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Había sido predicho varias veces, y los científicos no se equivocaron. La concentración de gases de carbono sigue en aumento, y con ello, se profundiza el cambio climático global. Pocos días atrás se alcanzó un nuevo récord cuando el dióxido de carbono (CO2) trepó a las 410 partes por millón, una medida de proporción al volumen de aire.
Para tener en claro qué significa ese número basta decir que es el más alto en los últimos 800 mil años, un período para el cual se tiene una buena información de referencia. Es posiblemente también el más alto en un millón de años. Todo eso se alcanzó en un abrir y cerrar de ojos en tiempos históricos, en poco más de cien años en los que nos hemos dedicado a quemar hidrocarburos, carbón, y otros compuestos de carbono.
Los gases de carbono están en la base del llamado cambio climático, por el cual la temperatura promedio global aumenta. Por ejemplo, en 2017, se estima que la temperatura del planeta fue 0,9 grados más alta que el promedio histórico. Este cambio climático acarrea modificaciones por ejemplo en la incidencia de sequías o inundaciones, en la dinámica de las lluvias, en aumento de las temperaturas extremas (sea como olas de calor o picos de frío), en el derretimiento de glaciares en altas montañas o de los hielos polares y en un lento pero sostenido aumento del nivel del mar (se estima que entre 1995 y hoy, se elevó unos 8 cms).
Todo esto a su vez genera otros encadenamientos de graves efectos ecológicos, desde la desaparición de algunas especies que ya no toleran estas condiciones climáticas, a la migración de otras siguiendo el cambio de las temperaturas. Además están las consecuencias sobre los humanos, tales como las pérdidas de vida en las crisis climáticas, costos económicos por cosechas perdidas (sean por inundaciones o sequías), etc.
Se están rompiendo récords en esas modificaciones del clima planetario uno detrás de otro, a la par con los aumentos en las emisiones de gases. A pesar de las negociaciones internacionales y los planes de varios gobiernos, esas emisiones siguen subiendo, y con ello se despliegan el enorme abanico de consecuencias del cambio climático.
Esas emisiones de CO2 no son un indicador más, o una curiosidad ecológica, sino que muestran la salud planetaria. Es impactante tanto el volumen de carbono que se arroja al aire, como el ritmo con el cual este proceso se acelera, rompiéndose records uno después de otro. Cuando comenzaba con toda su fuerza la discusión sobre el cambio climático, a fines de la década de 1980, los registros estaban en la franja de las 360 ppm. En apenas 30 años, y a pesar de todos los intentos, no se detuvo el empuje de los aumentos hasta llegar a este nuevo record.
Recordemos que las medidas de referencia se toman en un pico montañoso en Hawaii, desde fines de la década de 1950 (cuyos valores están en la figura de este artículo), y que se complementan con análisis de aire mucho más antiguo atrapado dentro de bloques de hielo. Las partes por millón es un indicador de la proporción de gases de carbono por millón medido en volumen. Sin duda las emisiones de CO2 son muy importantes, pero debe tenerse presente que otros compuestos de carbono también contribuyen a este fenómeno, como el metano, y que tiene además efectos mucho más intensos para el recalentamiento planetario.
El aporte sustancial se debe a la quema de los hidrocarburos, carbón y otros procesos similares, así como por la tala o quema de vegetación, o por la ampliación de ciertos cultivos. Como puede verse, todas esas fuentes están en las actividades humanas, y se disparó desde la revolución industrial. Los registros pre-industriales estaban por debajo de las 300 ppm, por lo menos en los últimos 400 mil años. Mientras que antes de ese cambio civilizatorio, los aumentos significativos de CO2 tomaban miles años, actualmente se incrementa unas 2 ppm por año, y se estima que alcanzará a los 500 ppm en unas cuatro décadas.
Si esto sigue su marcha, la temperatura del planeta se elevará un promedio de 3 grados Celsius, muy por encima de la meta que los gobiernos se habían comprometido a respetar (establecida en 2 grados). Estamos asomándonos a un cambio ecológico planetario, que todos dicen querer evitar pero que, en realidad, ninguno está dispuesto a asumir los cambios necesarios para sanar a la Tierra.
Más informaciones:
Los indicadores de CO2 se muestran en el Laboratorio de Investigaciones del Sistema Tierra, en: https://www.esrl.noaa.gov/gmd/ccgg/trends/full.html
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