierno hiciera algo, ¿la gente volvería hacia el campo? O que si el Gobierno hiciera algo, ¿la gente no se iría más del campo? Yo he discutido esto muchas veces con muchísima gente, donde el voluntarismo es romántico, pero qué lindo sería que las escuelas rurales siguieran llenas de chiquilines y que las familias vivieran en el campo, y que ahí se criaran generaciones de gurises con buenos valores, con apego al trabajo. Yo comparto todo eso, adoro todo eso, me crié en eso, pero no es mirando al Gobierno para decirle que no está haciendo lo que tiene que hacer.

¿Qué tendría que hacer el Gobierno para que provocara la revolución de que la gente se quiera quedar en el agro? ¿A ver? Yo me he roto la cabeza pensando, año tras año, década tras década, estudiando, mirando qué pasa en el mundo y qué se hace. No hay lo qué hacer que mantenga a la gente en el campo. Esa es la verdad. Si quieren soñar con sueños románticos, todo bien, pero de ahí a hacer proclamas, atacando a los gobiernos porque no han hecho lo que deben hacer, hay un error inmenso. Un error de orientar energías hacia donde no se deben orientar. La verdad es que la población económicamente activa, si la definimos bien, va a llegar al 1%. Se los digo ahora, como dije hace veintipico de años, que la mitad de los que estaban ahí no iban a estar y fue exactamente así, eran 8% y ahora son 4%. Escuchen: dentro de treinta años, de estos cuatro va a quedar el 1%. Escúchenlo. Y no hay nada que los gobiernos hagan o dejen de hacer que cambie esa realidad.

Vamos a llegar al mismo nivel de población económicamente activa en el agro en el Uruguay que en los Estados Unidos. Y otros países, la mayoría, van a llegar también, más temprano o más tarde. ¿Es eso malo? ¿Bueno? Es así. Entonces, creo que hay mucho que cualquier gobierno debe hacer a favor del agro, creo que hay mucho más que un gobierno de un país agro exportador como el Uruguay debe hacer a favor del agro, pero en eso estoy convencido. Me encanta que las familias vivan y sigan viviendo en el establecimiento rural, me encanta, adoro eso, pero hay que entender de lo que se habla para poder plantear los temas en el terreno en que hay que plantear y buscar las soluciones donde se deben buscar.

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Esta columna es una transcripción del uno de los capítulos semanales del podcast La Batalla de las Ideas, conducido por Luis Romero. Se trata de un "espacio continuo de reflexión sobre los temas esenciales que nos convocan a todos en todas partes y tienen incidencia directa en nuestras posibilidades de vivir bien". 

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