Contenido creado por Inés Nogueiras
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El violador serial de Rivera: ¿Todos iguales ante la ley?

El violador serial de Rivera: ¿Todos iguales ante la ley?

Hay dos principios que siempre me parecieron los pilares fundamentales de la filosofía del derecho y de la Justicia. La Justicia con mayúscula. Uno: todos somos iguales ante la ley, y dos -expresado en el Talmud en forma de una regla de plata-: "no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti".

12.07.2016

Lectura: 7'

2016-07-12T00:20:00-03:00
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Los demás son comentarios. En realidad este principio está en muchos otros textos e idearios de diferentes culturas y religiones. Me parecen dos conceptos breves que resumen el corazón del derecho y la Justicia.

Un hombre en la ciudad de Rivera, Uruguay, fue procesado con prisión por reiterados delitos de violación, incesto y violencia privada, y se suicidó a poco de ingresar a una cárcel de Rivera. Había abusado de ocho familiares, de sus hijas, sus nietos y sobrinos.

Es una noticia terrible de hace pocos días, pero lo peor de todo vino después: este infame individuo ya había sido detenido en el año 2009, hace siete años, y a pedido del fiscal del caso el delito de incesto fue archivado. El delito de la violación de su hija menor de edad fue probado por el análisis de ADN. Embarazó a la hija dos veces. En el segundo caso, el niño nació. El delincuente fue liberado de inmediato en el año 2009, por esa definición del fiscal.

Reiteramos el delito de violación de menor fue probado, pero el fiscal decidió no acusar de nada al violador y delincuente reincidente, argumentando que el incesto no era de conocimiento público.

Lo insólito de la situación es que el fiscal que pidió el archivo del caso, por lo cual la justicia se vio impedida de actuar, el doctor Ricardo Alexis Chiecchi Rostán, es desde febrero de 2015 Fiscal Letrado Nacional de Menores de 2º Turno. Casi nada, Fiscal Nacional de Menores...

El diario El País informó: "que J.C.G.L., uruguayo de 56 años de edad, había obligado a tener con él relaciones sexuales a dos hijas suyas, desde que éstas tenían 11 años de edad". Se ponen las iniciales del nombre del criminal, seguramente para proteger sus derechos...faltaba más.

¿Quién protegió los derechos de esos niños y niñas de este monstruo durante los siete años en que tan campante siguió violando niños y niñas? Y ya lo había hecho durante 3 años. ¡En total diez años de violaciones!

¿No era directa responsabilidad del señor fiscal representar a la sociedad uruguaya y dentro de ellas esos niños y niñas expuestos a todo tipo de vejaciones? ¿No le rozó al fiscal la duda de que ese monstruo impune seguiría violando los derechos más elementales de sus víctimas, ahora envalentonado por su impunidad?
"La madre de ambas, también uruguaya, de iniciales M.L.L.G, de 56 años, estaba en conocimiento de la situación y no había denunciado los hechos, por lo cual resultó también procesada, pero sin prisión, por omisión a los deberes inherentes a la patria potestad. Se le impuso presentarse en el Centro de Medidas Sustitutivas los días lunes, miércoles y viernes desde las 8:00 hasta las 12:00 horas, por el término de 4 meses". ¡Que terrible castigo!

"El esclarecimiento del episodio se dio a partir por una denuncia anónima recibida hace poco más de 10 días por la Jefatura de Policía de Rivera. Al llegar a los 18 años, después de grandes sufrimientos, la víctima (que hoy tiene 21) había puesto fin a las violaciones de su padre y se atrevió a presentar una denuncia del hecho".

"Pero ante las amenazas de su progenitor dio un paso atrás en los tribunales. Ella había quedado embarazada dos veces. Uno de los bebés falleció a los 2 meses de nacido por una mala formación congénita".

"Al niño que hoy tiene 7 años fue al que se le realizó un examen de ADN que dejó en evidencia que era hijo (y nieto) del encarcelado. El pequeño también fue abusado por el mismo hombre que decidió quitarse la vida pocas horas después de ser remitido a la cárcel".

