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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Los números empiezan a cantar

Hace unos días el Ministro Danilo Astori en respuesta a las críticas que se hacían sobre el impacto negativo que tendría la reforma tributaria sobre el poder adquisitivo de los uruguayos, respondió con vehemencia que la reforma tributaria iba a significar una mejora en las condiciones de vida de los uruguayos y que uno de los puntos que iban a impactar positivamente sería la rebaja de las tarifas públicas.

14.05.2007 00:00

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2007-05-14T00:00:00-03:00
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Es más, anunció que estas rebajas se adelantarían al mes de junio, por lo que rápidamente tendríamos la posibilidad de acceder a los mencionados beneficios.

Se trataba, por tanto, de la primera constatación empírica que se presentaría a los efectos de zanjar la discusión entre quienes impulsan y defienden la reforma tributaria y quienes la hemos criticado por sus efectos negativos sobre la economía de la gente.

Pues bien, a fines de la semana pasada conocimos los anuncios que el propio Ministro de Economía hizo públicos, mencionando las rebajas y señalando que esto era un esfuerzo importante que hacía el Estado para mejorar la calidad de vida de la gente.

Veamos de qué estamos hablando. Las tarifas de la energía eléctrica se reducirán en un 2%, y las tarifas del agua potable en un 3,4% a partir del 1º de junio de este año. En el caso de ANTEL sólo se rebajarán los valores de las llamadas de larga distancia. Por lo tanto, los grandes anuncios se convirtieron en rebajas irrisorias que no tendrán efecto sobre el poder adquisitivo de los uruguayos.

En el caso de UTE, una familia de bajos ingresos que trata de gastar el mínimo de energía eléctrica está pagando mensualmente una tarifa de alrededor de $ 800; con la reducción anunciada se ahorrará $ 16 por mes, a su vez en agua potable podrá gastar alrededor de $300 con lo que la suma ahorrada será promedialmente de $10 por mes. Por lo tanto, los grandes anuncios del Ministro de Economía sobre los importantes efectos positivos de la rebaja de tarifas en las familias de menores ingresos serán de alrededor de $25 por mes.

Veamos qué ocurre en las familias de sectores medios; estos sectores podrán gastar en energía eléctrica alrededor de $3.000 por mes, por lo que su cuenta a partir del 1º de junio se verá reducida en $ 60, mientras que a la OSE pagarán alrededor de $19 menos por mes. Pero, como a partir del 1º de julio el agua potable estará gravada por IVA a tasa mínima (10%), la mencionada rebaja se esfumará para convertirse en un incremento de la tarifa bastante superior a la rebaja anunciada.

La sola expresión de las cifras nos exime de otros comentarios. Las rebajas son tan mínimas que haberlas utilizado como argumento para defenderse de las críticas a la reforma tributaria resulta absurdo y ridículo. Las empresas públicas verán reducidos sus aportes patronales como efecto de la aplicación de la reforma tributaria, pero la traslación de esta modificación a las tarifas públicas quedó reducida a la magra suma de 2 o 3%.

Por lo tanto, el tan anunciado impacto positivo sobre las tarifas públicas resultó ser un engaño que no va a generar ningún efecto en las economías de nuestras familias que, ahora sí se enfrentarán al "golpazo" tributario del próximo semestre. Resulta insólito que el gobierno pretenda defender su política anunciando rebajas que, luego, resultan imperceptibles para la vida cotidiana de los hogares uruguayos.

Varias veces hemos dicho que la ventaja de esta discusión, sobre otras que se producen en la vida política, es que esta se zanjaría a través de lo que concreta y efectivamente quede en los bolsillos de la gente. En efecto, podemos dedicar horas y horas a la discusión sobre los efectos positivos o negativos de la reforma tributaria, sin embargo la hora de la verdad llega cuando todos los argumentos ceden ante las sumas concretas que hay que pagar o que hay que aportar. En ese momento se pasará raya y quedará plasmada la realidad sobre los efectos de esta reforma.

Parece evidente que los que hemos sostenido con énfasis que esta reforma va a ser muy negativa para la vida cotidiana de los sectores medios, tenemos la primera demostración empírica que confirma nuestro pronóstico negativo. En efecto, la tan reivindicada mejora de ingresos por la vía de la reducción de las tarifas públicas ha quedado reducida a un monto que no llega ni cerca de $100 miserables pesos mensuales para una familia de clase media. Ni siquiera obtendrán un beneficio los más pobres, quienes apenas obtendrán alrededor de $25 por mes.

Los números han empezado a cantar la realidad "verdadera" más allá de discursos y anuncios rimbombantes; y lo que esos números dicen no hacen otra cosa que dar la razón a los que hemos sostenido que desde el 1º de julio en adelante las cosas irán peor para una buena parte de las familias uruguayas.