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Escribe Esteban Valenti

Opinión | El diablo y los detalles

Un error notorio son los derrapes en las conferencias de prensa-cadenas de radio, televisión, redes y medios impresos, que todas las noches, 7 días por semana, recibimos los uruguayos

06.05.2020 17:38

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2020-05-06T17:38:00-03:00
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Nadie, ni el más perfecto de los dirigentes políticos o de los partidos (que no existen por cierto en el planeta...) pueden evitar cometer errores. ¿Qué son errores y de que tamaño y de qué importancia? Esa es la cuestión.

No pueden considerarse errores los que tienen que ver con una determinada posición política histórica y concreta, que marcó la propuesta electoral. Eso es política, y los resultados obtenidos con esas políticas definirán el juicio de los ciudadanos. Además de los resultados es importante la calidad del relato, la capacidad de comunicar, de entablar esa compleja relación entre gobernar con los hechos y los dichos. Que con ambos se gobierna, vaya si lo sabremos los uruguayos.

El balance de estos primeros dos meses y poco de asumir el gobierno tienen diferente facetas. En cuanto al manejo de la pandemia, de la peste, los resultados y el estado de ánimo de la población hablan claro, el gobierno se ha movido bien y ha comunicado mejor. Un elemento definitorio podría ser la comparación con otros países, pero no es un buen criterio y menos puede ser el definitorio. Partíamos de una situación mucho mejor, no solo por el pasado sino por un concepto que me gustó mucho en un reciente mensaje del intendente de Canelones Yamandú Orsi, "La acumulación positiva". Tiene un alto sentido democrático, es justo históricamente y tiene, en estos momentos, un mensaje muy positivo y nacional.

En cuanto a la presentación de la Ley de Urgente Consideración, hay que diferenciar sus contenidos, que son un compendio de las posiciones multicolores, todavía no depuradas y acordadas, pero que son el corazón del proyecto del nuevo gobierno. Y de esa u otra manera iban a ser su estandarte. Diferente es analizar la oportunidad de presentarla ahora, donde el final del túnel (en el mundo, en la región y en el país) apenas se vislumbra, y debilita el clima de cooperación necesaria, a nivel social y político y donde releyéndola se nota a la distancia que está elaborada antes de la peste y de tener un panorama medianamente claro de cuáles serán sus principales consecuencias. Y esa es una gran debilidad y un error importante.

Pero la política y el gobierno, tienen en la elección de los tiempos una de sus claves. Lo que es un error de la oposición es casi concentrarse obsesivamente en los aspectos formales, en la constitucionalidad, en la urgencia. Esa etapa y ese tema será solo terreno de derrotas y reforzará la ley. Hay que saber elegir los aspectos que se consideren más negativos, que impliquen un cambio negativo para el conjunto de la sociedad y de la vida democrática nacional. Esos no son errores, son discrepancias profundas y fundadas con los contenidos del nuevo gobierno. Hay que saber hacerlo, y por ahora el FA demuestra una debilidad preocupante.

Habrá otra oportunidad para ese debate de fondo y será el presupuesto nacional, donde tampoco el eje debe ser en forma permanente el balance con el pasado, la reivindicación de todo el pasado, como manera de evitar una vez más un análisis crítico que le deben a la sociedad. Discutan con alternativas, con propuestas, pero sobre todo con una mirada estratégica de reconstruir las bases sólidas de una verdadera oposición de izquierda.

Estos debates son la base de una línea política, de la construcción de una nueva base social, política, cultural y anímica de alternativa progresista, con un gobierno que hasta ahora ha demostrado mejores aptitudes de las que todos esperaban. Y hay que reconocerlo.

Pero volvamos a los errores, a los detalles importantes. El episodio del Dr. Fredy Silva fue un malísimo resbalón, en su designación en ASSE que fue resuelto con celeridad, haciéndolo renunciar a pesar de ser un integrante de Cabildo Abierto y expresar toda una línea política de esa ala del gobierno, como lo hizo el subsecretario de Defensa Rivera Elgue. El discurso nostálgico y defensor indirecto del pasado dictatorial de Manini Ríos, recibió respuestas de Talvi y de Mieres. Esas posiciones no pueden considerarse un error, son el corazón de otro proyecto político presente y futuro de ese grupo político, Cabildo Abierto, dentro y fuera del gobierno. Y van caminando en esa posición incómoda, sobre todo para la coalición cuatricolor.

