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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Más allá de la leche

El presidente de Brasil comunicó a nuestro presidente que se solucionará la insólita e ilegal medida unilateral tomada por el gobierno de ese país impidiendo el ingreso de leche al vecino país. Una medida que, además, estuvo fundada en una acusación disparatada y absolutamente falsa que se buscó como excusa para evitar el ingreso de nuestra leche a Brasil.

14.10.2017 13:45

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2017-10-14T13:45:00-03:00
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Se acusó de que Uruguay triangulaba leche de Argentina, cuando es obvio que Uruguay no es importador de leche sino que se trata de un importante exportador de leche de excelente calidad. Sin duda, esta medida fue impulsada a raíz de la presión de productores brasileros que reclaman porque la leche uruguaya es preferida y ocupa espacio en el consumo de los ciudadanos brasileros.

Una medida que, además, es violatoria de las normas que rigen al MERCOSUR. Ahora se resolvió por la intervención del presidente brasilero, pero la solución no debe distraernos del problema de fondo.

En línea con las reflexiones de Nicolás Albertoni en una reciente columna publicada en El Observador que compartimos completamente, el gran asunto es que Uruguay sigue sin avanzar en una política efectiva y contundente de apertura comercial. Nuestra situación está muy lejos de ser favorable, al contrario, nuestro país no avanza en la firma de acuerdos de libre comercio y nuestro acceso a mercados carece de las facilidades y ventajas que surgen de acuerdos bi o multilaterales de libre comercio.

Por el contrario, quedamos a merced de los caprichos de socios que actúan, cada dos por tres, de manera imprevisible acentuando nuestra situación de encierro comercial.

Nuestro país debería estar avanzando sustancialmente en su incorporación a la Alianza del Pacífico, avanzar en nuevos acuerdos con México, ratificar el nuevo acuerdo de libre comercio con Chile y abrir oportunidades con otros países y regiones. Esta es la línea estratégica correcta y urgente que nuestro país debe desarrollar.

La paradoja es que todos estos lineamientos son los que la Cancillería en este período de gobierno ha definido con claridad en sus discursos, o sea que compartimos plenamente la orientación que ha querido impulsar el Ministerio de Relaciones Exteriores. Entonces la pregunta que surge inmediatamente es ¿por qué no avanzamos en esa dirección?

La respuesta es muy obvia, aunque sea paradójica, la mayoría de la bancada del Frente Amplio ha bloqueado todas y cada una de las iniciativas de su propio gobierno porque rechaza la estrategia de apertura al mundo.

En la mayoría del Frente Amplio predomina una concepción ideologizada y anacrónica que equipara una política de apertura comercial con neoliberalismo. Así triunfaron en retirar a Uruguay de las negociaciones en el marco del TISA, así cuestionan cualquier iniciativa de acuerdos de libre comercio y llegan al papelón de que el presidente uruguayo no sepa que responder cuando el gobierno de Chile pregunta por la ausencia de avance de la ratificación parlamentaria del Tratado de Libre Comercio firmado hace un año con ese país.

Efectivamente, el TLC de última generación firmado entre ambos gobiernos hace un año no avanza en el Parlamento uruguayo porque la bancada del gobierno impide su ratificación. Hemos intentado, como Presidente de la Comisión de Asuntos Internacionales del Senado, una y otra vez que se vote para avanzar en su ratificación y, sin embargo, es la bancada oficialista la que impide este avance.

Hasta este punto llegan las contradicciones internas del partido de gobierno que paralizan las políticas que hay que impulsar.

Mientras tanto, cada vez que en el MERCOSUR se generen decisiones arbitrarias que afectan nuestro comercio, cundirá el pánico porque no se avanza en cauces estratégicos alternativos que son muy obvios.

Ahora la leche se volverá a vender en Brasil y todos suspiramos aliviados, hasta que otra vez la concepción arbitraria de nuestros vecinos determine nuevas limitaciones.

Entonces nuestra producción e, indirectamente las fuentes de trabajo, corren riesgo. Y las concepciones ideológicas dominantes que miran al mundo con lentes de hace más de cincuenta años, son responsables de los riesgos que cuestionan el crecimiento y el bienestar de nuestro país. Estas son las cosas que los uruguayos tendrán que tener en cuenta a la hora de elegir a sus gobernantes.