Contenido creado por Gerardo Carrasco
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Los grandes comentaristas

Los grandes comentaristas

No había terminado el VI Congreso del Frente Amplio, recién se habían pronunciado las comisiones, faltaba nada menos que la discusión y la votación en el Plenario y ya los principales dirigentes blancos y colorados salieron a comentar y obviamente a criticar el tema impositivo. Qué pobreza.

26.11.2013

Lectura: 9'

2013-11-26T10:38:00-03:00
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Se reservan cada día más el papel de comentar lo que hace la izquierda. Y conste que las filmaciones de los actos de Larrañaga, de Lacalle Pou, de Bordaberry y Amorín Batlle las realizan y las editan sus propios equipos de campaña y no los canales, por lo tanto la elección de esos temas fue de los propios involucrados. Comentaron porque consideraron que ese era el tema del día...o de la noche.

Y ese será el tono dominante de esta campaña, comentar y atacar al FA. Esperen y vean.

Este episodio confirma que, además de ser inconveniente para el país, para el actual gobierno y su política económica y social, la catarata de impuestos aprobada en comisión del congreso del FA e impulsada por el Grupo de los 8 como parte de la "profundización del cambio del modelo económico" era veneno puro para el propio Frente Amplio. Y es esa doble condición fue la que determinó la actitud del Frente Liber Seregni de llegar hasta el extremo de retirarse de la comisión correspondiente. Un gesto grave y meditado a fondo.

Y no es fácil para un frenteamplista retirarse de un órgano del FA, es muy doloroso y complicado.

Jugó también un tercer elemento: la aplanadora. Si se acepta en el FA que funcione la aplanadora para temas de fondo donde debe existir - como parte de toda la historia del FA -, la negociación y la búsqueda de consensos, se están dinamitando las bases de la unidad y del propio FA. Las dinamitan los que usan la aplanadora y los que aceptan que les pase por encima.

Por eso el retiro de la delegación del FLS fue noticia en todos los diarios. Se estaba llegando al borde. ¿Al borde de qué? Al borde de poner en riesgo la marcha del país, con impuestos que contradicen acuerdos internacionales, contratos y toda la estrategia de promoción de inversiones. ¿Por qué no decirlo, alto y claro? Yo lo pienso así y lo digo, no jugueteo con esos temas, tienen que ver con el empleo, con los niveles de crecimiento, con los recursos disponibles para las políticas sociales, con los salarios y con la marcha del país. Y estoy totalmente en contra del "modelo" que proponían porque entre otras cosas tiene mucho parecido con el "modelo" que está fracasando estrepitosamente en Argentina. Un parecido pasmoso.

Y si hay interés, nos ponemos a hacer el detalle de las similitudes entre los "modelos" y sus consecuencias. Y si los promotores de ese cambio de "modelo" consideran que Argentina es efectivamente una referencia, que lo digan claramente y lo discutimos. Nada debería estar excluido del debate.

Al borde del rodillo aplanador, que no tiene nada que ver con el FA y su génesis y su ADN. De un rodillo que en su construcción y funcionamiento coincidieron dos componentes diferentes: el grupo de los 8, pero agravado y multiplicado por un conjunto de delegados de base que actuaron por afuera totalmente de sus propios partidos y grupos. Era notorio y se reflejó en las votaciones.

Eso podría ser bueno, si efectivamente correspondiera a una tendencia en los comités de base de participación de independientes, pero no tiene nada que ver con eso, es la rebelión de las bases de esos partidos contra sus direcciones. Nunca se dio que militantes de un partido, delegados al congreso del FA criticaran a la dirección de su partido en forma pública y trasladaran al congreso del FA los líos internos de un partido.

Al borde porque si uno lee los mensajes intercambiados posteriormente entre muchos participantes en el Congreso, el sistema de debate deja muchas heridas, muchos compañeros discutiendo en desigualdad de condiciones, gente que sabe, que estudió los temas, que conoce a fondo de lo que se discutía metido en una gigantesca olla a presión analizando los temas más diversos. Creo que incluso eso merece un análisis crítico y partiendo de la base de la mejor buena intención de los compañeros y compañeras para encauzar el debate. La realidad se sale de madre muchas veces y exaspera a mucha gente.

Los problemas internos de los partidos y los diversos malhumores se trasladan al Congreso por muchas razones, pero sobre todo por el resecamiento de la estructura del FA que nos debería preocupar a todos. Se pueden aprobar ciertas cosas, o poner en discusión otras en contra de la opinión abrumadoramente mayoritaria del pueblo frenteamplista, porque la estructura, y el Congreso es la peor expresión de esa estructura, se aleja cada día más de las opiniones de la mayoría. Estamos presos de un estatuto y de una estructura que como sucede en todo el planeta se protege a si misma, aunque cada día sea menor y menos representativa. ¿Cuántos participaron en los debates previos al Congreso? ¿El 0,5% de los votantes? ¿Cuántos?

