Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

Gemelas

Gemelas

14.09.2011

Lectura: 3'

2011-09-14T07:46:52-03:00
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Phyllis y Aicha cultivan una amistad inusual, que para ellas terminó siendo natural. Ambas se conocieron luego de la pérdida de sus hijos. El de Phyllis murió en los ataques al World Trade Center el 11 de septiembre de 2001; el de Aicha, Zacarías Moussaoui, cumple cadena perpetua por su participación en el atentado en un paradero desconocido.

Phyllis y su esposo nunca quisieron venganza. Cuando se enteraron de que el gobierno de Estados Unidos pediría la condena a muerte de Moussaoui, la rechazaron y lo hicieron público. Prefirieron el camino el encuentro con otros familiares de víctimas para brindarse apoyo mutuo. "Cuando vi a Aicha en los medios pensé `qué mujer más valiente`, recuerda Phyllis, porque cuando la gente supo que mi hijo era una víctima de inmediato recibí solidaridad, pero cuando acusaron a su hijo, ella no tuvo esa solidaridad. Sin embargo, su sufrimiento es igual al mío".

Se encontraron por primera vez en noviembre de 2002, un año después del atentado contra el World Trade Center de Nueva York y a pedido de Aicha, quien buscaba conocer a los familiares de las víctimas. "Me presentaron a cinco familias. Phyllis era la única madre del grupo; los demás eran hermanos y hermanas. Vi en sus ojos que había sufrido mucho, igual que yo". Aicha fue quien rompió el hielo. "No sé si mi hijo es culpable o inocente, pero quiero decirles cuánto siento lo que les ha pasado a sus familias. Yo sé lo que es sufrir y sentir que, si hay un crimen, alguien debería tener un juicio justo y ser castigado". Antes de que las presentaran, se abrazaron y lloraron. Para el final de la tarde, era como si se conocieran desde siempre.

Aicha se casó a los 14 años de edad y perdió dos hijos en los años siguientes. Por eso la historia de Zacarías le significó un dolor especialmente duro de sobrellevar. "Es como si mi hijo estuviera enterrado vivo. Sé que Phyllis realmente llora por su hijo, pero ella sabe dónde está. Yo no sé dónde está mi hijo ni qué pasó con él".

Aicha se dedica a visitar las escuelas para hablar contra la violencia y el terrorismo a las jóvenes musulmanas. De paso, las alienta a que no acepten casarse contra su voluntad.

Phyllis nunca había conocido a una mujer que perteneciera a una cultura tan diferente a la suya ni que hubiera tenido una vida tan difícil, pero siente con su amiga una conexión especial. Phyllis y Aicha se comprometieron a respetarse mutuamente con la íntima esperanza de encontrar la paz y evitar que otras personas pasen por algo similar. "Tenemos que tratar de conocer al otro y tener un corazón generoso, dice Aicha. Uno debe ser tolerante y luchar contra la violencia. Espero que algún día volvamos a vivir en paz y respetándonos unos a otros".

Probablemente quede mucho por decir sobre el atentado del que acaba de cumplirse diez años pero nada me pareció más significativo y esperanzador que el ejemplo de estas dos mujeres. La guerra contra el terrorismo, la discriminación y las injusticias se gana en el corazón.

Testimonio tomado de una conferencia en "TED, Ideas Worth Spreading".