Contenido creado por Gastón Fernández Castro
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Hace un año cambió el Frente Amplio. No es suficiente

Hace un año cambió el Frente Amplio. No es suficiente

28.05.2013

Lectura: 7'

2013-05-28T07:34:23-03:00
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El 27 de mayo del 2012 comenzó a cambiar el Frente Amplio, por primera vez se eligió la presidencia del Frente en forma directa a padrón abierto, con 4 candidatos; se eligieron los presidentes de las 19 departamentales con la misma modalidad, en algunos con candidato único y en otros en competencia.

A la presidencia del FA votaron 139.928 electores y por los sectores votaron 128.538 personas mayores de 16 años. En las elecciones nacionales del 2009 el Frente Amplio obtuvo un total de 1.105.262 (47.96% del total de los votos emitidos). En las elecciones la presidencia del FA participaron el 12.69% del total de votantes al FA del 2009. Disculpen la cantidad de porcentajes, pero la política tiene que ser precisa en esos temas.

Mónica Xavier obtuvo 60.258 (43.06%); Ernesto Agazzi 32.190 (23.00%); Enrique Rubio 25.735 (18.39%) y Juan Castillo 21.745 (15.54%).

¿Qué ha sucedido y qué ha significado para la principal fuerza política nacional este año? Lo primero que quiero señalar es que, a pasar de ciertos sueños de la derecha y prevenciones de sectores de la izquierda, las elecciones no significaron ningún trauma ni fractura de ningún tipo. Al contrario, fortalecieron la legitimidad democrática y la capacidad política de la presidencia del Frente Amplio, en todos los aspectos. Y de todo el FA en conjunto.

No hay duda, y la experiencia de este primer año desde la elección de Mónica Xavier confirma que el respaldo directo de los electores confiere al cargo otra jerarquía y otras posibilidades, que está influyendo de manera muy positiva en la proyección de toda la actividad del Frente.

Fue una sabia medida la designación de tres vicepresidentes como Ivonne Passada (MPP-609), Rafael Michelini (99000-FLS) y Juan Castillo (PCU-1001) y de Gerardo Rey como secretario político (212-FLS), para completar un equipo de trabajo que reforzó su capacidad política y su representatividad.

No estamos hablando de formalidades, hablamos de capacidad política. Mónica Xavier le ha dado un fuerte impulso a la presencia, al discurso, al aporte a la agenda política nacional al Frente Amplio, como fuerza política, y no como apéndice del gobierno. Temas importantes y muy complejos se han discutido, incluso con la presencia de diversos gobernantes en ámbitos del FA. Y este es un dato significativo, que no debería pretender una supeditación del gobierno a la orgánica del FA, como algunos pretenden, sino una relación sana y de complementación y de trabajo en diversas esferas.

El FA ha reforzado notoriamente sus iniciativas, su capacidad de acción propia y no como comentaristas de la política del gobierno y está permitiendo una elaboración propia hacia el futuro. Hay un esfuerzo de construir opiniones colectivas del FA sobre temas importantes, que no son un eco del gobierno, que tienen su propio ámbito de acción e incluso de elaboración personal, como los discursos, columnas, y declaraciones de Mónica Xavier.

Mi primer balance - y esto es independiente que haya apoyado con entusiasmo a Mónica - es altamente positivo, tanto del método que utilizamos para la elección, como de la compañera que colocamos en ese cargo. Se vienen momentos muy especiales, como el Congreso del FA, donde se discutirán las candidaturas y el Programa. Pruebas de fuego.

Si aquí terminara mi balance sería de circunstancias, no estaría diciendo la verdad, porque faltan cosas definitorias.

El Frente Amplio en su conjunto no ha logrado frenar el proceso de envejecimiento y reducción de su militancia en las estructuras tradicionales, comités de base, coordinadoras y departamentales. Las diversas actividades, como el 25 de agosto o los actos centrales lo están confirmando. La brecha entre los votantes, a todos los niveles, todo el pueblo frenteamplista (que en todas las encuestas sin discusión sigue siendo la principal fuerza política nacional) o los que votaron hace un año, el 27 de mayo del 2012 y los militantes y participantes en la vida política regular y en las estructuras del FA es cada día peor. Somos unos pocos miles de participantes y casi sin renovación generacional.

