Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Khawuleza, Sudáfrica

Khawuleza, Sudáfrica

18.06.2010

Lectura: 3'

2010-06-18T11:53:12-03:00
Compartir en

La disputa del Mundial de fútbol en Sudáfrica ha sido una ocasión propicia para recordar algunas de las voces más emblemáticas de ese sufrido y riquísimo país. Entre otras la de Nelson Mandela, un héroe de la libertad y la integración racial, y la de Miriam Makeba, cantante extraordinaria y luchadora incansable.

El oprobio del apartheid, que condenó a la miseria y la represión a millones de sudafricanos negros y aisló al país durante décadas, es una losa que pesa sobre su presente y su futuro. Quince años después de abolido el régimen supremacista, Sudáfrica presenta la peor distribución de la riqueza del mundo junto a Namibia, a pesar de que el ingreso per cápita de los sudafricanos está en la media mundial. La desigualdad en el acceso a la riqueza ha empeorado, incluso, con relación a la que se vivía durante el apartheid.

A quince años de las primeras elecciones democráticas, que ganara Mandela y su Congreso Nacional Africano, los blancos tienen todavía un ingreso promedio cinco veces superior al de los negros, y casi diez si se compara sus ingresos con los de las mujeres negras, en un país donde el 60 por ciento de la población vive en la pobreza. Las consecuencias de la segregación racial, que privó a la mayoría negra del acceso a las universidades, las tierras fértiles y los insumos básicos para ganarse la vida dignamente, siguen a la vista.

Aunque Mandela no está en el gobierno desde hace dos períodos, la imagen del anciano líder es a la vez un símbolo de resistencia y esperanza de todos los que luchan por la libertad y el respeto a su identidad cultural, racial o de cualquier tipo.

La otra voz que debió estar en la ceremonia inaugural es la de Miriam Makeba, una artista que conquistó el corazón del mundo con su extraordinario talento para el canto y su prédica constante desde el exilio contra el régimen racista de Sudáfrica. La cantante ganó fama mundial con su "Pata Pata", una canción que hizo bailar a todo el planeta a mediados de los sesenta, pero su repertorio incluía canciones nacidas de la cultura popular, de los ritmos y sonidos de la Sudáfrica negra.

Makeba murió en noviembre de 2008, tras participar de un concierto contra el racismo y en solidaridad con el escritor Roberto Saviano, en la localidad de Castel Volturno, un enclave de la camorra napolitana donde dos meses antes habían sido asesinados seis inmigrantes africanos.

"Khawuleza" es una de sus canciones más sencillas y emocionantes. "Khawuleza mama" ("de prisa, mamá") era el mantra con el que los niños sudafricanos esperaban el regreso de sus madres mientras veían merodear a la policía del régimen racista. "Khawuleza mamá, por favor, no dejes que te atrapen". Quince años después de recuperada la libertad, la canción de Makeba debería alentar y advertir a los líderes sudafricanos sobre las urgencias de un pueblo que celebra el Mundial de fútbol sin olvidar que vive en uno de los países más ricos, violentos e injustos del mundo.