No sé nada de derecho, pero una pregunta me surge, enorme, desproporcionada, agobiante: Si por uno de esos tecnicismos miserables, la falta de conocimiento público del incesto - que quién sabe cómo comprobó en su momento el fiscal ese desconocimiento del delito- el representante del pueblo y del Estado pidió el archivo del caso, ¿a ese criminal no lo podían haber procesado por violación de menor? Si estaba probada la violación de una menor, de su hija, por la prueba de ADN.

¿Los vecinos no sabían nada, no dijeron nada? No lo creo, no puedo pensar tan mal de la sociedad uruguaya. Pero nada cambia, la violación estaba probada y el violador serial M.L.L.G, entonces de 49 años, fue dejado plenamente libre por la justicia, porque según establece la ley el juez no puede actuar sin la acusación del fiscal. ¿Es tan así, es absolutamente así?

¿Es decir que en manos de una sola persona, un fiscal, sin apelación, una familia entera pueda ser condenada a otros siete años de torturas y tormentos? ¿Cómo podemos protegernos de semejante aberración humana? Y cuando la justicia, el derecho, se desentiende de lo humano y pone la interpretación de las leyes por encima de todo, estamos muy mal. Y así estuvimos durante siete años. Nótese un "detalle": el hijo de una de las hijas y del violador serial tiene hoy exactamente siete años, es decir que, liberado, el acusado volvió de inmediato a sus fechorías.

Supongamos que nadie más que los involucrados, las víctimas, el fiscal, la jueza, los abogados conocían esta situación ¿nadie hizo nada? ¿Nadie denunció ante el INAU, ante cualquier otra autoridad?

Resulta que el señor fiscal Ricardo Alexis Chiecchi Rostán dio un concurso con todas las garantías y las reglas y se ganó una importante promoción, nada menos fue designado en el año 2015 como Fiscal Letrado Nacional de Menores de 2º Turno. Seis años después de haberse asumido la directa responsabilidad de que un violador serial fuera liberado y siguiera violando a su familia.

Me surge una pregunta elemental: ¿cómo asumirá sus responsabilidades el señor fiscal ahora que se conocen las consecuencias de uno de sus actos? ¿Solo a mí me surge esta pregunta, ninguna autoridad asumirá alguna responsabilidad?

Algunos podrán pensar que en realidad será la conciencia del fiscal, su moral personal, la que determinará su actitud, su forma de asumir su responsabilidad. Qué fácil, qué simple. ¿Así funciona para todos los demás ciudadanos? ¿Así funciona para todos los profesionales que se equivocan, para los trabajadores, para las más diversas profesiones? No, absolutamente no, y por eso no todos somos iguales ante la ley.

¿Ustedes están tranquilos de que alguien con esa visión de derecho y de la justicia sea uno de los Fiscales Nacionales de Menores? Yo no. Y lo digo alto y fuerte, le moleste a quien le moleste. Y me asumo todas las responsabilidades, es un horror y una injusticia.

¿No hay mecanismos legales, administrativos, para que el fiscal Ciecchi asuma su responsabilidad? ¿Podrá seguir concursando alegremente y subiendo en la escala de los fiscales o de la justicia? ¿Hasta dónde puede llegar?

Y me gustaría hacer una pregunta de ignorante: en el tan mentado nuevo Código del Proceso Penal, ¿hay alguna norma que evite esta aberración, que por la voluntad y la opinión de una sola persona se libere a un violador serial y se lo deje libre durante siete años? ¿Hay alguna forma de apelación, de que se revea ese error garrafal e inhumano de un funcionario y de la ley?

Lo que me queda claro es que la sociedad uruguaya debería concentrar su atención no en los papeles, no en las frías normas y la interpretación que de ellas hacen algunos profesionales, sino en la gente, en esa pobre gente que durante tantos años sufrió tanto horror. Hagamos un esfuerzo e imaginemos la indefensión que sintieron durante tanto tiempo esas uruguayitas y uruguayitos y preguntemos: ¿Somos todos iguales ante la ley?