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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Garantía de sensatez del próximo gobierno

Por dos veces en los últimos diez años el Frente Amplio ganó las elecciones sostenido en la garantía que otorgaba el Cr. Danilo Astori y su grupo para evitar irresponsabilidades, radicalizaciones o aventuras trasnochadas.

30.06.2014 08:04

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2014-06-30T08:04:00-03:00
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La primera vez fue el anuncio de que sería el futuro ministro de economía y la vez siguiente su candidatura a la Vicepresidencia acompañada de una campaña en la que Astori, después de haber sido derrotado y hasta despreciado por la interna frentista, fue utilizado nuevamente como el garante de la sensatez de una Presidencia a cargo nada menos que de José Mujica.

Las dos veces el Frente Amplio y el propio Astori obtuvieron un resultado electoral positivo. La gente les creyó y votó por el triunfo de ese partido y, al mismo tiempo, por el garante de que no se incurriría en decisiones disparatadas.

Ahora, por tercera vez, como si el tiempo y los hechos no hubieran generado cambios, el Dr. Tabaré Vázquez vuelve a usar el mismo argumento y anunció hace ya un tiempo, que el ministro de economía será nuevamente el Cr. Danilo Astori.

A veces parecería que el Dr. Vázquez no ha registrado que pasó una década y actúa como si estuviera en 2004: no a los debates, el mismo Ministro de Economía, un porcentaje fijo del PBI para la educación, el mismo equipo de asesores de siempre y hasta un remedo del Plan Ceibal con las "tablets para la tercera edad". Es preocupante la falta de sintonía con el paso del tiempo.

Pero lo cierto es que, además, en lo que refiere a la garantía de la sensatez, las cosas han cambiado sustancialmente.

Danilo Astori y su grupo ya no son garantía de nada. Los hechos ocurridos durante el actual período de gobierno no han hecho otra cosa que confirmar que la presencia y posturas del astorismo no evitan las decisiones disparatadas ni el crecimiento de los sectores más radicales del Frente Amplio.

Se los ha pasado por arriba y se han dejado pasar por arriba.

Se les impuso la iniciativa de anulación de la ley de caducidad que, como era de esperar, culminó con su correspondiente y obvia declaración de inconstitucionalidad por parte de la Suprema Corte de Justicia.

Se estableció un equipo económico paralelo que fue aumentando su influencia a lo largo de todo el período de gobierno, mientras que la orientación del astorismo iba perdiendo peso en la toma de decisiones. Ejemplo de este debilitamiento fue la aprobación del IRIC, contra la opinión del Ministerio de Economía, que también fue declarado inconstitucional por la Suprema Corte de Justicia.

Las ideas propuestas por el astorismo sobre lo que hay que hacer con la educación, totalmente compartibles e imprescindibles, no tuvieron ningún respaldo ni fueron implementadas durante los dos gobiernos del Frente Amplio. Danilo Astori habla de los cambios que hay que hacer en educación como si estuviera en la oposición y no tuviera ninguna responsabilidad con la incapacidad total del gobierno en este aspecto. Nadie ni siquiera le ha respondido dentro del partido que integra.

El Presidente destituyó sin dar razones al Ministro Héctor Lescano que gozaba de muy buena popularidad. Nada ocurrió. Se dijo que era parte de un proceso necesario de renovación en los cargos, pero solo él fue sustituido y el Frente Líber Seregni bajó la cabeza.

Contra la opinión del Ministerio de Economía el gobierno perdonó una supuesta deuda millonaria del grupo Casal con la DGI, la que había iniciado acciones durante el período en que el Cr. Astori era ministro. Este se manifestó en contra de la condonación de la deuda, pero bancó sin ninguna consecuencia.

Hace un tiempo el Cr. Astori volvió de una reunión del Grupo de la Alianza del Pacífico en la que participó como observador en representación del gobierno uruguayo y manifestó que era necesario solicitar el ingreso como miembro pleno a ese grupo, lo que resultaba ser una apuesta valiosa e imprescindible para abrir el país al mundo. Rápidamente el Canciller lo desautorizó señalando que Uruguay no pediría el ingreso y se mantendría como observador del bloque. El vicepresidente Astori se llamó a silencio y no volvió a insistir con el tema.

Hace pocos meses todos los legisladores del Frente Líber Seregni manifestaron con contundencia que el proyecto de ley que establecía la responsabilidad penal del empleador por accidentes laborales era notoriamente inconstitucional. Sin embargo, ni uno de los legisladores del sector votó en contra, por el contrario bajaron una vez más la cabeza y votaron la norma por disciplina partidaria.

Pero eso no es nada. El dato más reciente y contundente es que el Frente Amplio nominó como candidato a la Vicepresidencia a aquel que el propio Astori había denunciado públicamente por haberle "comprado" un diputado en Salto. Nada más ni nada menos.

Nada importó que el Frente Líber Seregni se opusiera a la candidatura de Sendic, nada importó que fuera acusado de un acto de corrupción política, nada importó la notoria distancia personal y política del propio Danilo Astori con Raúl Sendic. Se le impuso la candidatura con total prescindencia de la opinión del astorismo que por enésima vez bajó la cabeza y aceptó la decisión impuesta por el resto de los integrantes de la coalición.

Para colmo de males, han sido integrantes del Frente Líber Seregni los que han quedado implicados en gestiones irregulares, tanto en el caso de los casinos en el período anterior con el procesamiento del Cr. Juan Carlos Bengoa, como ahora con el caso PLUNA que les costó el cargo y procesamiento a dos jerarcas de primera línea de ese sector del Frente Amplio.

Por lo tanto, hace ya bastante tiempo que el astorismo ha dejado de ser garantía de nada para una gestión de gobierno del Frente Amplio. Por el contrario, los sectores que reclaman el famoso "giro a la izquierda" han ganado terreno en forma notoria con el transcurrir de los últimos años y en un eventual tercer gobierno del Frente Amplio pueden tener aun mayor influencia.

Por eso, hoy la garantía de la sensatez en el ejercicio de un futuro gobierno no está dentro del Frente Amplio. Por el contrario, un tercer gobierno con mayoría absoluta será un gobierno dominado y conducido por los sectores más radicales.

La garantía de la sensatez está fuera del Frente Amplio y depende del crecimiento del Partido Independiente que es la otra izquierda de este país. Efectivamente, solo el Partido Independiente con una bancada numerosa será capaz de quitarle la mayoría absoluta parlamentaria al Frente Amplio y exigir una gestión de gobierno seria, sensata y ajena a las aventuras y a los radicalismos.

Una bancada numerosa del Partido Independiente será la encargada de marcar la cancha y evitar los disparates y los desbordes. Por una sencilla razón, porque a diferencia del Frente Líber Seregni, el Partido Independiente no está sujeto a la disciplina partidaria del partido de gobierno y puede ejercer el control y el freno de las iniciativas que pondrían en riesgo la imagen de estabilidad y certezas que brinda nuestro país.

Las ideas de izquierda moderada ya no están defendidas por el astorismo que ha claudicado, las ideas de izquierda moderada están representadas por el Partido Independiente y su crecimiento es la única garantía de su defensa.