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Pablo Mieres

Escribe Pablo Mieres

Frente a la descalificación de las comisiones investigadoras

A pocos días de que el Senado debata los informes elaborados sobre ANCAP, el Senador José Mujica ha salido en forma reiterada a descalificar la existencia de las Comisiones Investigadoras parlamentarias.

12.02.2016 10:50

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2016-02-12T10:50:00-03:00
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Ha dicho que se prestan para el circo político y que además los políticos no podemos investigar porque tratamos de aprovechar esa tarea para generar réditos propios.

Dice esto el Senador Mujica después de haber acompañado y defendido el uso bien amplio de las comisiones investigadoras durante todos los años en que el Frente Amplio estuvo en la oposición. O sea, si estoy del lado de los que investigan, entonces "vamo arriba" con la investigación, pero si voy a ser investigado, el instrumento no sirve y se quiere sacar rédito político indebido con él. Es un fenómeno, ¿no? Maestro del doble discurso.

El Frente Amplio durante diez años impidió la formación de toda Comisión Investigadora en el Parlamento. Haciendo uso de su mayoría absoluta, trancó todas las propuestas, incluso las más obvias como las referidas a la situación y cierre de PLUNA.

Recién este año, por primera vez, después de diez años y ante una situación de ANCAP que rompía los ojos, con pérdidas acumuladas cada vez mayores; a regañadientes y retaceando plazos y número de integrantes, el Frente Amplio votó la creación de una Comisión Investigadora.

Pues bien, antes de que se discutan sus informes, el ex Presidente Mujica sale a descalificar el instrumento y a atribuir intenciones indebidas a quienes integramos la Comisión.

Alguien duda de que se trata, una vez más, de una estrategia para desacreditar lo que el Frente Amplio ya no puede tapar con nada, es decir que en ANCAP ocurrieron desastres durante el período de gobierno, precisamente, del actual Senador Mujica. Antes de que salgan a luz los informes, Mujica pretende descalificar lo que eventualmente se diga, bajo el paraguas genérico de la intencionalidad política.

El Parlamento tiene tres instrumentos para cumplir con su función de control sobre la Administración, los pedidos de informes, los llamados a Sala a los ministros y las Comisiones Investigadoras.

De los pedidos de informes ni hablemos, hoy en día parece más efectivo hacer uso de la Ley de Acceso a la Información como cualquier ciudadano común que pedir un informe desde el Parlamento. Por lo menos en el caso de la Ley de Acceso a la Información existe la obligación de responder, lo que no ocurre para el caso de los pedidos de informes del Parlamento.

Ahora se quiere ir sobre las Comisiones Investigadoras, de manera de convertir al Parlamento en un ámbito de aprobación de leyes fundado en la mayoría parlamentaria del partido de gobierno.

Sin embargo, las Comisiones Investigadoras han cumplido un papel muy útil en la historia política del país.
En primer lugar, porque han permitido "poner luz", mostrar y hacer visible la existencia de problemas de gestión, irregularidades y eventuales ilicitudes en diferentes ámbitos del Estado.

La actuación de una Comisión Investigadora permite que esas cosas no pasen desapercibidas ante la opinión pública. Evita que la gente ignore ciertas actuaciones indebidas o negligentes.

En segundo lugar, porque a partir de lo que surge de esas investigaciones, efectivamente existen nuevas informaciones y se constatan hechos y actos que eventualmente pueden representar responsabilidades de jerarcas públicos que, sin la actuación de la Comisión Investigadora, habrían permanecido ocultos.

Pero, en tercer lugar y esto es menos conocido, las Comisiones Investigadoras han generado el clima para que los organismos públicos que han sido objeto de investigación cambien sustancialmente en su funcionamiento y en sus reglas de juego.

Así fue en el caso del Banco Central después de la actuación de la Comisión Investigadora sobre la crisis financiera del 2002; no hay duda de que ese organismo se fortaleció institucionalmente, se profesionalizó y corrigió enormes vulnerabilidades preexistentes.

Lo mismo ocurrió con la Corporación Nacional para el Desarrollo, cuya investigación parlamentaria fue promovida por nosotros. En efecto, la CND cambió sus criterios de funcionamiento, aumentó sus controles internos y acató la función de contralor que intentaba ejercer el Tribunal de Cuentas sobre ella.

Con ANCAP puede pasar lo mismo. Se anunció en estas horas que volverá a contar con un Gerente General y, a diferencia de lo ocurrido históricamente, este será seleccionado por un mecanismo competitivo.

Esperamos que existan otros cambios a partir de las conclusiones de la investigación parlamentaria.

En fin, es claro que este instrumento cumple una función sustancial para los equilibrios institucionales entre los Poderes del Estado y para controlar los excesos de la Administración.

¿Por qué ahora le preocupan a Mujica las Comisiones Investigadoras? ¿No será que se está anticipando a una eventual investigación de los negocios con Venezuela, en los que él tiene muchas cosas que explicar?