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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

La juventud, asignatura pendiente

Hace largos años que la problemática de los jóvenes en nuestro país no es un tema central de la agenda. Las políticas de juventud brillan por su ausencia y después de un tímido esfuerzo sobre fines de los ochenta y principios de los noventa por impulsar iniciativas específicas para este grupo social, la preocupación por los jóvenes ha quedado totalmente fuera de cartel.

03.11.2008 09:40

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2008-11-03T09:40:00-03:00
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Los jóvenes son la gran mayoría de los emigrantes, aun hoy con un país en fase de crecimiento económico siguen yéndose más de veinte mil personas por año. Los jóvenes presentan una tasa de desocupación tres veces más alta que la tasa general de desocupados, en efecto mientras que la desocupación se ubica en el entorno del siete u ocho por ciento, entre los jóvenes supera el veinte por ciento. Son también, los jóvenes y adolescentes tres o cuatro veces más pobres que el conjunto de la población.

Entre las personas de 15 a 17 años que pertenecen a hogares pobres el 20% de ellos no estudian ni trabajan, es decir que no hacen nada; y estos guarismos horrendos son los más altos de toda América Latina, con excepción de Honduras.

La situación de la enseñanza media en nuestro país es un verdadero descalabro, expulsando adolescentes y jóvenes de nuestros liceos que aumentan las tasas de deserción y repetición año a año.

Desde el punto de vista cultural los jóvenes están cada vez más asociados en los discursos y análisis, con la droga y la delincuencia, a pesar de que es un pequeño porcentaje de ellos el que está realmente vinculado a estas problemáticas. Pese a ello son estigmatizados y sospechados siempre, aun sin que hayan hecho nada.

No hablemos del INJU porque sencillamente no existe, Nunca como en este período el organismo que institucionalmente tiene a su cargo la definición y ejecución de las políticas dirigidas a los jóvenes, tuvo tan poco relieve y significación. El INJU es una oficina perdida, sin iniciativa ni capacidad de propuesta que vegeta rutinariamente sin ningún tipo de vigor e ideas.

Parece mentira pero la marginalidad de la problemática juvenil nunca ha sido tan aguda como durante este gobierno que se define de izquierda. Es realmente paradójico que la llegada al gobierno de la izquierda esté acompañada de la ausencia más absoluta de ideas para atender y promover la situación de los jóvenes.

De los viejos partidos históricos poco se podía esperar. Sus caducas estructuras y su forma de funcionar, no eran capaces de convocar con fuerza una reivindicación del espacio juvenil. Pues la izquierda frenteamplista se ha mostrado mucho más vieja aun.

En realidad basta observar el elenco político del partido de gobierno para registrar que este está preso de una gerontocracia anquilosada en el poder, que no da espacio ni posibilidades de renovación.

Las políticas de juventud son, en nuestro país, una asignatura pendiente. No se trata simplemente de listar un conjunto de propuestas dirigidas a los jóvenes. Se trata fundamentalmente de construir una propuesta política de futuro que se elabore desde una perspectiva joven.

No se trata de llenar el capítulo programático dirigido a la juventud. Tenemos que cambiar sustancialmente la cultura de nuestra sociedad para que el espacio de los jóvenes crezca y permita que los jóvenes crean que vale la pena vivir y quedarse en esta tierra. De eso se trata, de construir una propuesta de futuro con mirada y enfoque juvenil. En eso estamos los independientes.