Esta es una responsabilidad de todos, pero no es igual para todos. Hay que asumir que hay gente que, truene, llueva o haga un sol radiante está al pie del cañón y otros que por muy diversos motivos han desertado. No existe todavía un trabajo serio, profundo, de análisis cualitativo y cuantitativo de ese proceso, recurriendo a técnicas existentes y bastante precisas. Sería necesario hacer en forma urgente ese estudio y hacerlo por parte del FA y ponerlo a disposición de todos. No seguir talenteando.

Los cambios positivos en la acción política del FA no han logrado revertir esa situación y, simplemente esperar que la campaña electoral resuelva el problema, es un grave error, que compromete no solo al FA como fuerza política, sino al futuro gobierno y su capacidad de dar la batalla política, cultural e ideológica para profundizar los cambios.

Ante esa situación que cualquiera puede comprobar, mirando simplemente la tendencia de la realidad, hay tres actitudes, naturalmente con sus múltiples matices.

Nos resignamos, se lo atribuimos a las tendencias universales de empobrecimiento y crisis de la política y además la aprovechamos, tratamos de que la disputa interna por las circunstanciales correlaciones de fuerza interna en el FA (que siempre existieron, no nos hagamos los angelitos...) se resuelvan en ese marco y con los muy bajos niveles de militancia, como los árbitros supremos de la situación, como grupo de los 41 o con las formas que quieran adoptarse.

La tercera es creer que se puede construir una situación totalmente independiente, separada de la estructura, que funciona a través de las nuevas tecnologías, con redes o sin ellas, con estructuras muy diversas y que en algún momento lograrán sustituir los actuales engranajes. No sucederá, no hay una sola señal en ese sentido.

La otra es comprender que tenemos que afrontar este tema en forma crítica y democrática, porque nos va la vida. La vitalidad del FA. Que primero tenemos que tener un diagnóstico serio, en números claros y precisos y sobre todo para determinar las causas que llevaron a esta situación, sin distribuir responsabilidades a nadie, ni a los que se quedaron y ocupan todo el espacio político posible a partir de esta situación o a los que se fueron retirando y replegando. Decenas de miles de valiosos militantes.

Esto no se resuelve con medidas organizativas solamente ni principalmente, ni con comunicación (que es muy importante), ni reconociendo los nuevos procesos, como las redes, esto requiere una estrategia integral, que incluye al propio gobierno y su relación compleja y a veces tensa con la fuerza política. De coordinación y de independencia.

El Frente Amplio, con las elecciones comenzó a cambiar, pero nos falta muchísimo y profundísimos cambios.

Si alguien cree que estos niveles de participación son útiles para un mayor control político de la estructura del FA, están profundamente equivocados. En definitiva las instancias democráticas, las elecciones nacionales, internas a padrón abierto serán determinantes a todos los efectos. Eso no hay quien lo frene.

Pero sería un grave error político y democrático creer por parte de los grupos mayoritarios o, por parte del gobierno, que lo que hay que tener es un Frente tranquilo y domesticado, que sea un eco propagandístico y legislativo del gobierno. Los países en cambio, exitosos, dinámicos y sobre todo progresistas en serio, necesitan ciudadanos participando en el partido de gobierno (el Frente Amplio) y en la sociedad civil. Y eso no cae del cielo, hay que construirlo con política, con teoría, con comunicación, con organización, con discurso, con ideas y con cuadros.

Y no estamos lejos de ese nivel, por esa vieja coartada de que en el discurso queda bien situarse lejos del puerto para dar una idea de dinamismo y de sentido crítico, estamos lejos porque muchas veces damos señales equivocadas y porque en otras avanzamos en zigzag.