Contenido creado por Gonzalo Charquero
Sebastián Sabini

Escribe Sebastián Sabini

Opinión | Cinco años de deriva de la educación secundaria

A lo largo de su gestión, Jenifer Cherro nos ha acostumbrado a distintos tipos de desaciertos, por llamarlos de alguna manera.

21.02.2025 12:10

Lectura: 7'

2025-02-21T12:10:00-03:00
Compartir en

La profesora Jenifer Cherro cierra su actuación al frente de la Dirección General de Educación Secundaria de la peor forma posible. Lamentablemente, no se trata de un hecho aislado, sino que ha sido la tónica de su conducción. Persecución a docentes, desprolijidades administrativas, problemas de relacionamiento interno, dislates discursivos, mentiras al Parlamento y decisiones tomadas fuera de la normativa pero, sobre todo, alejadas de la altura moral que amerita la función pública. El resultado de esta gestión deja una educación más desigual, con comunidades educativas desgastadas y con un clima de desconfianza instalado.

El último episodio de esta administración se trata, nada menos, que de una autodesignación. Parece insólito, pero es real. El 27 de noviembre de 2024, Cherro firmó una resolución que la designaba como Inspectora de Literatura hasta el 28 de febrero del próximo año. Evidentemente, este accionar está prohibido por la Ordenanza Número 10, en su artículo 3. Pero no es necesario conocer la normativa para saber que se trata de algo totalmente reñido con la ética. Incluso, si continuara su actuación en Secundaria, debería retornar a su cargo efectivo como directora liceal, y no al rol de inspectora que ocupaba de forma interina.

A pocos días de que esta situación tomara estado público, la Dirección General aprobó una nueva resolución (el 17 de febrero), ahora firmada por la Subdirectora, Maris Montes, en donde se consigna que se trató de un error y que se deja sin efecto la designación de Cherro. Error y horror, que se “aclaró” luego de que tomara notoriedad. Antes de eso, nadie se había dado cuenta.

Los errores son parte del hacer, pero a lo largo de estos casi cinco años de gestión, Cherro nos ha acostumbrado a este tipo de desaciertos, por llamarlo de alguna manera. Recordemos algunos episodios.

En febrero de 2021, Secundaria inició un sumario a docentes de San José por incurrir en un supuesto proselitismo, al tomarse fotos participando de la campaña contra el plebiscito conocido como Vivir Sin Miedo. La denuncia inicial había sido realizada por Miriam Arnejo, directora del centro educativo y, luego de analizada, fue archivada por las autoridades. Al ocupar su cargo en 2020, Jenifer Cherro decidió desarchivar la investigación y abrir sumarios. Paralelamente, a instancias de legisladores de la coalición, se ponía en marcha una Comisión Investigadora en el Parlamento, que también ponía en el ojo de la tormenta el accionar de docentes sindicalizados. Como habían sostenido en la campaña electoral, el enemigo estaba en las aulas, y vinieron por ellos. Allí, la directora general de Secundaria jugó su papel.

En setiembre de 2021, en el marco de la presentación del Monitor Educativo de Enseñanza Secundaria del año anterior, expresó que los buenos rendimientos de los estudiantes de Colonia se debían a cuestiones genéticas. Está de más profundizar en la ignorancia de tal comentario. Allí nos dio una clara señal de que no estaba preparada para el cargo que, pese a todo, lo sigue ocupando, con el respaldo de todo el gobierno.

Después de este triste episodio, pensamos que habíamos visto lo peor. Pero no. En diciembre de ese mismo año tomamos conocimiento que Cherro incluía en su currículo un título de posgrado que no era tal.

