No cuesta nada

Ahora que están las fórmulas en los dos partidos con chance de ganar las elecciones, falta apenas saber lo más importante. ¿Cómo van a hacer para renovar el sistema educativo? ¿Cómo van a desarrollar la investigación científico-tecnológica? ¿Cómo van a generar oportunidades para quienes viven en la pobreza y la marginación? ¿Cómo van a favorecer la oferta de servicios para la región y el mundo? ¿Y la generación de valor en la producción agropecuaria? En suma, ¿cuáles son las propuestas para liberar la potencialidad creadora de los uruguayos y uruguayas y cuáles las vías de la inclusión social para quienes están marginados del desarrollo?

En pocos días, sabremos si postulantes y partidos están a la altura de las circunstancias o si seguiremos contemplando enfrentamientos menores, promovidos para cachar giles o asustar viejas. Mientras tanto, es bueno que los candidatos y sus allegados partidarios vayan teniendo en cuenta que algunas cosas no tienen marcha atrás. Las transformaciones que se procesaron en las últimas décadas y que pusieron al país en consonancia con el mundo son activos que trascienden a los partidos. Aquí van un par de ejemplos de cosas que vemos todos los días.

El país productivo, que multiplicó su Producto Bruto Interno en los últimos cinco años no hubiera existido sin las transformaciones promovidas desde la segunda mitad de la década de los ochenta. Seguir achacándole a los partidos tradicionales lo que estaba mal en el 2005, sin tener en cuenta estos progresos sustanciales, es un recurso argumental falaz y tramposo que el Frente Amplio debería abandonar. Al menos aquellos de sus voceros que todavía lo usan.

En sentido inverso, si el Partido Nacional pretende hacerse cargo del gobierno en un sentido auténticamente transformador no podrá dejar de reconocer algunos avances sustantivos logrados por este gobierno. Quien aspire a gobernar este país a partir del 2010 deberá decir cómo va a hacer para que el Plan Ceibal, la más audaz y revolucionaria iniciativa del gobierno frenteamplista, siga conduciendo a los niños y adolescentes de todo el país, especialmente a los más pobres, por el camino de la alfabetización digital, que es lo mismo que decir de la inclusión social, la libertad y la prosperidad.

Cuando la ministra de Salud dice que el acceso al remedio para la Gripe A va a ser libre y no centralizado por el Estado como en Argentina, está dando cuenta de ciertos aprendizajes en el terreno de las ideas, en buena medida promovidos durante el gobierno de Lacalle. Cuando Lacalle repara en la importancia de mantener los consejos de salarios y enfatiza sobre políticas sociales en un sentido pragmático, se está haciendo eco de una sensibilidad que orientó al Frente Amplio en estos cuatro años y medio que lleva en el poder.

La capacidad de trazar políticas de Estado Incluye la de reconocer los méritos ajenos. Quizás resulte decepcionante para el electorado más bullanguero y militante, pero el resto de los ciudadanos lo celebraremos como un signo de madurez y civilización.