Un error notorio son los derrapes en las conferencias de prensa-cadenas de radio, televisión, redes y medios impresos, que todas las noches, 7 días por semana, recibimos los uruguayos. Mientras se habló de la lucha contra la peste, todo iba muy bien, con excelentes comunicadores y muy bien manejo de la relación con la prensa. Desde el presidente, el secretario de la presidencia y el ministro de relaciones exteriores. Impecables. Hasta que...el dulce picó los dientes.

Se comenzó por utilizar esa tribuna casi "obligatoria" para defender por parte del Presidente Lacalle a la LUC, y esta semana en una convocatoria a los medios del interior, con sospechosas presencias, para plantear en una extensa conferencia variados mensajes políticos, que incluyeron hasta el tema de la salud reproductiva. Error, se está malgastando una herramienta que le ha servido mucho al país para la lucha contra la pandemia y al el propio gobierno. El que abusa, cansa.

Me sucede a mí mismo, que soy un adicto a los informativos con carbónico, donde las noticias se repiten hasta tres o cuatro veces, para llenar las dos horas y media, esperaba ansioso el parte del SINAE con los resultados de los test de ese día. Ahora los leo en Internet, ya me superó la cadena ficta.

El otro gran "detalle" es sin duda el documento escrito, con tanto de firma y sello emitido por el director del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (SECAN) Gerardo Sotelo a todos los directores de los medios oficiales de comunicación, TNU y las diversas radios, anunciando que a partir de ese momento los contenidos del material periodístico deben someterse previamente al Coordinador Periodístico Jorge Gatti, para definir si el tema era de interés para su emisión.

Fue un grave error, no un detalle, y la tormenta que desató fue furibunda. No podía ser de otra manera- ¿No era esperable esa actitud de dos periodistas que imponen y aceptan una censura previa a muchos de sus colegas de los medios estatales? Es un brulote. A Jorge Gatti, que trabajó mucho tiempo en TNU, en Buscadores ¿alguien le impuso esa vergonzosa obligación de consultar sobre su trabajo?

¿Qué hubiera hecho Gerardo Sotelo cuando era un periodista independiente y agudo, si alguien del Frente Amplio hubiera emitido una orden como la suya destinada a decenas de periodistas profesionales en los medios del Estado? Todos hubiéramos protestado airadamente.

Es más, yo miraba algunos programas de TNU y escuchaba radios de RNU, pero hasta que no sepa que sus periodistas no están bajo la censura de un jerarca, que confunde la batalla ideológica con las medidas administrativas, ni siquiera se me ocurre pasarle cerca. Lo hubiera hecho si hubiera sucedido en el periodo del FA ¿Por qué no voy a hacerlo ahora?

Les voy a dar una prueba personal de que esa visión enana de que la televisión era enteramente o mayoritariamente del gobierno anterior, es falsa. Yo fui durante tres años muy crítico del gobierno del FA y, TNU y las radios estatales me invitaron reiteradamente a sus programas, sabiendo perfectamente de mis posiciones.

Es bueno recordar la cadena de responsabilidades: la SECAM depende de la Dirección de Cultura del Ministerio de Cultura. Y no hemos oído una sola reacción u opinión oficial y creo que tampoco de la locuaz APU...

Las largas entrevistas de Sotelo posterior a su circular "ordenadora", no despejan en absoluto las dudas ni pueden ocultar el error. Si una parte importante de la sociedad uruguaya no hubiera reaccionado como lo hizo, querría decir que en el país el sentido de la libertad de prensa se ha degradado peligrosamente. No es cierto, yo he criticado desde hace varios años, los errores del FA y los gobiernos del FA, en muchos aspectos, pero he reconocido que la democracia, la institucionalidad y en particular la libertad de prensa fue no solo preservada sino ampliada.

Solo los bobos y los fanáticos que no entienden de matices, de sutilezas, ergo no entienden de política, no distinguen sobre esas posiciones. La libertad de prensa, por parte de las más exigentes y más alejadas organizaciones mundiales de toda sospecha de izquierda, es reconocida en el Uruguay. Así que nadie venga a descubrirla y a darnos lecciones, no es solo un insulto, un agravio a los periodistas de los medios oficiales, sino a los ciudadanos uruguayos.

La política seguirá exigiendo, mucho más cuando salgamos de este túnel apestoso, de mucha sensibilidad, sutiliza, cuidado de los detalles y humanidad.

La frase es conocida y gastada, pero muy precisa y justa: el diablo está en los detalles.