Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Más y mejor

Más y mejor

26.05.2010

Lectura: 3'

2010-05-26T10:22:24-03:00
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El anuncio de que el Banco República destinará más de US$ 9 millones a sus trabajadores por concepto de incentivo sólo este año volvió a poner a la entidad financiera en boca de todos. Tratándose del BROU, los uruguayos no sabemos si estamos ante un banco como cualquier o ante una de nuestras más preciadas posesiones. Como se nos dijo que forma parte del patrimonio nacional actuamos con la autoridad que nos da ser titulares de la tresmillonésima parte de algo.

¿Incentivo por no faltar? ¿No cobran ya un salario lo suficientemente alto como para que produzcan utilidades en abundancia? ¿Es posible que un portero del República cobre mucho más que una maestra? No se trata de un asunto meramente estatutario. Los uruguayos sentimos que se nos hace partícipe de la propiedad estatal cuando hay que poner dinero pero no cuando llega la hora de repartir las acrecencias. Por eso, muchos compatriotas se preguntan qué hacen tantos cientos de millones de dólares del "banco de todos" depositados en el exterior en lugar de lubricar el desarrollo nacional.

Hace unos días, el presidente de una institución financiera privada me comentaba las extraordinarias ganancias que están teniendo cada día los bancos de plaza. "Ojalá tuviéramos en qué invertir, pero lo cierto es que la gente no quiere dinero". Lo que el ejecutivo constataba es que el país cuenta con más dinero del que puede absorber su sistema productivo. ¿Qué debería hacer el "banco de todos"? ¿Bajar las tasas de interés? ¿Financiar el plan de viviendas? ¿Fondearlo en Nueva York? ¿Incentivar la productividad de sus trabajadores? ¿Comprar cajeros automáticos, de modo de evitar que los que hacen depósitos sean los únicos giles que están obligados a pasar por caja si no son clientes del banco? La diferencia está en que, mientras los demás bancos disponen sus políticas financieras y de personal de manera reservada y buscando la mayor eficiencia, las decisiones que adopta el República se convierten en un asunto político y de conversación masiva, en las ruedas de café, las tertulias mediáticas y las sobremesas del hogar.


Los incentivos por presentismo y productividad se aplican desde hace décadas y se basan en el principio de que la gente produce más si siente que en algo se beneficia. No es un mal principio si tenemos en cuenta que el patrón siempre se enriquece más que sus trabajadores. Es cierto que el Estado uruguayo ha demostrado con sus bancarios una extraordinaria generosidad, pero no lo es menos que la política de incentivos busca terminar con la "tabula rasa" según la cual todos cobran el mismo aumento, ya sea que dejen el alma en la oficina o que vegeten sin piedad.

Más allá de ese punto difuso en el que todos actuamos como si fuéramos accionistas del República, conviene pensar en el futuro y soñar con que esta oportunidad de mayor enriquecimiento con que cuentan los funcionarios del BROU, es apenas el comienzo de una nueva era en la política de recursos humanos del Estado.