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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Nefasta mayoría absoluta

Esta semana han quedado nuevamente de manifiesto los efectos negativos de la existencia de mayorías parlamentarias absolutas en nuestro país.

17.08.2009 09:32

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2009-08-17T09:32:00-03:00
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Días atrás quedaron en evidencia una serie de irregularidades en la gestión de los servicios de limpieza del Hospital Maciel. La empresa contratada ha sobrefacturado sus servicios de manera grosera y la administración del hospital, en vez de actuar en forma ajustada a derecho y enérgicamente, toleró la situación y aceptó una forma absolutamente irregular de “devolución” de lo obtenido de manera ilícita.

La responsable administrativa del hospital ha sido separada del cargo y continúan las investigaciones, sin descartar otras irregularidades. Por añadidura, el hecho de que la esposa de un senador del partido de gobierno fuera una de las jerarcas de la empresa de limpieza que cometió la irregularidad, agrega la sombra de la corrupción a estos hechos.

Era evidente y totalmente necesario que desde el Parlamento se reclamaran explicaciones. Con independencia de que estemos en campaña electoral y de que exista alguna intencionalidad de esa naturaleza, resultaba bastante obvio que el Parlamento debía convocar a la Ministra del ramo a que brindara sus explicaciones.

Pues bien, la crónica de la interpelación realizada a la Ministra de Salud Pública ha dejado en evidencia el grado de deterioro que el Parlamento sufre cuando existe una mayoría automática en el partido de gobierno. Nada importan los argumentos, los hechos, las responsabilidades, allí están los “yesos” que se levantan prestos para sostener al gobierno aunque se trate de una situación flagrante de mala administración y falta de controles.

No importa que se esté ante los representantes del poder más importante en una democracia, que es el Poder Legislativo, representativo de la voluntad popular y organismo político de máximo control sobre las facultades de la Administración.

La interpelación fue un escenario burdo en el que los cuestionamientos ni siquiera fueron contestados en la soberbia más absoluta de quien sabe que nada va a ocurrir ni nada tiene que explicar, porque su bancada cerrará filas en defensa de lo actuado, con independencia de que lo actuado haya sido rematadamente malo.

La mayoría absoluta alcanzada hace cinco años por el partido de gobierno hace que las interpelaciones, los controles y los cuestionamientos pasen a ser simples trámites de segundo orden que aumentan día a día el deterioro de la imagen del Parlamento nacional.

Así son los efectos de las mayorías absolutas. Por eso es tan importante que los ciudadanos no reiteren mandatos mayoritarios a ninguno de los partidos. El problema que generan las mayorías absolutas para una democracia no está relacionado con qué partido la posea; no es que sea malo que el Frente Amplio tenga mayoría absoluta, es malo que cualquier partido tenga dicha mayoría.

Es imprescindible para el fortalecimiento de la democracia que ninguno de los partidos que hoy disputa la Presidencia alcance esa mayoría. Ni el Frente Amplio, ni el Partido Nacional; ni Mujica ni Lacalle deben contar con mayoría propia en el Parlamento. De esa forma, recuperaremos el poder de contralor sobre las acciones del gobierno; de esa forma fortaleceremos la democracia; de esa forma el Parlamento de la República recuperará sus funciones de control, debate y acuerdos que son las bases fundamentales de una democracia.