Contenido creado por Gastón Fernández Castro
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Giselle y las Bodas de Fígaro es también el Uruguay

Giselle y las Bodas de Fígaro es también el Uruguay

24.08.2010

Lectura: 3'

2010-08-24T08:43:04-03:00
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Estas han sido semanas agitadas, embarradas, abultadas. Se tejieron telarañas legales, fueros y debates, la prensa plantó banderas y está en todo su derecho. Veremos si tiene razón y si no la tiene si demuestra la hildalguía necesaria para reconocerlo con los mismos tamaños cubitales y los políticos de hacer lo propio, que de infalibles estamos hasta el moño.

El viernes de noche habíamos alcanzado las cumbres de la tensión. A esa misma hora para darnos una verdadera temperatura de la sociedad uruguaya, para que la realidad tuviera todos sus tonos, sus sonidos, sus claros y sus oscuros el Teatro Solis estaba repleto para escuchar una de las óperas más importantes de la historia de la música, considerada una de las mejores creaciones de Mozart. En el momento de su estreno recibió muchas críticas, pero desde hace tiempo es una de las grandes piezas de la lírica mundial. La dirigió en esta oportunidad el maestro Federico García Vigil.

A pocas cuadras, en el auditorio Adela Reta el Ballet Nacional dirigido por el gran bailarín argentino Julio Bocca estrenaba Giselle, una obra de amor, engaño y muerte que luego iniciará una gira por los departamentos de Rivera, Tacuarembó, Treinta y Tres, Lavalleja, Artigas, Paysandú y Soriano. A Teatro repleto.

La memorable representación de Anna Pavlova o Gallina Ulanova siempre serán la referencia obligada de esta obra en dos actos con música de Adolphe Adam, coreografía de Jules Perrot y Jean Corralli. No soy tan atrevido para opinar sobre el espectáculo, pero Julio Bocca es una garantía y un extraordinario aporte cultural y artístico para el Uruguay, que todos sabemos valorar. Por su sensibilidad, su experiencia y su talento.

En esa esquina de Montevideo mientras afuera arreciaba una pequeña tormenta de siempre, pasajera,  Bocca logró que dentro del teatro se levantara con toda su fuerza la pasión entre Giselle y Loys y los celos enfermizos de Hilarion y su sed de venganza. La desesperada muerte de Gieselle asume todo su dramatismo. Pero lo que me importa señalar es que como decía Malraux el arte expresa algo más profundo que el arte, expresa las cosas trascendentes, imperecederas de los seres humanos.

Eso no quiere decir que la política no esté compuesta de esas cosas, pero a veces hay que ser capaces de descubrirlas debajo de una capa abundante de hojarasca. Y a veces es mucha. Atraganta.