¿Y la proporción entre los partidos y grupos y entre los votantes del FA es del 67,2% que apoyan a Tabaré Vázquez y el 23,5% para Constanza Moreira? Esa proporción no aparece ni de cerca en ninguna encuesta, ni tiene nada que ver con el apoyo a Vázquez de casi todos los grupos del FA.

Debemos asumir que hay un grupo de frenteamplistas enojados, descontentos, incluso hubo 10% que no votaron a nadie. Y es justo que tengan un espacio para manifestarse, pero lo que no es admisible que un Congreso tenga un divorcio tan profundo con la opinión del pueblo frenteamplista, o entre los que participaron en las elecciones internas de hace un año para elegir a la presidenta del FA y a los delegados al plenario, eso es cada día más peligroso. Estuvimos al borde de darle la espalda a ese pueblo frenteamplista, al punto que solo por el 1% se alcanzaron los votos necesarios para proclamar a Vázquez como el candidato del FA. Hacía falta el 66% de los votos y tuvimos el 67%. ¿Qué hubiera sucedido si no lográbamos los 2/3? Lo dejo a la imaginación de los lectores, la fiesta que se hubiera hecho la oposición.

Y ese resultado, por el 1% más o menos, no tiene absolutamente nada que ver con la realidad política de nuestra sociedad, de nuestros votantes, del pueblo frenteamplista. Da la impresión y no solo la impresión que los comités de base donde hay mucha gente comprometida y trabajadora, se han transformado en muchos casos en el reservorio de las broncas y los micro climas contrarios al gobierno de izquierda y a sus partidos. Incluso del grupo de los 8. Y en el Congreso esa realidad fue más que evidente. ¿Hasta cuándo podremos seguir con Congresos que se degradan cada vez más en esa representación? ¿Queremos cambiar la Constitución de la República y no podemos cambiar los estatutos del FA?

Mejor hacer las cosas conscientemente y planificadamente que por implosión.

Primó la cordura y el frenteamplismo entre las principales fuerzas del FA. Se cruzó el Rubicón en las comisiones, en varias, incluso en una se votó en contra el puerto de aguas profundas, pero sobre todo en la de la política económica, donde se llegó a proponer y aprobar un documento elaborado y presentado por 15 comités que substituía todo el acuerdo de base del documento de consenso de la Comisión de Programa y el Plenario Nacional del FA y que era una verdadero disparatario, los principales grupos y dirigentes decidieron negociar en serio. Y eso fue lo que se hizo, nadie quedó satisfecho del todo, pero se evitaron desastres.

No voy a ser un hipócrita, no en todos los discursos hubo generosidad y compañerismo, ni gestos acordes al espíritu de unidad. Hay quien confunde debate ideológico y también programático y político valioso y comprensible, con pequeñas zancadillas. Y las seguiremos viendo.

Al final se cambió el sentido de una catarata de nuevos impuestos totalmente inconvenientes e inoportunos, de porcentajes taxativos para la educación, cuando lo que hay que discutir además son los resultados, los contenidos, y se evitó que se aprobara la no devolución a los contribuyentes de los descuentos por el FONASA. Y con mayorías diferentes en cada caso.

No solo era equivocada esa catarata impositiva porque era y es una visión de otro "modelo" que está fracasando muy cerca nuestro, sino porque si una cosa está clara es que de impuesto en impuesto no se llega ni al socialismo ni hay un giro a la izquierda. Eso ni siquiera es un atajo, es un barranco, profundo y oscuro.

Triunfó el sentido de realidad y el frenteamplismo, por aquel viejo dicho que el peligro aviva al mamado. Y estábamos al borde del precipicio y embriagados hasta las patas. Fue un triunfo del país, del FA y de todos los que quieren que este gobierno siga trabajando y avanzando y que existe la posibilidad de OTRO gobierno progresista y de izquierda. Y esa maternidad y paternidad no es de nadie. Con todo el significado de la palabra OTRO.

Pero...tampoco hay que ser ni angelicales ni diabólicos para saber que hay por delante una batalla sobre los "énfasis" y es el 1 de junio del año que viene. Mucho tiene que ver con el resultado de las elecciones internas. En los votos que obtenga el candidato presidencial, el respaldo a Tabaré Vázquez, en la relación de fuerzas entre los diversos grupos y partidos. Si algo fue claro y valioso este Congreso es que los votantes podrán elegir opciones dentro del FA con todos los elementos a la vista.

En eso fue sin duda un gran aporte, la claridad en política es siempre positiva. Todos sabemos que proponemos, que pensamos y hacia dónde vamos y sobre todo hacia donde queremos que vaya el país, con una orientación común y énfasis diferentes.