Contenido creado por Gerardo Carrasco
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Las llaves a Cristina Kirchner

Las llaves a Cristina Kirchner

Este simple gesto diplomático de entregarle las llaves de la capital a los mandatarios que nos visitan, en un país con una actitud abierta y pluralista como Uruguay, desató la furia comedida de algunos opositores. Digo comedida, porque en realidad es una simple campañita para aparecer, para decir algo, ante la pobreza de un debate político que no logran que despegue ni con un cohete de la NASA.

27.08.2013

Lectura: 4'

2013-08-27T11:03:00-03:00
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Es parte de un concurso para ver quién se aproxima más al zócalo en la discusión política.

Nadie podrá acusarme de tener la mínima simpatía por el gobierno kirchnerista y mi posición la demuestro escribiendo aquí y en Argentina, por lo tanto no me duelen prendas. Lo que me duele es el enanismo de ciertos sectores de la oposición. Dan lástima. Da lástima su falta de sentido del Estado.

Es de estilo, entregar a los mandatarios que nos visitan las llaves de la capital y todos sabemos que los gestos en diplomacia tienen mucha importancia. ¿Ustedes imaginan lo que serían negarse a ese gesto, qué valor nefasto tendría para la imagen del país y nuestras tradiciones? Y también en ese caso algún opositor pondría el grito en el cielo, o en el barro. Y tendría razón, o hubiera tenido razón si alguna vez una intendencia progresista de Montevideo, se hubiera negado a entregar la llave a un presidente, durante los gobiernos blancos o colorados o mixtos, por razones ideológicas.

Considero que las relaciones entre nuestro país y la Argentina bajo el gobierno Kirchner han sido malas, y hacer la lista de las fricciones sería interminable, incluyendo los temas pendientes en materia de navegabilidad, de proyectos logísticos frenados en el litoral oeste y varios asuntos más. Pero tampoco hay que que ser obtuso, debemos balancear los hechos y analizar otros temas en los que logramos espacios adecuados en nuestras relaciones.

¿Hay que agregarle factores de irritación a los problemas que ya tenemos? Es elemental, básico, debemos movernos con inteligencia y no llevar nuestras relaciones internacionales al nivel de una campaña electoral municipal adelantada. Es miserable.

Estas cosas se dicen cuando se está a kilómetros de toda responsabilidad nacional e incluso municipal. Es gratis.

Gestos como los propuestos por algún desesperado sector de la oposición, de negarse a entregar la llave de la ciudad, son una demostración de impotencia, son el viejo complejo del enano llorón, que tanto daño le hizo a nuestro país. Una cosa es ser chico y otra ser minúsculo.

Cualquier encuesta de opinión pública en Uruguay da y seguirá dando una posición de amplio rechazo hacia el gobierno argentino. Es comprensible. Pero precisamente por eso no debemos confundir un país como Argentina con el que tenemos profundos lazos históricos, llenos de amistad y de contradicciones, un Estado, con una persona o un gobierno circunstancial.

Además se trata de un gobierno elegido por los argentinos de manera democrática, sin ninguna observación y al que precisamente para diferenciarnos le debemos respeto y claridad en nuestras actitudes. Ser firmes, no quiere decir ser brutos. Son cosas distintas.

Lo decimos ahora, y lo dijimos cuando se cometieron algunos errores a nivel del gobierno, tanto en alimentar ciertas ilusiones, como en reacciones destempladas. La coherencia es siempre una virtud. Y entregando la llave de la ciudad a la presidenta de Argentina, estamos siendo coherentes y diplomáticos.

En cuanto a ciertos tweets en tono gracioso sobre cambiar la cerradura o entregar una ganzúa, todos surgidos del ingenio de sectores blancos, les recomendamos que no escupan para arriba, la ley de Newton vale para todos...

Lo lamentable es que gente inteligente, seria, políticos con trayectoria y credenciales por desesperación electorera de la peor estirpe, no recuerden aquella terrible sentencia de que del único lugar del que no se retorna, es del ridículo.

Estas actitudes me recuerdan una frase de Marx, de Groucho Marx cuando decía "estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros". Sobre todo si algún día regresan al gobierno.