Los uruguayos desde siempre hemos sido bastantes descuidados con el uso del agua. Hemos hecho poco por reutilizar nuestras aguas grises y negras y, por el contrario, con agua potable descargamos nuestras cisternas, lavamos autos y veredas.

Desde hace muchos años -llegué a hacer un planteo en la Junta Departamental- estoy convencido que deberíamos ocuparnos a gran escala en aprovechar el agua resultante de los aires acondicionados.

Ahora, producto de esta sequía brutal, estamos en una situación que nadie desea.

A pesar de ser una circunstancia que afecta gravemente, hay quienes pretenden llevar agua para su molino político. Es el caso de la intendente de Montevideo, Carolina Cosse. Se mostró “sorprendida” por lo que está ocurriendo. Sin embargo, las alarmas de que instancias como estas podrían llegar a suceder, fueron advertidas en el pasado, incluso hasta por dirigentes de su partido político.

En estos días, Cosse se enojó conmigo porque le recordé que en el gobierno anterior, cuando se buscó priorizar las inversiones en OSE y frenar la obra del Antel Arena, ella y parte del Frente Amplio se opusieron y hasta llegaron a exigirle al gobierno, al mismo gobierno que integraban, que les rindiera cuentas de tamaña decisión.

Para ella fue un ataque recordarle que sus prioridades no eran el agua potable y sí terminar, a como diera lugar, ese centro de eventos.

Pero el rechazo a su realización, no era solamente desde quienes estábamos en la oposición. El por entonces ministro de Economía, Danilo Astori, y el expresidente, José Mujica, no participaron de su inauguración, dando una clara señal.

Cosse se sintió atacada y desde su círculo inmediato se me acusó de hacer baja política por ese recuerdo.

Baja política es jugar a ser presidente desde la Intendencia, no cumplir sus cometidos, y utilizar algo tan esencial como el agua, para buscar réditos internos entre su barra.

Baja política es inventar un premio y gastar cientos de miles de pesos de los contribuyentes, para lograr la foto con Lula en el balcón de la Intendencia, versus el segundo plano en la chacra de su contendor en la interna.

Baja política es hacer un recital y gastar cientos de miles de dólares de los contribuyentes, para opacar la nominación, el mismo día, de su contendor en la interna.

Baja política es acusar al gobierno nacional de todo y al cambio climático cuando colapsan las calles de Montevideo.

Baja política es opinar de todos los temas nacionales y seguir sin solucionar los basurales de la capital y los cursos de agua que tanto preocupan.

Si realmente quieren solucionar los problemas de los montevideanos, deberían coordinar las tareas a realizar con las áreas correspondientes del gobierno nacional. El resto es oportunismo, pretensión de sacar rédito político y baja política.

Lo podríamos resumir así: si Cosse pusiera el mismo empeño que puso en construir el Antel Arena, para limpiar las calles, desobstruir las bocas de tormenta, mejorar la vialidad, etc, es decir, en lo que tiene que hacer una intendencia, Montevideo sería una capital muy distinta.

Pero no, lamentablemente seguirá en esa actitud que refleja lo del título.