Contenido creado por Gastón Fernández Castro
Cybertario

El efecto Betancourt

El efecto Betancourt

09.07.2008

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2008-07-09T08:53:00-03:00
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La liberación de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes puede tener repercusiones insospechadas sobre la volcánica política regional. La primera tendrá lugar en pocos días, cuando Hugo Chávez se encuentre con un triunfante Álvaro Uribe. Chávez pasó de abogar por el reconocimiento internacional de las FARC, a quien definía como un "verdadero ejército de liberación" de ideología bolivariana, a proponerles, sólo unos meses después, que abandonaran la lucha armada. Ahora, llegó a propiciar un encuentro con Uribe, a quien poco tiempo atrás catalogó como "peón del imperialismo".

Tras la caída del comandante guerrillero Raúl Reyes en marzo pasado, y la reciente muerte de Manuel Marulanda, histórico dirigente de las FARC, Chávez decidió desmarcarse de un grupo guerrillero aislado social y políticamente. Varios analistas señalan que, aún con las reservas del caso, los archivos encontrados en la computadora de Reyes sobre los vínculos entre Chávez y las FARC podrían ser lo suficientemente comprometedores como para que el líder venezolano abandonara a sus antiguos camaradas.

El cambio de rumbo de Chávez parece reflejar los nuevos vientos que se aproximan en esa subregión sudamericana tras el rescate de Betancourt y la creciente popularidad de Uribe. La buena estrella del venezolano parece eclipsada y su sistema de alianzas circunscripta a Cuba y a tres de los países más pobres y menos influyentes de la región (Bolivia, Nicaragua y Ecuador). Sus aliados de la izquierda ideológica latinoamericana no entienden qué está pasando ni porqué Uribe dejó de ser considerado un "jefe mafioso" para convertirse en un "hermano".

Con las FARC en desbandada, la consolidación del izquierdista Polo Democrático colombiano y la popularidad de Uribe trepando hasta la cima, Chávez parece haber preferido realizar un repliegue táctico para atender un frente interno cada vez más complejo, tras la derrota en el referéndum del pasado diciembre. La inflación, que alcanza el 30%, la persistente escasez de artículos básicos, la criminalidad que no cesa, las denuncias de corrupción y la lenta declinación de su liderazgo, habrían decidido al presidente venezolano a morigerar su "revolución bolivariana" y hacer algunos guiños a la clase media.

El "coup de théatre", como llamara un analista internacional a la operación que permitió liberar a Betancourt, hizo posible que la popularidad de Álvaro Uribe alcanzara el 90%, pero se trata tan sólo de la última de sus victorias. Los colombianos le reconocen haber aumentado la protección a los líderes sindicales (víctimas frecuentes de bandas derechistas), desarticulado a los paramilitares, reducido las muertes violentas a la mitad y los secuestros a la tercera parte. Como si esto fuera poco, la economía crece y el Banco Mundial pone a Colombia a la cabeza en la lista de países que aumentaron su apertura y su transparencia, lo que deja a Uribe más cerca de la perpetuidad presidencial que su vecino venezolano.

Es cierto que le falta liberar a otros 700 rehenes, pero la debacle de las FARC las encuentra sin el apoyo espiritual y logístico de Chávez, quien decidió pasarse con armas y bagajes para el lado de su enemigo. Perdón, de su "hermano".