Contenido creado por Gastón Fernández Castro
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Divagando

Divagando

25.01.2011

Lectura: 4'

2011-01-25T10:55:22-03:00
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Durante el verano deberíamos dejar que la imaginación nos lleve por los caminos que no recorremos el resto del año, incluso en política, que siempre es tan exigente en cuanto a atenerse a las reglas del juego, del poder, de lo posible y de lo conveniente, precisamente por ello hay que agregarle una pizca de divague. Más de lo habitual.

Comencemos al revés, por la oposición. Es necesario. La vitalidad de una democracia es proporcional a la vitalidad de la oposición. Cuando las fuerzas de gobierno se consideran intocables, imbatibles e infalibles, se está acumulando un combustible peligroso. Aunque como en este caso, el partido del gobierno sea el que yo apoyo. El principio vale para todos, a mi me costó algunas décadas aprenderlo.

Imaginemos que la oposición tiene un empuje realmente renovador y decide dar paso a nuevas generaciones, gente que en su territorio a demostrado que sabe interpretar los sentimientos ciudadanos, que tiene un discurso diferente al tradicional, que no forma parte de las familias tradicionales del poder a la que la mayoría de los uruguayos  miramos con desconfianza. ¿Dónde estarían esos opositores?

Es bastante simple encontrarlos, están en las Intendencias del interior del país. Allí hay gente con discursos y programas de gobierno en ejecución, que a mí, como izquierdista, me preocupan, que nos ganaron las elecciones locales, con un enfoque diverso y renovado y que si les dieran cancha a nivel nacional, serían de temer. No nos preocupemos, todo indica que el tapón es sólido, pétreo. No doy nombres para no instigarlos.

Ahora vayamos al oficialismo. Orgánicamente cumple 40 años de existencia como Frente Amplio. Intensos cuarenta años de oposición feroz, de ilegalidad y cárcel, de reconstrucción democrática y oposición, de poder municipal durante 21 años y poder nacional desde hace 6 años, de perder elecciones, ganarlas y perder algunas donde ya habíamos ganado. Toda una experiencia.

Con las tres principales figuras políticas nacionales, las que registran lejos los más altos porcentajes de simpatía y de eventual intención de voto que son del FA. Tabaré Vázquez, José Mujica y Danilo Astori. No es un mal récord.

Pero…con mucha gente tricolor, de esa que guarda la bandera enrollada para muchas ocasiones y no sólo para las elecciones que tiene la pata enrollada. Anda de cara larga y no se enamora, no vibra, no se excita ni con su gobierno y menos con el Frente. Al punto que habrá un festejo oficial en el Palacio Legislativo y un bailongo alternativo en la playa Ramírez, que parece que se ha transformado en la sede de las redes.

Divaguemos e imaginemos que el mismo sentido de arrojo y audacia que atacó a la oposición le viene a la izquierda y desde lo alto de su pedestal de gobierno, de partido de gobierno, de primera fuerza política nacional decide renovarse en serio.

Y convoca a discutir sobre las ideas, los proyectos, los sueños de los uruguayos para las próximas décadas, para darle combustible a lo que nosotros llamamos el PROYECTO NACIONAL PROGRESISTA. Y la gente toma la iniciativa, y le da un nuevo crédito y participa. ¿Dónde debería ir?

¿A la sede del FA en la calle Colonia? ¿A los comités de base? ¿Dónde? Y podría ser que la gente organizara cabildos reales en todo el país, donde todos fuéramos iguales, y antes de cada nombre no tuviéramos que agregar los títulos nobiliarios del gobierno, del parlamento, de las intendencias. Y discutiéramos.

También podría haber cabildos virtuales, donde utilizando los grandes avances que el Uruguay tuvo en el combate contra la brecha digital, muchas mujeres y hombres de diversas edades y condiciones sociales y culturales hicieran aportes personales o colectivos. Y el que quiere los lea, los critique, los discuta o simplemente haga su propio aporte. Que desorden, no.

Y los temas a discutir - además de los lejanos horizontes de la patria - fueran también pedestres, actuales, urgentes, como por ejemplo la educación, la seguridad pública y los menores y los mayores, la distribución de la riqueza, los planes de vivienda, el funcionamiento de los ministerios y, de las intendencias y naturalmente las formas nuevas del Frente Amplio para los próximos años. No 40, porque las cosas cambian muy rápidamente y nosotros también tendríamos que cambiar.

Y alguien quiere introducir otros temas, como el cuidado del medio ambiente, el consumo y el consumismo, nuevas formas de participación y compromiso ciudadano, la soledad y la tristeza, lo pueda hacer. Libremente, para aumentar el desorden.

Imaginemos que en todos esos cabildos abiertos y aireados no se discutiera de nombres, ni de candidatos, ni se hicieran operaciones a tres y cuatro bandas para promover candidatos. El 2014 está lejos, muy lejos, a 4 años de gobierno…

Qué divague.