Diferentes formas de gobernar sin mayoría parlamentaria

Es más, los dirigentes frenteamplistas destacaron que este resultado muestra que pueden gobernar sin mayorías parlamentarias y subrayan la capacidad de negociación que desplegaron para acordar diferentes aspectos del proyecto con diferentes diputados integrantes de los distintos partidos de oposición.

Nuestra prédica en la campaña electoral de 2014 estuvo fuertemente concentrada en el cuestionamiento y la crítica a las mayorías absolutas que, en aquel entonces, ya llevaban una década entera. Decíamos entonces que es bueno que no haya mayorías absolutas de un solo partido porque obliga al diálogo y a buscar entendimientos, a superar los reflejos soberbios y permite mejorar los resultados en la medida que los acuerdos implican cambios superiores.

Pues bien, tres años después las circunstancias políticas y el desgaste de tanto poder concentrado, determinaron que el Frente Amplio perdiera su famosa mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y se viera obligado a buscar acuerdos.

Sin embargo, la mecánica adoptada está muy lejos de representar lo que nosotros postulábamos como positivo para el funcionamiento del sistema político. Nuestra prédica en contra de la mayoría absoluta, promovía en su lugar la importancia de construir acuerdos programáticos estables en base a coaliciones duraderas y con bases firmes.

Nuestra postura era francamente favorable al establecimiento de gobiernos de coalición sostenidos en acuerdos de fondo, coherentes y articulados. No es eso lo que ocurrió en esta oportunidad.

Por el contrario, la negociación alcanzada fue sólo para el caso puntual de obtener la aprobación de la rendición de cuentas y no se ha tejido una coalición estable entre más de un partido, sino que se buscó acordar puntualmente sobre los diferentes temas polémicos.

Al comienzo del año, cuando se nos consultó en la prensa sobre la posibilidad de que el Partido Independiente diera sus votos para construir una mayoría parlamentaria alternativa, nuestra respuesta estuvo en sintonía con nuestra concepción sobre los acuerdos de coalición.

En aquel momento dijimos que si el gobierno estaba dispuesto a cambiar la conducción de la educación e impulsar una profunda reforma de la política educativa, el Partido Independiente podría acompañar la rendición de cuentas del gobierno porque estaba alcanzando un acuerdo de fondo sobre un tema central para el futuro del país.
En aquel momento el partido de gobierno reaccionó mal descalificando nuestra idea, incluso hubo quienes la calificaron muy duramente como una suerte de chantaje que demostraba una muy mala capacidad de entender lo que estábamos planteando.

Transcurrido el tiempo y ante la dificultad de obtener el voto para diferentes asuntso, el Frente Amplio zurció un acuerdo puntual en donde alcanzó entendimientos con alguno para una cosa y con otro para otra cosa. El balance final es que obtuvo el respaldo necesario para aprobar algunas soluciones que, desde nuestro punto de vista, no son positivas para el país.

En efecto, el Frente Amplio obtuvo el voto del diputado cincuenta con Unidad Popular para instalar un aumento de la tasa consular que hará mal al país y generará un aumento generalizado de los bienes y servicios importados (es decir de casi todos los bienes que consume nuestra gente) a partir del 1º de enero del año próximo. Además, con esta decisión nuestro país actúa en forma contradictoria con su orientación de política exterior que busca una rápida y creciente apertura comercial al mundo.

Pero, también obtuvo el voto del diputado cincuenta con el diputado colorado Fernando Amado para sacar adelante la barbaridad jurídica del artículo 15 que significa la triste reiteración de una flagrante violación de la Constitución al pisotear el principio de separación de poderes, otorgando al Poder Ejecutivo la horrorosa facultad de desconocer e incumplir fallos judiciales en autoridad de cosa juzgada cuando le sean adversos y lo obliguen a pagar sumas relevantes. Un enorme adefesio jurídico que logra sancionar por el concurso de un diputado que nadie entiende por qué accedió a tal despropósito.

Por tanto, gobernar sin mayorías parlamentarias también puede generar diferentes arquitecturas de acuerdos. En particular, cuando sólo falta un voto, la posibilidad de acuerdos puntuales con un solo legislador puede llevar a soluciones puntuales que no constituyen una forma alternativa de gobernar, sino tan sólo una manera de salir del paso sin resolver articulaciones de fondo y de larga duración.

Ahora el Frente Amplio aplaude su nueva habilidad. Sin embargo, no es esta tampoco la forma alternativa que promovemos nosotros desde hace años: la construcción de coaliciones estables entre varios partidos.
Todo indica que ese tiempo comenzará después de las elecciones de 2019, habida cuenta que la distribución de las opiniones ciudadanas adelanta casi seguramente una distribución de respaldos que obligarán a la construcción de coaliciones de gobierno estables.