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Escribe Omar Pérez

Opinión | Emprender para cambiar: Diversos enfoques sobre qué Uruguay queremos

El debate electoral instala el tema de los modelos promovidos por los candidatos más allá del marco general del programa de cada partido.

10.05.2019 15:54

Lectura: 6'

2019-05-10T15:54:00-03:00
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El debate electoral instala -en forma a veces explícita y a veces de manera subyacente- el tema de los modelos económicos, sociales y culturales promovidos por los candidatos más allá del marco general del programa de cada partido.

La necesidad de crecimiento económico y productivo es señalada y promovida por los diversos proyectos. Esa necesidad enfrenta desafíos crecientes, asociados al cambio tecnológico, social, cultural, y a la situación económica internacional, entre otros. Son aspectos debatidos y presentes en mayor o menor grado en todos los discursos.

Las respuestas a estos desafíos están condicionadas por los diversos enfoques sobre qué Uruguay queremos y cómo debe orientarse ese cambio reconocido como necesario.

Responder a esta realidad es incorporar en mayor grado la promoción y fortalecimiento del emprendedurismo, en particular en la pequeña y mediana empresa y organizaciones de la economía social.

Los gobiernos del FA han incentivado al Uruguay innovador y emprendedor en forma significativa. Hay que continuar haciéndolo con mayor iniciativa y energía.

Esto requiere un cambio en el modelo tradicional del pensamiento de la izquierda, estatizador, centralizador de la economía y de la gestión del cambio. Hemos históricamente enfrentado la mentalidad emprendedora por identificar empresario con capitalista. Esa visión reduccionista desconoce algunas dimensiones clave del universo de lo empresario, como la gestión de las empresas públicas y el rol creciente de empresas y organizaciones de la economía social (cooperativas, asociaciones, ONG). Desconoce o minimiza procesos como los de la economía del bien común, la economía circular, etc.

En muchos aspectos, el proceso transformador se encuentra inmerso en una batalla cultural, de mentalidades que contraponen dicotómicamente el papel del estado y la iniciativa privada.

Son indelegables las competencias del estado y es necesario fortalecer sus capacidades. Los modelos neoliberales aplicados anteriormente terminaron profundizando la crisis social y cultural, debilitando la institucionalidad y las políticas públicas y sociales fundamentales para el bienestar de las mayorías.

Detrás de los planteos de reducción del costo del estado, muchas veces sin propuestas fundamentadas, se instalan modelos de abandono de las políticas sociales y, de hecho, son promotoras de la desigualdad y la exclusión.

El estado tiene un rol sistémico que permite articular los diversos intereses de los distintos actores sociales. Y también atenuar el impacto negativo de la predominancia de algunos de ellos, evitando el corporativismo generador de crecimiento desigual.

El momento actual exige trabajar integrando las iniciativas privadas que constituyen un vasto universo de gran relevancia en los procesos económicos, sociales y culturales futuros.

Sin menoscabar los fundamentos del Estado, es necesario asumir que tiene límites en su capacidad y en los recursos y que la profundización de los procesos de integración social y la mayor efectividad de las políticas sociales pasa, en parte, por lograr fortalecer el trabajo de la sociedad civil en estas áreas.

Es necesario reconocer el papel positivo, muchas veces fundamental, de las ONG y organizaciones sociales de base en la implementación de algunas políticas como las de atención de la infancia en vulnerabilidad, consumo problemático de sustancias, servicios educativos en contexto crítico, etc.

Trabajo e innovación

Las PYMES representan hoy el porcentaje mayoritario del empleo del país. Y el empleo es sin duda un tema clave para el crecimiento económico y la inclusión social.

Los procesos de innovación por lo general están asociados a proyectos de base tecnológica (TIC, etc.) en los que existe una alta participación de PYMES.

Esta importancia se potencia por el hecho de que las tendencias de cambio no solo tienen como base aspectos técnico-materiales. La innovación es también sociocultural y organizacional. Está indisolublemente unida al surgimiento de nuevas formas de trabajo y producción (coworking, economía colaborativa, economía circular) para las cuales las PYMES presentan una potencialidad importante.

El autoempleo puede ser una forma de romper la exclusión y la marginalidad promovida por los modelos económicos dominantes. Esto será posible si se responde con autonomía a las tendencias del proceso de trabajo que generan brechas cada vez más grandes entre el empleo de calidad y la precarización, la exclusión y la marginalidad.

No se trata de tener un abordaje ingenuo, que acepte acríticamente todas las novedades y los cambios tecnológicos y económicos. Pero desconocer o no tener una estrategia sobre estas tendencias es quedar a merced de los mecanismos dominantes que operan en todos los ámbitos.

Para evitar la precarización del trabajo que a veces se esconde en algunos sistemas, es necesario generar política y desarrollar las capacidades que permitan operar sobre los aspectos negativos de estas tendencias.

 

LAS PROPUESTAS

El estímulo al desarrollo de enfoques y prácticas emprendedoras requiere instrumentar varias líneas de trabajo:

Modernización y simplificación de los procesos de creación y cierre de empresas.

El crecimiento de la formalización es necesario sostenerlo, a favor de la calidad de empleo y contra la precarización asociada a la informalidad. La dinámica de la innovación requiere mecanismos ágiles para la instalación de emprendimientos y el cierre, cuando no sean sustentables. La innovación es una exploración de alternativas y por ende implica riesgos. Supone una mentalidad que destierra la noción de fracaso: un proyecto inviable es un camino de aprendizaje en la búsqueda de una solución. Es reconocida y estudiada la alta tasa de mortalidad de las iniciativas innovadoras, por lo que es necesario desarrollar una política que no castigue con procesos formales complejos el cierre de estos emprendimientos.

En algunos casos, los instrumentos de formalización actuales para las cooperativas, SRL, ONG, tienen limitaciones o presentan obstáculos para la asociación, inversión de capital, etc.

 

Promover el desarrollo de proyectos productivos de base

                ?             cultural, audiovisual

                ?             biotecnológica

                ?             agro-ambiental

                ?             informática

                ?             turística

 

Desplegar un esfuerzo sostenido interinstitucional en los campos educativo, tecnológico, económico para lograr incentivar el desarrollo productivo innovador.

Generando empleos de calidad, consolidando el camino iniciado por los últimos tres gobiernos.

La ruptura de la dicotomía estatización-privatización capitalista no solo es una opción, es un camino que fortalece a la sociedad civil, posibilita el control social sobre los procesos económicos y políticos. Integra y acumula en el camino de la construcción del bloque sociopolítico transformador.

El cuarto gobierno debe promover la idea y la acción de emprender para cambiar.

Esta afirmación, por último, tiene un fundamento en el aspecto más radical del cambio a promover.

El cambio profundo y verdadero es el cambio en las condiciones de vida de las personas, más allá de las estadísticas y las cifras del ingreso. Esos datos son una medida, una mirada parcial, de avances necesarios pero insuficientes.

Porque el principal cambio, el más transformador, es el del desarrollo de la autonomía de las personas, el crecimiento personal. Para que dejen de ser objeto de políticas, para ser efectivamente sujetos. Hombres y mujeres protagonistas de su propio destino