Cuando fue nombrada como directora general de Educación Secundaria, la página web de la institución indicaba que la profesora “...cuenta con un Posgrado en Comunicación Organizacional realizado en la UdelaR.”, que también constaba en su cuenta oficial de X (ex Twitter). El título había sido obtenido en 2002 en la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación. Posteriormente al conocimiento público de la situación, Cherro hizo sus descargos frente al Codicen expresando: “...realicé dicho Curso de Educación Permanente … desde agosto a diciembre…”. Un posgrado de cinco meses ¿mintió?, ¿desconoce las características de un posgrado? ¿se equivocó? Para ser la principal referente de la Educación Media con un programa refundacional no parece aceptable ninguna de las tres hipótesis.

Ante un pedido de acceso a la información realizado por La diaria, la Universidad de la República sentenció que: “La Sra. Jenifer Cherro no cursó un Posgrado en Comunicación Organizacional por no existir dicho Posgrado”. Y aclara que el curso realizado fue de diez clases de dos horas con una frecuencia quincenal, es decir, un total de 20 horas. Aquí aparecen dos opciones. ¿Cuál fue la respuesta de Robert Silva, según consta en actas de sesión del Consejo Directivo Central?: “Nadie está libre de cometer un error y se tiene que ser compañero y solidarizarse con la situación”. Sin comentarios.

En setiembre de 2023 presentó renuncia a su cargo el profesor Óscar Yáñez, subdirector de la Dirección General de Educación Secundaria. En su carta de renuncia, expresa discrepancias con Cherro: se refiere a “falta de información fluida, de participación y omisiones”. Agregó que se enteraba de algunas resoluciones por medio de la página web del organismo. Es decir, que Cherro no fue capaz de entablar un equipo de trabajo con una persona nombrada por su propio gobierno.

Dejo para el final la situación del liceo IAVA porque es un hecho que vulneró directamente a toda una comunidad educativa. Tras el argumento del desalojo de un salón gremial se desmanteló una institución icónica de nuestro país. Además, este hecho reúne todos los tópicos que han caracterizado el accionar de Cherro durante el período: ausencia de diálogo, autoritarismo, opacidad legal y mentiras.

Desde 2022 el Gremio de Estudiantes manifestó sus reivindicaciones: mejoras edilicias (entre otras, la reparación del ascensor), asistencia de un equipo multidisciplinario, la carencia de docentes de Lengua de Señas. La falta de diálogo característica de esta administración culminó con una intimación a desalojar el salón gremial para la construcción de una rampa de ingreso que permitiera la accesibilidad.

Paralelamente, el director del IAVA fue separado de su cargo por “insubordinación” tras negarse a desalojar a los estudiantes y apostar al diálogo con los jóvenes. Se le instruyó un sumario con separación del cargo y retención del 50% de sus haberes. Recordemos que la resolución fue tomada con base en una Circular que había sido derogada en 1990. Un año después nos enteramos de que la División Jurídica del organismo recomendó una suspensión de 10 días, pero finalmente la sanción fue de 150. Se trató de una persecución encarnizada en contra del director.

Mientras se desarrollaban estos acontecimientos, la directora general, ante la Comisión de Educación y Cultura del Senado, nos explicaba la importancia de la construcción de la rampa en el exsalón gremial cuando tenía en su poder un informe técnico que le indicaba que la obra no era conveniente ni posible.

Dos años después, como era de esperar, la rampa no existe y dejaron una comunidad educativa desmantelada y un liceo con menos de la mitad de sus grupos.

Podríamos hablar de las denuncias realizadas a exautoridades de secundaria, de la persecución de inspectores, de la falta de negociación colectiva, de las denuncias de irregularidades en los concursos, de las dificultades en las elecciones de horas. Jenifer Cherro con la complicidad del gobierno saliente ha realizado una pésima gestión de un organismo con más de 200 mil estudiantes y 20 mil docentes, con una importancia central en el desarrollo educativo. Nos dejan una educación con centros con más violencia y más desigualdad, con problemas de salud mental y alimentación, y diálogo inexistente. Nunca estuvo a la altura de la responsabilidad que le encomendaron. Quienes la designaron, tampoco. Vale la pena tener memoria, pero también nos queda un consuelo. Ya se van.