Contenido creado por Seguridad_Administrador
Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Lo que queda en evidencia

Finalmente, en el filo de los plazos y cuando la situación se hacía evidentemente insostenible, la Intendenta de Montevideo resolvió solicitar al gobierno nacional la declaración de esencialidad de los servicios de limpieza y recolección de residuos.

15.12.2010 11:14

Lectura: 4'

2010-12-15T11:14:00-03:00
Compartir en

Demoró demasiado, esperó más allá del límite, pero cuando la situación estaba prácticamente desbordada, emergió el gesto de autoridad.

Si no ejercía la autoridad debía dar un paso al costado, así de grave y extrema era la situación generada en la capital del país. Porque gobernar es fundamentalmente encargarse del interés general y evitar que los corporativismos particularistas se apropien de los bienes colectivos para su provecho. Gobernar es demostrar que se está dispuesto a defender el interés de los ciudadanos haciendo respetar las decisiones públicas.

Por cierto, la dificultad no era menor por diversas razones. En primer lugar, porque el actor sindical es un colectivo dirigido e integrado, en su mayoría, por militantes pertenecientes al propio partido de gobierno, incluso no pocos pertenecientes al mismo sector de la Intendenta.

En segundo lugar, porque existe una larga historia de concesiones excesivas de parte de los sucesivos gobiernos frenteamplistas hacia los trabajadores municipales que han determinado una alteración de la lógica de relacionamiento que debe caracterizar a una autoridad con respecto a los trabajadores. Para decirlo más claro, en muchos montevideanos se estaba haciendo realidad la percepción de que ADEOM tiene más poder que las autoridades municipales.

Era imprescindible la señal de "mandar parar" y terminar con una inercia anárquica muy grave que dejaba la sensación de catástrofe urbana por la mera voluntad de los trabajadores municipales.
Como si fuera poco, el caos y el riesgo sanitario era (o es aun) tan grande que la única solución posible fue apelar a los militares para que asumieran la tarea de limpieza y recuperación de enormes zonas de la ciudad.

Es una impresionante paradoja que el gobierno del Frente Amplio, presidido por un ex guerrillero, deba recurrir a las Fuerzas Armadas para resolver un conflicto con un "sindicato compañero". Fuerzas Armadas que acababan de sufrir un fuerte impacto negativo como consecuencia de una propuesta presupuestal mala, insuficiente y que ha afectado a importantes sectores de esta institución.

Pero esta situación habla muy bien del Presidente de la República que asume con pragmatismo y energía el cumplimiento de sus funciones encomendando sin pruritos a las Fuerzas Armadas la tarea. Incluso se lo vio acompañando las tareas de los militares el pasado fin de semana.
El episodio también habla muy bien de las Fuerzas Armadas que cumplieron a cabalidad y con puntualidad la tarea encomendada, a pesar de no formar parte de sus cometidos propios.

Sin embargo, hay que decir además que este episodio vuelve a agregar una nueva sombra sobre el accionar del sindicato y sobre la gestión de la Intendencia de Montevideo, por cuanto la magnitud de la "catástrofe de la basura" era tal que dejó en evidencia que la acumulación producida no era el simple resultado de estos últimos tiempos de paros, sino que era el efecto de un largo y duradero proceso de deterioro estructural de la higiene de la ciudad.

La cantidad de basurales, su extensión y su antigüedad demostraron que la función de higiene y limpieza por parte del gobierno departamental de Montevideo, hace ya mucho tiempo que es sustancialmente deficitaria. Los trabajadores municipales montevideanos, que son indudablemente de los trabajadores mejores pagos del país, no cumplen eficazmente con su función, ni siquiera cuando no están en situación de conflicto.

Uno podría llegar a concluir que esta declaración de esencialidad ha servido a la Intendencia y a ADEOM para que otros les pusieran al día una situación deficitaria de larga data.

Las Fuerzas Armadas volverán a sus funciones habituales, la Intendencia y ADEOM llegarán a un acuerdo (que esperamos no sea nuevamente concesivo de parte del gobierno municipal); pero algo muy de fondo seguirá andando mal en la comuna capitalina. El desgaste, la falta de reflejos y la incapacidad de una administración caduca y timorata, es una evidencia que rompe los ojos.