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¡Cometamos nuevos errores!

Escribe Daniel Mordecki

El efecto rebaño

No solo en Uruguay el principal insumo de una encuesta es otra encuesta. Los últimos casos extremos vienen de España, de Gran Bretaña y ayer de Argentina, más precisamente de la segunda vuelta de las elecciones para la Jefatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

20.07.2015 19:24

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2015-07-20T19:24:00-03:00
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La tribu se junta en asamblea para preparar el invierno. El jefe indio, previsor como nadie, escucha a escondidas en su radio portátil el pronóstico: hay probabilidad de que el invierno sea frio. Como es responsable, recomienda a su tribu que junte mucha leña.

El jefe indio verifica día a día el pronóstico. Cada día que pasa la radio anuncia un inverno más crudo. Y como es responsable, los indios recogen cada vez más leña.

Hasta que se agotan las pilas. Y como el jefe indio es responsable, emprende una caminata hasta el pueblo, para preguntar en la mismísima oficina de meteorología cómo será el invierno.

- Crudo, muy muy crudo - le contestan.
- Pero ¿cuánto?
- Mucho, más que nunca.
- ¿Y cómo lo sabe?
- Sencillo: ¡porque los indios cada vez juntan más leña!

Esto es lo que les sucede a las encuestadoras de todo el planeta: se retroalimentan unas a otras, y se mueven en bloque independientemente de los valores reales que obtienen del trabajo de campo, en lo que se ha dado en llamar “efecto rebaño”[1] (Herding, en inglés).

Como la realidad política que perciben y, sobre todo, los pronósticos de sus colegas son fuertemente consistentes en un valor, piensan que sus encuestas están mal y las pulen hasta que se peguen a los demás valores, con miedo a apartarse del rebaño. Se trata de un fenómeno tan pernicioso como frecuente, en el que el mejor insumo para una encuesta es otra encuesta.

Es fácil de detectar, porque cuando hay efecto rebaño los resultados no se reparten como indica el modelo matemático, sino que se juntan todos muy cerca unos de otros, y quedan en brutal evidencia cuando el rebaño los lleva lejos del valor real.

El caso CABA

No solo sucede en Uruguay. Los últimos casos extremos vienen de España, de Gran Bretaña y ayer de Argentina, más precisamente de la segunda vuelta de las elecciones para la Jefatura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

Para entender qué sucedió, es necesario partir de la primera vuelta, donde Larreta, candidato del PRO, cosechó el 45% de los votos mientras que Lousteau, apoyado por una alianza de partidos, cosechó el 25% y Recalde, candidato kirchnerista, obtuvo el 22%.

Con estos datos a la vista, la compleja maquinaria político / periodística argentina comenzó con las interpretaciones y reinterpretaciones, que terminaron instalando en la opinión pública la idea de que para la segunda vuelta, Larreta iba hacia una contundente victoria.

Las encuestadoras reflejaron al unísono esta idea, tal como en Uruguay sucedió por ejemplo en las internas del Partido Nacional, o en octubre de 2014, o en las municipales 2015 de Cerro Largo, por citar apenas algunas. Los valores se cierran en un rango muy pequeño y totalmente artificial, de apenas 3.5 puntos de apertura. Las encuestadoras reemplazan la encuesta de verdad por su opinión de lo que va a pasar, basada en el clima político y fundamentalmente, en lo que dicen las demás. Y al distorsionar su encuesta refuerzan el fenómeno.

Como sucede una y otra vez, la realidad les dio una fuerte cachetada, mostrando de forma contundente que el vicio de pulir los resultados de las encuestas mucho más allá de las posibilidades siempre termina mal, como todos los vicios.

(Tomado de infobae.com el 20 de julio de 2015 - http://cdn01.ib.infobae.com/adjuntos/162/infografia/013/028/0013028407.jpg)



[1] - Here’s Proof Some Pollsters Are Putting A Thumb On The Scale (Acá está la prueba de que algunos encuestadores ponen un pulgar en la balanza)
http://fivethirtyeight.com/features/heres-proof-some-pollsters-are-putting-a-thumb-on-the-scale/#fn-1