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Opinión | El futuro de los océanos está en nuestras manos

Con más de 72 mil km de litoral, América Latina y el Caribe generan el 11% de la producción pesquera global y el 4% de la acuicultura. El sector emplea a más de 2,4 millones de personas, y es el pilar de la seguridad alimentaria de cientos de comunidades ribereñas.

08.06.2021 10:46

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2021-06-08T10:46:00-03:00
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Por Alejandro Flores, Oficial de Pesca y Acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe

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Los recursos pesqueros serán fundamentales para alimentar a las casi 10 mil millones de personas que poblarán la tierra en el año 2050 y por ello el cuidado sostenible de los océanos es absolutamente fundamental.

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y su compromiso político para revertir los efectos negativos del cambio climático, tiene entre sus grandes prioridades el objetivo 14, "Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible", y que las actividades humanas estén centradas en proteger y regenerar los ecosistemas marinos (con sus activos, funciones y servicios naturales), mantener el uso de los recursos naturales dentro de límites ecológicamente sostenibles, y generar flujos de beneficios (tanto monetarios como no monetarios) hacia la base social de manera justa y equitativa, priorizando los flujos hasta las áreas donde hay mayores carencias.

La importancia que tienen los océanos en la regulación del clima, la generación de oxígeno y la seguridad alimentaria es indiscutible. Además, su alta biodiversidad acuática brinda enormes oportunidades para la diversificación pesquera y acuícola, para así incrementar la disponibilidad de alimentos y la riqueza derivada de los mares territoriales de los países de la región.

Invertir hoy en las comunidades pesqueras permitirá frenar la sobrepesca e impulsar la gestión de los ecosistemas acuáticos de manera sostenible. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) más del 30% de las pesquerías globales se encuentran sobre explotadas y más del 60% en plena explotación. Además, esa inversión en las comunidades contribuye a reducir la contaminación, incrementar la superficie marina protegida, mejorar la salud de los ecosistemas críticos y los recursos pesqueros, y evitar la pesca ilegal.

Porque hoy enfrentamos enormes desafíos: existen graves carencias en materia de control y débiles sistemas de monitoreo científico; faltan recursos para la inspección que permitan detener la pesca ilegal, y faltan marcos legales que garanticen un acceso equitativo a los recursos marinos. La pesca y acuicultura regional tampoco cuenta con buenos sistemas de gestión de sus residuos, y se debe avanzar muchísimo en la promoción de sistemas acuícolas sostenibles.

La urgente necesidad de producir más alimentos saludables y aprovechar de forma racional la biodversidad, demandan voltear la vista al mar, para que frenemos prácticas destructivas. Eso nos permitirá continuar generando los alimentos que demanda la humanidad hoy, pero con la sólida convicción de que es nuestra responsabilidad garantizar océanos sostenibles para la humanidad de mañana.