Contenido creado por Cecilia Franco
Sergio Botana

Escribe Sergio Botana

Opinión | El presupuesto tiene poco recorte y mucho respeto

Estamos frente a un Presupuesto formulado con criterio conservador, sensible con el momento de necesidad que vive el País, y altamente respetuoso del trabajo y la producción nacional

09.12.2020 13:13

Lectura: 6'

2020-12-09T13:13:00-03:00
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En el 2009 el Estado gastaba 93 centavos de dólar por cada dólar que exportaba el País.
En 2019 gastaba 1,41 dólares por dólar exportado. El Gasto Público creció un 52% en términos de lo que el Uruguay exporta.

Somos el país de América que exhibe el mayor nivel de presión fiscal. Los peores de la clase de todo el continente, 35% según estudios de CEPAL.

El Gasto en exceso es déficit fiscal que deviene en presión fiscal y en deuda, que lleva a la canalización del ahorro privado o el de las AFAPs a su pago, en vez de direccionarlo a inversión productiva.

Las generaciones futuras recibirán de nosotros menos inversión, menor capacidad de producción instalada, menor empleo y mayor carga de pasivos para soportar.

En una economía tan abierta, dependiente y poco competitiva, el planteo keynesiano carece de efectividad. El efecto sobre los transables será de incremento de demanda hasta un escaso límite, y luego pérdida de divisas. Sobre los no transables es muy similar. Ligero aumento de demanda y de empleo, e inflación que pagan los más pobres.

Este Presupuesto se dispone a bajar la carga del Estado sobre el trabajo nacional. Se propone la canalización del ahorro hacia la inversión productiva. Para ello, y de modo complementario a lo presupuestal, se tomaron medidas sobre los combustibles - ya sabemos que el gasoil sale de la Refinería de ANCAP a $ 5,22 más que el Precio de Paridad de Importación. Habrá que tomar decisiones.

Sobre la energía, la UTE de la Ingeniera Emaldi bajó un 15% el costo del riego-consumo y potencia contratada- y nos consta que la Ministra Arbeleche ha pedido un esfuerzo aún mayor.

El Banco de la República del Economista Ferrer ha bajado tasas activas. El Puerto del Dr. Curbelo está haciendo un esfuerzo para bajar los costos de la operación, lo que se ve complementado por la Desmonopolización de combustibles que ha planteado el Ministro Paganini en puertos y aeropuertos. Con el combustible más barato llegarán más buques y más aviones, y por competencia por las cargas y por menor costo de operación, terminarán por bajar los costos de los fletes a la producción nacional.

Nos señala en un apreciado paper el Cr. Protasi, que debemos bajar déficit para liberar el ahorro, pero que es imprescindible que demos a ese ahorro alternativas rentables para transformarlo en inversión productiva. De ahí la pertinencia y complementariedad del planteo presupuestal y las demás acciones. Nos gusta el camino. Hay que profundizar sin provocar desequilibrios.

Los ahorros del Presupuesto han sido los que había que hacer. Se eliminó todo exceso y se respetó cada necesidad. Si se compara lo que hay que comparar que es Presupuesto contra Presupuesto, este Presupuesto es mejor Presupuesto en Educación, Gasto Social y Salud, y muy similar en Vivienda. La comparación con la Ejecución Presupuestal es otra cosa, porque como todos sabemos en algún momento siempre llegan los conocidos refuerzos de rubros. Aún más si la comparación es con la Ejecución de un Gobierno temeroso de perder la elección.

Este Presupuesto mejora un 12% a precios de 2020 al anterior. Genera recursos para la extensión de la Universidad de la República y de la UTEC en el interior. Duplica el número de becas a estudiantes.

En Salud, veremos un progreso en la atención infantil, se desarrollará la internación domiciliaria, llegará la tan esperada atención psiquiátrica, por fin veremos el Hospital del Cerro.

El Gasto en Vivienda apalancará la inversión privada. La gente podrá construir su casa con el subsidio estatal parcial y los privados movilizarán recursos hacia esta sagrada finalidad.

Hemos asistido a la presentación de un Plan de Obras quinquenal por parte del Ministro Heber, lo que de por si es noticia porque hacía años que el País no lo veía, pero además es un Plan del orden de los 2500 millones de dólares.

La Seguridad Pública verá un refuerzo de la Fuerza Policial, de su equipamiento, y el comienzo de la acción de la Policía Rural.
Veremos recursos para Infraestructura Deportiva, para hacer del Deporte el gran integrador social.

No hay recorte en los gastos fundamentales, como tampoco es cierto todo lo que se dice en la cuestión salarial.

Los salarios públicos tendrán su ajuste cada año, por lo que no es cierto que se pierda toda la inflación de 2021. Existirá una pérdida por la diferencia entre la inflación proyectada y la observada al final de cada año. Esa pérdida se producirá en el ajuste del año 22, pero allí mismo se comenzará a recuperar y se recuperará cada año.

A partir del 23 no se producirán rezagos adicionales, y en enero del 24 se habrá recuperado la media de los salarios. Las pérdidas que se puedan observar serán además, solamente sobre una porción del salario. Los aumentos de los subalternos militares por encima de la media afectan en muy poco el índice medio de salarios de los públicos, pero si así fuera y su incidencia fuera importante, ello sería coherente con la idea siempre manifestada de achatar la pirámide salarial, a través del mejor aumento a los más postergados, y vaya si los militares han sido postergados.

La recuperación será a lo largo de todo el período de manera sostenida, tal vez si con mayor aceleración en el último tramo. Eso será así, por el alto concepto que el Gobierno tiene para con el servidor público, y porque si dejara para el último año toda la recuperación, estaría dando un incremento porcentual tan alto en ese último año, que terminaría indexando toda la economía.

Estamos frente a un Presupuesto formulado con criterio conservador, hecho en base a un crecimiento moderado, sensible con el momento de necesidad que vive el País, y altamente respetuoso del trabajo y la producción nacionales, así como de las futuras generaciones.

Este Gobierno se quiere medir por cuanto consigue y no por cuanto gasta. Quiere que se lo considere por la inteligencia de su accionar y no por el despilfarro que sea capaz de realizar. Quiere ser respetado por lo que respeta al que agacha el lomo, y no por lo que desperdicia de su esfuerzo. Quiere que la gente elija el camino. Llegará el día en que el Estado no lo imponga.