Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Navegaciones

La plata no es todo

La plata no es todo

05.07.2011

Lectura: 4'

2011-07-05T14:24:05-03:00
Compartir en

 

Ya está en el Parlamento el proyecto de Ley de Rendición de Cuentas, en tiempo y forma. Ahora vendrá el debate en ambas Cámaras. El proyecto tiene nuevamente un aumento privilegiado para la educación y otros recursos que no modifican el concepto de un manejo austero y controlado del gasto público.

El país sigue creciendo a un ritmo muy importante, que puede situarse para este año entre el 6% y el 7,5%, seguramente a fin de año superaremos los 12 mil dólares de producto bruto interno (PBI) por habitante. Ocuparemos el primer o segundo lugar en América Latina.

Los recursos que le destinamos todos los uruguayos con nuestro trabajo, producción y nuestros impuestos a la educación, la salud, la seguridad, la vivienda, la construcción de infraestructura, la inversión social y en general, al funcionamiento del Estado, es importante. Incluyo al aporte nacional a las Intendencias. Es bueno recordarlo para algunos desmemoriados.

No voy hablar de ese crecimiento de la inversión social que sigue siendo la parte más importante del presupuesto y de la estrategia del gobierno, quiero concentrarme en la calidad del gasto público, de los resultados que debemos y podemos esperar de esa inversión.

Está claro que con los sueldos miserables que tenían los maestros y profesores, los policías, los médicos de Salud Pública y muchos otros funcionarios no sólo ellos no podía ni vivir, sino que nosotros podíamos pretender nada. Esto también lo agrego para que no nos olvidemos cómo estábamos al inicio del gobierno de Vázquez. Esas prioridades, el Plan de Emergencia o el Plan Ceibal y otras iniciativas fueron una política, un rumbo. Y ese rumbo en lo fundamental sigue adelante en este gobierno.

Inversión más inversión no es suma, debería ser una acumulación de elementos para el desarrollo nacional, su crecimiento productivo y social.

¿Cuál es la prioridad actual? Obviamente según mi opinión. Es la calidad del gasto, son los resultados concretos, es el impacto que en la vida concreta de la gente deben tener esas inversiones. Aumentar la plata invertida, no resuelve todo. Al contrario, en algunos casos expone la gravedad de algunas carencias de gestión y los resultados de otras.

Empecemos por lo bueno, que lo hay. Siguen las inversiones en infraestructura energética, mucho más y mejores que antes, por el cambio en la matriz y por la combinación del sector público y privado, en telecomunicaciones por la capacidad de competir y superar a las más aguerridas y potentes empresas privadas de la región; a nivel bancario porque el BROU es una potencia no en cifras sino en resultados, en ganancias, como factor de inversión productiva  luego de ser la nave insignia del capitalismo parasitario más despiadado de nuestra historia; el Banco Hipotecario, otra nave insignia pero del despilfarro y algunas cosita más..., vuelve a ocupar un lugar fundamental en la realidad habitacional y del crédito a la vivienda y gana plata; en el Plan Ceibal que sigue a toda marcha; en la construcción de nuevas cárceles que no son sólo para humanizar el sistema - porque todos tienen derechos humanos - sino porque lo otro es la seguridad del funcionamiento de universidades del crimen. Y podríamos seguir.

Por ejemplo, con muchos sectores y ministerios que tienen planes, resultados, estrategias sectoriales y generales y se notan y se perciben.

Pero también tenemos de lo otro, y en sectores muy, pero muy sensibles. En educación, a juzgar por los resultados actuales y las tendencias no estamos conformes, falta mucho y faltan cambios en serio; en políticas sociales estamos empantanados, corremos detrás de ciertas emergencias; en la salud y sobre todo en ASSE hay una abrumadora mayoría y seguimos haciendo enormes esfuerzos incorporando más de cien mil nuevos usuarios al sistema; en vivienda venimos lentos.

Algunos pueden creer que algunas señales muy claras que vienen desde la opinión pública son sólo el resultado de los debates desprolijos en la interna, del manejo un poco alegre de los trascendidos de prensa de la familia “fuentes”, de la sucesión de pequeñas tensiones, pero todo eso se supera fácilmente si hay obra, si hay acciones, si hay mejoras, si hay cambios, si hay impacto donde importa: en la gente.

Ya hemos superado el síndrome de la crisis, los uruguayos ya no nos preguntamos si somos un país viable, no andamos arrastrando los pies por el país o en el exterior, por eso mismo pedimos más y mejor, en todo.

Y la calidad del gasto, la gestión, es parte fundamental de la realidad y la imagen de un gobierno.