Medios confiables

La encuesta sobre confianza en las instituciones públicas realizada por Interconsult debería mover a la reflexión a todos los involucrados. Según la consultora que dirige Juan Carlos Doyenart, la institución que despierta más confianza en los uruguayos es la Justicia, seguida por los informativos de televisión. Aún tratándose de dos instituciones controversiales por naturaleza, jueces y periodistas televisivos han sabido ganarse la confianza del pueblo, seguidos de cerca por parlamentarios y la prensa en general. En el otro extremo se encuentra la burocracia estatal, con un 70 por ciento de votos negativos, seguida a cierta distancia por los empresarios y los sindicalistas. 

El asunto podría verse como el resultado de una campaña de los periodistas destinada a granjearse la simpatía popular a expensas de los sacrificados funcionarios públicos, si no fuera porque este hipotético complot fue desbaratado días atrás por el senador José Mujica. El líder del MPP arremetió contra los trabajadores estatales recordándoles su situación de relativo privilegio durante la crisis del 2002 con respecto a los trabajadores privados.

A los vituperados estatales le siguen en desconfianza colectiva los empresarios y los sindicalistas, estableciendo una suerte de “triángulo de las Bermudas”, una zona en la que ocurren cosas extrañas que el público no alcanza a comprender. Por lo visto, sectores aparentemente antagónicos compartan una percepción de la gente igualmente negativa. La responsabilidad de empresarios y sindicalistas en los malos momentos que padecen los ciudadanos en su vida cotidiana (como los aumento de precios o la interrupción de  servicios esenciales por reclamos gremiales) así como cierta opacidad en la toma de decisiones, pueden ser las causas de este malestar. Por el contrario, la prensa y el Parlamento quizás sean percibidos como ámbitos donde las controversias se resuelven a la luz pública (aunque esto no sea más que una ilusión) o bien como foros donde los problemas son al menos expuestos y debatidos.

Las cifras indican que tanto los informativos de televisión como la prensa en general tienen un saldo neto más favorable que el Poder Legislativo. Los periodistas deberíamos celebrar que la prensa sea una de las instituciones más confiables para los uruguayos, pero con moderación. El respaldo popular no debería enmascarar las dificultades que enfrentan los colegas en la mayoría de los medios como consecuencia de la última crisis económica.

Tampoco deberíamos olvidar que nuestra profesión suele exponernos a batallas cotidianas para llevar a los ciudadanos un menú de noticias debidamente investigadas y balanceadas, fuera de la influencia editorial, las presiones de los centros de poder o las prioridades comerciales de las empresas que nos emplean. No vaya a ser cosa que un día terminemos como la burocracia estatal, sumidos en el descrédito por habernos cobijado en ciertos privilegios o por haber olvidado que nuestro primer compromiso no es con las corporaciones  sino con los ciudadanos y con la verdad.